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Objetivismo: las reglas de la definición

Warren Orbaugh
10 de diciembre, 2014

La definición es el tipo de predicado, que en una aserción, identifica la naturaleza de las unidades subsumidas bajo un concepto. El propósito de una definición es distinguir un concepto de todo otro concepto, y así, mantener sus unidades diferenciadas de todo otro existente. Para hacer esto tiene que formularse la definición respetando las cinco reglas que a continuación expongo:

1. LA REGLA DEL GÉNERO Y LA DIFERENCIA

La definición debe consistir de un género y una diferencia.

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En términos Objetivistas, el género es la clase de cosas que tienen el Denominador Conceptual Común –DCC. La diferencia es un rango o categoría de mediciones dentro del DCC. La definición debe consistir sólo de un género y una diferencia. Por ejemplo: “Mujer es el humano femenino”. No es correcto decir: “Mujer es el humano femenino como mi madre”, pues el ejemplo “como mi madre” no es parte de la definición. Ni es correcto: “Mujer es el humano”, pues carece de diferencia.

2. LA REGLA DE REFERENCIA

La definición debe especificar un grupo de referentes en la realidad.

Hay cuatro formas de violar esta regla: Sinonimia o cuando el predicado es un sinónimo del sujeto y por tanto no lo define. Por ejemplo: “El hombre es un ser humano.” Circularidad, cuando A se define en términos de B, y B se debe definir en términos de A, por ejemplo: “Arte es lo que hace un artista”, y “artista es el que ejercita un arte”. Vaguedad, cuando el referente puede aplicarse a otras cosas, por ejemplo: “Arte es la expresión de sentimientos”, cuando los fanáticos de futbol también expresan sus sentimientos durante un partido y esto no califica como “arte”. Metáfora, cuando el lenguaje se usa en sentido figurado y por lo tanto no describe con precisión al sujeto, por ejemplo: “Arquitectura es música congelada.

3. LA REGLA DEL ÁMBITO

La definición debe tener el mismo ámbito que el concepto que define.

La definición no debe ser ni muy amplia ni muy estrecha. El punto aquí es la verdad de la definición. Una definición que es muy amplia es falsa en tanto definición, pues implica que hay cosas que son unidades sin serlo, por ejemplo: “Una ensalada es un plato de comida que lleva lechuga.” Implica que una hamburguesa con lechuga es ensalada, lo cual es falso. Una definición que es muy estrecha es falsa en tanto definición, pues implica que algunas cosas que son unidades no lo son, por ejemplo: “Un vaso es un recipiente de vidrio, de forma cilíndrica que sirve para beber.” Implica que un vaso de plástico no es vaso. Una definición puede ser muy amplia y muy estrecha a la vez, por ejemplo: “El hombre es un animal blanco.” Excluye a los que no son caucásicos, e incluye a los osos polares.

Una definición es precedida por la formación conceptual. Antes de formar la definición de un concepto, sabemos cuáles son sus unidades. Partimos de la observación de la realidad y la definición es el último paso en la formación del concepto. La definición señala de forma explícita la similitud en la observación de similitudes y diferencias. El archivo o carpeta antecede a la etiqueta con que lo identificamos. Primero uno tiene en mente las unidades del concepto y luego uno formula la definición del mismo.

4. LA REGLA DE LA CARACTERÍSTICA FUNDAMENTAL

La definición debe aseverar las características distintivas fundamentales.

Esta regla se hace necesaria cuando hay varias características que podrían servir para aislar las unidades del concepto de otros existentes dentro del género. Por ejemplo, el humano tiene la habilidad de hacer instrumentos, de razonar, de hablar, de imaginar. ¿Cuál de estas características distintivas, se debería usar como diferencia en la definición de “humano”? Pues la característica esencial de los referentes del concepto, la que es fundamental, la que causa o explica el mayor número de las otras características. Rand lo describe así:

“Cuando un grupo dado de existentes tiene más de una característica que lo distingue de otros existentes, el hombre tiene que observar las relaciones entre estas diversas características y descubrir aquella de la que dependen las otras ( o el mayor número de otras), es decir, la característica fundamental sin la cual no serían posibles las otras. Esta característica fundamental es la característica esencial diferenciadora de los existentes del caso, y la característica definitoria apropiada del concepto… Metafísicamente, la característica fundamental es aquella característica que hace posible el mayor número de las otras; epistemológicamente, es la que explica el mayor número de las otras.” [IEO, 44]

La definición “el humano es el animal que hace instrumentos”, viola la regla de la característica fundamental, porque la habilidad del humano de hacer instrumentos es una consecuencia de su habilidad de usar su razón. Lo mismo sucede con la definición “el humano es el animal que habla un lenguaje”, porque la habilidad del humano de hablar un lenguaje se explica por su habilidad de formar conceptos, es decir, de usar su razón. Así que la regla de la característica fundamental dicta que la definición deba ser: “El humano es el animal racional.”

