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El rey ha muerto

Redacción
02 de marzo, 2014

La captura del ‘Chapo’ Guzmán fue la primera plana de los principales medios de comunicación. Desde el asesinato de Osama Bin Laden en mayo del 2011, el mexicano Joaquín Guzmán Loera conocido como ‘El Chapo’, pasó a convertirse en el hombre más buscado del mundo. Fue declarado enemigo público número 1 por la alcaldía de la ciudad de Chicago, un nombramiento que solamente comparte con Al Capone, el capo del contrabando de licores durante los años de la prohibición, declarado así en abril de 1930. Entre los medios y la narco cultura, la figura del Chapo llegó a alcanzar proporciones míticas. 

La revista Forbes lo declaró la 67 persona más poderosa en el mundo con una riqueza aproximada de mil millones de dólares. El Chapo ha fungido como el jefe del cartel de Sinaloa, la principal organización narcotraficante a nivel mundial, responsable de aproximadamente casi el 30% del tráfico ilícito de narcóticos en los cinco continentes. 
Al igual que tantos otros capos de la droga, tuvo orígenes humildes. Se dedicó a la agricultura (como bien declaró cuando fue capturado por primera vez en 1993) para después ponerse a trabajar con su tío Pedro Avilés Pérez, el primer gran narcotraficante de marihuana en el estado de Sinaloa, para después tomar las riendas del mismo y convertirlo en el consorcio mundial que es ahora. Esa historia de pobreza a la riqueza constituye el manantial del cual se nutre la narco cultura. Bien le decía el personaje del Cochiloco a su compadre Benny, en la impactante película de Luis Estrada El Infierno (México, 2010) “En este país no haces lo que quieres, sino lo que puedes… el infierno es aquí merito”.

Al igual que lo fueron Pablo Escobar y Amado Carrillo, el Chapo es la actual celebridad del mundo del narco actual producto de la retrograda guerra contra las drogas. Es el villano que los Estados Unidos necesitan para mostrar “logros” en una guerra que nunca terminará bajo los términos actuales. El mercado de la cocaína es el más rentable del mundo y no es precisamente por su demanda sino por la ilegalidad del mismo. Esa misma ilegalidad es el motor del dinero fácil, de su lavado, de la violencia por la conquista de rutas de trasiego y de la narco cultura. La legalización de las drogas no es una varita mágica con la que se resolverán todos los problemas que giran alrededor del mismo pero constituye el único paso en la dirección correcta, cualquier otra postura es ingenua e incluso peligrosa. 

En las próximas semanas se decidirá el futuro de ‘El Chapo’, si se quedará en una cárcel en México desde donde podrá seguir operando por algún tiempo más o si será extraditado a los Estados Unidos donde tendrá que ser otro quien asuma el control del cartel de Sinaloa. Cuando su futuro se decida en algún lugar entre el sur de los Estados Unidos y el norte de la línea del Ecuador algún grupo de capos estará brindando “El rey ha muerto. ¡Que viva el Rey” y así surgirá la próxima narco celebridad. 
@robertoantoniow

El rey ha muerto

Redacción
02 de marzo, 2014

La captura del ‘Chapo’ Guzmán fue la primera plana de los principales medios de comunicación. Desde el asesinato de Osama Bin Laden en mayo del 2011, el mexicano Joaquín Guzmán Loera conocido como ‘El Chapo’, pasó a convertirse en el hombre más buscado del mundo. Fue declarado enemigo público número 1 por la alcaldía de la ciudad de Chicago, un nombramiento que solamente comparte con Al Capone, el capo del contrabando de licores durante los años de la prohibición, declarado así en abril de 1930. Entre los medios y la narco cultura, la figura del Chapo llegó a alcanzar proporciones míticas. 

La revista Forbes lo declaró la 67 persona más poderosa en el mundo con una riqueza aproximada de mil millones de dólares. El Chapo ha fungido como el jefe del cartel de Sinaloa, la principal organización narcotraficante a nivel mundial, responsable de aproximadamente casi el 30% del tráfico ilícito de narcóticos en los cinco continentes. 
Al igual que tantos otros capos de la droga, tuvo orígenes humildes. Se dedicó a la agricultura (como bien declaró cuando fue capturado por primera vez en 1993) para después ponerse a trabajar con su tío Pedro Avilés Pérez, el primer gran narcotraficante de marihuana en el estado de Sinaloa, para después tomar las riendas del mismo y convertirlo en el consorcio mundial que es ahora. Esa historia de pobreza a la riqueza constituye el manantial del cual se nutre la narco cultura. Bien le decía el personaje del Cochiloco a su compadre Benny, en la impactante película de Luis Estrada El Infierno (México, 2010) “En este país no haces lo que quieres, sino lo que puedes… el infierno es aquí merito”.

Al igual que lo fueron Pablo Escobar y Amado Carrillo, el Chapo es la actual celebridad del mundo del narco actual producto de la retrograda guerra contra las drogas. Es el villano que los Estados Unidos necesitan para mostrar “logros” en una guerra que nunca terminará bajo los términos actuales. El mercado de la cocaína es el más rentable del mundo y no es precisamente por su demanda sino por la ilegalidad del mismo. Esa misma ilegalidad es el motor del dinero fácil, de su lavado, de la violencia por la conquista de rutas de trasiego y de la narco cultura. La legalización de las drogas no es una varita mágica con la que se resolverán todos los problemas que giran alrededor del mismo pero constituye el único paso en la dirección correcta, cualquier otra postura es ingenua e incluso peligrosa. 

En las próximas semanas se decidirá el futuro de ‘El Chapo’, si se quedará en una cárcel en México desde donde podrá seguir operando por algún tiempo más o si será extraditado a los Estados Unidos donde tendrá que ser otro quien asuma el control del cartel de Sinaloa. Cuando su futuro se decida en algún lugar entre el sur de los Estados Unidos y el norte de la línea del Ecuador algún grupo de capos estará brindando “El rey ha muerto. ¡Que viva el Rey” y así surgirá la próxima narco celebridad. 
@robertoantoniow