Dos años han pasado desde la osada propuesta del presidente Otto Pérez Molina (OPM) de discutir nuevas vías para combatir el flagelo del narcotráfico. No era una propuesta nueva, en el mundo académico existe suficiente literatura sobre regulación, despenalización y legalización de aquellos narcóticos considerados ilícitos, particularmente la marihuana, la heroína y la cocaína. Pero debemos resaltar que esta era la primera vez que un jefe de estado planteaba dicho tema criticando lo que han sido las vías convencionales de la guerra contra las drogas. Llamó la atención de la comunidad internacional y posteriormente logró insertar el tema en la agenda regional, particularmente en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA).
OPM y su canciller Fernando Carrera seguían hablando de proponer un debate mientras que otros países iniciaron a proponer acciones concretas. Tal fue el caso de Uruguay en donde, bajo iniciativa del popular y bonachón presidente José “Pepe” Mujica, las palabras dieron lugar a una iniciativa de ley para legalizar la marihuana cosa que hoy es una realidad en aquel país del sur. El parloteo llegó a incluir una propuesta de regularizar la siembra de amapola en el occidente del país, pero al igual con que con la propuesta original de vías alternas de combate al narcotráfico y la despenalización esta se quedo solamente en palabras.
Dos años han pasado desde la osada propuesta del presidente Otto Pérez Molina (OPM) de discutir nuevas vías para combatir el flagelo del narcotráfico. No era una propuesta nueva, en el mundo académico existe suficiente literatura sobre regulación, despenalización y legalización de aquellos narcóticos considerados ilícitos, particularmente la marihuana, la heroína y la cocaína. Pero debemos resaltar que esta era la primera vez que un jefe de estado planteaba dicho tema criticando lo que han sido las vías convencionales de la guerra contra las drogas. Llamó la atención de la comunidad internacional y posteriormente logró insertar el tema en la agenda regional, particularmente en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA).
OPM y su canciller Fernando Carrera seguían hablando de proponer un debate mientras que otros países iniciaron a proponer acciones concretas. Tal fue el caso de Uruguay en donde, bajo iniciativa del popular y bonachón presidente José “Pepe” Mujica, las palabras dieron lugar a una iniciativa de ley para legalizar la marihuana cosa que hoy es una realidad en aquel país del sur. El parloteo llegó a incluir una propuesta de regularizar la siembra de amapola en el occidente del país, pero al igual con que con la propuesta original de vías alternas de combate al narcotráfico y la despenalización esta se quedo solamente en palabras.