5. LA REGLA DE ECONOMÍA DE UNIDADES

La definición debe ser un predicable único y económico.

La definición no es un sumario exhaustivo de las características de las unidades, ni un sustituto del concepto. Es una herramienta cognitiva, un medio de recordar rápidamente la naturaleza de las unidades, como la etiqueta en la carpeta del archivo, que nos informa de su contenido. La definición debe ser corta. Entre más corta, más condensada es, y por tanto, mejor. Al ser corta le da preeminencia al género, lo que ayuda a organizar los conceptos en una serie progresiva de géneros más amplios. La definición: “el humano es el animal cuya facultad de darse cuenta, le permite, desde su infancia hasta su edad senil, formar y usar conceptos”, es una definición que evidentemente no sirve como etiqueta para el archivo de “humano”. Viola la regla de economía de unidades.

Estas cinco reglas no son arbitrarias. Son afirmaciones de lo que se necesita para que la definición haga su función, que es permitirle a uno saber de qué está hablando, es decir, a que cosas se refiere uno y cuál es su característica esencial. Las definiciones le permiten a los conceptos funcionar como conceptos, en lugar de como abstracciones flotantes o sonidos inarticulados.

La definición es contextual, es una condensación de conocimiento, conocimiento de las unidades de un concepto y de su lugar en la estructura cognitiva de uno. Y el conocimiento no es una suma congelada, sino que crece con el desarrollo del individuo. Por tanto, para que las definiciones funcionen como condensadores óptimos de conocimiento, deben expandirse para estar al día con el contexto en expansión del conocimiento.

Objetivismo: las reglas de la definición

Warren Orbaugh
10 de diciembre, 2014

La definición es el tipo de predicado, que en una aserción, identifica la naturaleza de las unidades subsumidas bajo un concepto. El propósito de una definición es distinguir un concepto de todo otro concepto, y así, mantener sus unidades diferenciadas de todo otro existente. Para hacer esto tiene que formularse la definición respetando las cinco reglas que a continuación expongo:

1. LA REGLA DEL GÉNERO Y LA DIFERENCIA

La definición debe consistir de un género y una diferencia.

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En términos Objetivistas, el género es la clase de cosas que tienen el Denominador Conceptual Común –DCC. La diferencia es un rango o categoría de mediciones dentro del DCC. La definición debe consistir sólo de un género y una diferencia. Por ejemplo: “Mujer es el humano femenino”. No es correcto decir: “Mujer es el humano femenino como mi madre”, pues el ejemplo “como mi madre” no es parte de la definición. Ni es correcto: “Mujer es el humano”, pues carece de diferencia.

2. LA REGLA DE REFERENCIA

La definición debe especificar un grupo de referentes en la realidad.

Hay cuatro formas de violar esta regla: Sinonimia o cuando el predicado es un sinónimo del sujeto y por tanto no lo define. Por ejemplo: “El hombre es un ser humano.” Circularidad, cuando A se define en términos de B, y B se debe definir en términos de A, por ejemplo: “Arte es lo que hace un artista”, y “artista es el que ejercita un arte”. Vaguedad, cuando el referente puede aplicarse a otras cosas, por ejemplo: “Arte es la expresión de sentimientos”, cuando los fanáticos de futbol también expresan sus sentimientos durante un partido y esto no califica como “arte”. Metáfora, cuando el lenguaje se usa en sentido figurado y por lo tanto no describe con precisión al sujeto, por ejemplo: “Arquitectura es música congelada.

3. LA REGLA DEL ÁMBITO

La definición debe tener el mismo ámbito que el concepto que define.

