Es aberrante observar cómo se jugaron malabares con el presupuesto de la nación recién aprobado. Todos los ciudadanos esperábamos que los congresistas cumplieran con su función de una lectura meticulosa del Proyecto de Ley, tomando en consideración las repercusiones que este puede tener para la población. Sin embargo causó sorpresa, indignación y repudio que únicamente les haya tomado cuatro horas leer, analizar y aprobar 86 artículos, burlando de esta manera el espíritu del procedimiento que establece nuestra Carta Magna.
Para que el presupuesto pudiera salir a luz, se requirieron de negociaciones internas en las se formó alianza entre las Bancadas LIDER, PP, TODOS, URNG Y WINAQ. Se esperaba que las mencionadas negociaciones fueran orientadas en pro de los intereses comunes, de una manera transparente y apegada a derecho, pero resultó ser todo lo contrario.
Es inconstitucional la manera en cómo están actuando nuestros congresistas al permitir que emergiera el presupuesto sin ningún análisis minucioso, sin dejar de mencionar la actitud del ejecutivo al negarse públicamente a vetarlo pese a tener conocimiento de las anomalías en la distribución de este. No cabe duda que la alianza no se hizo únicamente dentro del Congreso ya que al parecer el ejecutivo se está beneficiando dejándole todo listo al próximo gobierno. Primero, con un sistema de justicia comprado para que no accionen en contra de ellos y ahora con la aprobación del nuevo presupuesto para preparar no únicamente la campaña, sino también para hacer los preparativos para que el ejecutivo se pinte de rojo y se siga con el mismo circulo vicioso de tráfico de influencias a partir del año 2016.
Por el sin fin de críticas todos estamos, al parecer, conscientes que este tema no es favorable para nadie, sin embargo como ciudadanos debemos proponer mecanismos de injerencia dentro del mismo. La pregunta es ¿podemos tenerla? Nuestra Carta Magna al igual que distribuye atribuciones al Congreso, otorga a los ciudadanos guatemaltecos facultades para poder accionar en este tipo de casos siendo los siguientes:
Primero, debemos poner en marcha nuestro derecho a la libertad de emisión de pensamiento luego de estar informados sobre el tema, expresando nuestra repulsión frente a estos actos. Quienes deberían comenzar, son el grupo de diputados que no estuvo de acuerdo con esta aprobación, principalmente con la creación del paquete fiscal dentro del presupuesto cuando debió de hacerse en dos sesiones diferentes la aprobación de estos. Al parecer esperaban que en cuatro horas de lectura rápida nadie notara el fraude de ley que estaban cometiendo.
Segundo, plantear acciones constitucionales como el amparo y la inconstitucionalidad de carácter general ó en caso concreto.
Tercero, exigir al ejecutivo que vete la aprobación del Decreto Ley.
Cuarta, y la más importante ya que aquí todos los ciudadanos guatemaltecos podemos tener injerencia a través del sufragio universal, emitir un voto pensante en la próxima elección siendo este la luz al final del túnel. Nosotros colocamos las sillas de los diputados que negocian como se rige el presupuesto del estado cada año, por tanto debemos reflexionar sobre la importancia y la repercusión que tiene elegirlos, ya que también tenemos responsabilidad al decidir sí estamos dispuestos a que cada año se haga “La aprobación del endeudamiento más grande de la historia del país”. Hay que atenerse a las consecuencias de observar pasivamente el mismo show político cada año en el que se ve reflejada nuestra elección de funcionarios que operan bajo el tráfico de influencias y que quebrantan la división de poderes y desvanece la poca fe que permanece en todos nosotros hacia este sistema de gobierno fallido.
* Jeanette Ponce es estudiante de Derecho
Es aberrante observar cómo se jugaron malabares con el presupuesto de la nación recién aprobado. Todos los ciudadanos esperábamos que los congresistas cumplieran con su función de una lectura meticulosa del Proyecto de Ley, tomando en consideración las repercusiones que este puede tener para la población. Sin embargo causó sorpresa, indignación y repudio que únicamente les haya tomado cuatro horas leer, analizar y aprobar 86 artículos, burlando de esta manera el espíritu del procedimiento que establece nuestra Carta Magna.
Para que el presupuesto pudiera salir a luz, se requirieron de negociaciones internas en las se formó alianza entre las Bancadas LIDER, PP, TODOS, URNG Y WINAQ. Se esperaba que las mencionadas negociaciones fueran orientadas en pro de los intereses comunes, de una manera transparente y apegada a derecho, pero resultó ser todo lo contrario.
Es inconstitucional la manera en cómo están actuando nuestros congresistas al permitir que emergiera el presupuesto sin ningún análisis minucioso, sin dejar de mencionar la actitud del ejecutivo al negarse públicamente a vetarlo pese a tener conocimiento de las anomalías en la distribución de este. No cabe duda que la alianza no se hizo únicamente dentro del Congreso ya que al parecer el ejecutivo se está beneficiando dejándole todo listo al próximo gobierno. Primero, con un sistema de justicia comprado para que no accionen en contra de ellos y ahora con la aprobación del nuevo presupuesto para preparar no únicamente la campaña, sino también para hacer los preparativos para que el ejecutivo se pinte de rojo y se siga con el mismo circulo vicioso de tráfico de influencias a partir del año 2016.
Por el sin fin de críticas todos estamos, al parecer, conscientes que este tema no es favorable para nadie, sin embargo como ciudadanos debemos proponer mecanismos de injerencia dentro del mismo. La pregunta es ¿podemos tenerla? Nuestra Carta Magna al igual que distribuye atribuciones al Congreso, otorga a los ciudadanos guatemaltecos facultades para poder accionar en este tipo de casos siendo los siguientes:
Primero, debemos poner en marcha nuestro derecho a la libertad de emisión de pensamiento luego de estar informados sobre el tema, expresando nuestra repulsión frente a estos actos. Quienes deberían comenzar, son el grupo de diputados que no estuvo de acuerdo con esta aprobación, principalmente con la creación del paquete fiscal dentro del presupuesto cuando debió de hacerse en dos sesiones diferentes la aprobación de estos. Al parecer esperaban que en cuatro horas de lectura rápida nadie notara el fraude de ley que estaban cometiendo.
Segundo, plantear acciones constitucionales como el amparo y la inconstitucionalidad de carácter general ó en caso concreto.
Tercero, exigir al ejecutivo que vete la aprobación del Decreto Ley.
Cuarta, y la más importante ya que aquí todos los ciudadanos guatemaltecos podemos tener injerencia a través del sufragio universal, emitir un voto pensante en la próxima elección siendo este la luz al final del túnel. Nosotros colocamos las sillas de los diputados que negocian como se rige el presupuesto del estado cada año, por tanto debemos reflexionar sobre la importancia y la repercusión que tiene elegirlos, ya que también tenemos responsabilidad al decidir sí estamos dispuestos a que cada año se haga “La aprobación del endeudamiento más grande de la historia del país”. Hay que atenerse a las consecuencias de observar pasivamente el mismo show político cada año en el que se ve reflejada nuestra elección de funcionarios que operan bajo el tráfico de influencias y que quebrantan la división de poderes y desvanece la poca fe que permanece en todos nosotros hacia este sistema de gobierno fallido.
* Jeanette Ponce es estudiante de Derecho