La definición no debe ser ni muy amplia ni muy estrecha. El punto aquí es la verdad de la definición. Una definición que es muy amplia es falsa en tanto definición, pues implica que hay cosas que son unidades sin serlo, por ejemplo: “Una ensalada es un plato de comida que lleva lechuga.” Implica que una hamburguesa con lechuga es ensalada, lo cual es falso. Una definición que es muy estrecha es falsa en tanto definición, pues implica que algunas cosas que son unidades no lo son, por ejemplo: “Un vaso es un recipiente de vidrio, de forma cilíndrica que sirve para beber.” Implica que un vaso de plástico no es vaso. Una definición puede ser muy amplia y muy estrecha a la vez, por ejemplo: “El hombre es un animal blanco.” Excluye a los que no son caucásicos, e incluye a los osos polares.

Una definición es precedida por la formación conceptual. Antes de formar la definición de un concepto, sabemos cuáles son sus unidades. Partimos de la observación de la realidad y la definición es el último paso en la formación del concepto. La definición señala de forma explícita la similitud en la observación de similitudes y diferencias. El archivo o carpeta antecede a la etiqueta con que lo identificamos. Primero uno tiene en mente las unidades del concepto y luego uno formula la definición del mismo.

4. LA REGLA DE LA CARACTERÍSTICA FUNDAMENTAL

La definición debe aseverar las características distintivas fundamentales.

Esta regla se hace necesaria cuando hay varias características que podrían servir para aislar las unidades del concepto de otros existentes dentro del género. Por ejemplo, el humano tiene la habilidad de hacer instrumentos, de razonar, de hablar, de imaginar. ¿Cuál de estas características distintivas, se debería usar como diferencia en la definición de “humano”? Pues la característica esencial de los referentes del concepto, la que es fundamental, la que causa o explica el mayor número de las otras características. Rand lo describe así:

“Cuando un grupo dado de existentes tiene más de una característica que lo distingue de otros existentes, el hombre tiene que observar las relaciones entre estas diversas características y descubrir aquella de la que dependen las otras ( o el mayor número de otras), es decir, la característica fundamental sin la cual no serían posibles las otras. Esta característica fundamental es la característica esencial diferenciadora de los existentes del caso, y la característica definitoria apropiada del concepto… Metafísicamente, la característica fundamental es aquella característica que hace posible el mayor número de las otras; epistemológicamente, es la que explica el mayor número de las otras.” [IEO, 44]

La definición “el humano es el animal que hace instrumentos”, viola la regla de la característica fundamental, porque la habilidad del humano de hacer instrumentos es una consecuencia de su habilidad de usar su razón. Lo mismo sucede con la definición “el humano es el animal que habla un lenguaje”, porque la habilidad del humano de hablar un lenguaje se explica por su habilidad de formar conceptos, es decir, de usar su razón. Así que la regla de la característica fundamental dicta que la definición deba ser: “El humano es el animal racional.”

5. LA REGLA DE ECONOMÍA DE UNIDADES

La definición debe ser un predicable único y económico.

La definición no es un sumario exhaustivo de las características de las unidades, ni un sustituto del concepto. Es una herramienta cognitiva, un medio de recordar rápidamente la naturaleza de las unidades, como la etiqueta en la carpeta del archivo, que nos informa de su contenido. La definición debe ser corta. Entre más corta, más condensada es, y por tanto, mejor. Al ser corta le da preeminencia al género, lo que ayuda a organizar los conceptos en una serie progresiva de géneros más amplios. La definición: “el humano es el animal cuya facultad de darse cuenta, le permite, desde su infancia hasta su edad senil, formar y usar conceptos”, es una definición que evidentemente no sirve como etiqueta para el archivo de “humano”. Viola la regla de economía de unidades.

Estas cinco reglas no son arbitrarias. Son afirmaciones de lo que se necesita para que la definición haga su función, que es permitirle a uno saber de qué está hablando, es decir, a que cosas se refiere uno y cuál es su característica esencial. Las definiciones le permiten a los conceptos funcionar como conceptos, en lugar de como abstracciones flotantes o sonidos inarticulados.

La definición es contextual, es una condensación de conocimiento, conocimiento de las unidades de un concepto y de su lugar en la estructura cognitiva de uno. Y el conocimiento no es una suma congelada, sino que crece con el desarrollo del individuo. Por tanto, para que las definiciones funcionen como condensadores óptimos de conocimiento, deben expandirse para estar al día con el contexto en expansión del conocimiento.