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Reconstrucción de La Terminal

Redacción República
31 de marzo, 2014

El incendio de La Terminal es una de esas raras ocasiones en las cuales la opinión pública cobra conciencia de lo que implican este tipo de fenómenos para una ciudad, en lo particular, y para el país, en lo general. Reducir la importancia de lo sucedido debido a que muchos de los negocios son de carácter informal, constituye una grave sobre simplificación. Si bien es cierto que existe una mayoría de unidades económicas informales de pequeño tamaño con procesos de producción o comercialización poco tecnificados e intensivos en el uso de mano de obra, especialmente la mano de obra familiar, que operan al margen de las leyes e institucionales formales del Estado, también es cierto que en La Terminal, como en otros tantos mercados a lo largo y ancho de la República, coexisten pequeñas unidades económicas familiares con importantes actividades formales, formado complejos sistema económicos y sociales que dan vida a una vigorosa actividad económica de gran importancia para las ciudades. 

No se puede olvidar que gracias a la actividad que ocurre en mercados como este, y otros tantos sectores comerciales del país, cientos de miles de guatemaltecos encuentran una solución a la falta de oportunidades laborales. Estos negocios, al igual que todos los demás tipos de negocios, también afrontan los retos de la competencia global, de la diferenciación productiva, del avance tecnológico, la innovación y la eficiencia administrativa. Aunque no se entienda totalmente y no sea del interés de algunos funcionarios, los negocios en centros de comercio como La Terminal también requieren de un clima de negocios que propicio para su desarrollo y para la creación de nuevas oportunidades económicas. 
Más que apoyo financiero para reconstruir los negocios que se quemaron, la reconstrucción de La Terminal es una oportunidad para aprovechar las destrezas y voluntad de esa comunidad empresarial para construir un entorno de negocios que favorezca a todos los involucrados: trabajadores formales e informales, empresarios, municipalidad y gobierno central. Tal y como lo decía el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales hace varios años atrás, en una sui generis publicación titulada “Agenda de Negocios del Mercado de La Terminal”, esta reconstrucción ofrece una oportunidad para “alcanzar un acuerdo acerca de los valores básicos, actitudes y modelos mentales acerca del funcionamiento de la política pública y sus implicaciones sobre la ciudadanía. Esta divergencia entre las valoraciones de los distintos actores impide la construcción de un ambiente adecuado que permita el funcionamiento exitoso de la política pública y que facilite la eficiencia y la productividad de las empresas”. De no darse un cambio fundamental de la forma en que se formula e implementa la política pública, sobre todo en la forma en que se comunican las partes involucradas, existe un alto riesgo… que impida a ambas partes alcanzar sus objetivos respectivos”.

Reconstrucción de La Terminal

Redacción República
31 de marzo, 2014

El incendio de La Terminal es una de esas raras ocasiones en las cuales la opinión pública cobra conciencia de lo que implican este tipo de fenómenos para una ciudad, en lo particular, y para el país, en lo general. Reducir la importancia de lo sucedido debido a que muchos de los negocios son de carácter informal, constituye una grave sobre simplificación. Si bien es cierto que existe una mayoría de unidades económicas informales de pequeño tamaño con procesos de producción o comercialización poco tecnificados e intensivos en el uso de mano de obra, especialmente la mano de obra familiar, que operan al margen de las leyes e institucionales formales del Estado, también es cierto que en La Terminal, como en otros tantos mercados a lo largo y ancho de la República, coexisten pequeñas unidades económicas familiares con importantes actividades formales, formado complejos sistema económicos y sociales que dan vida a una vigorosa actividad económica de gran importancia para las ciudades. 

No se puede olvidar que gracias a la actividad que ocurre en mercados como este, y otros tantos sectores comerciales del país, cientos de miles de guatemaltecos encuentran una solución a la falta de oportunidades laborales. Estos negocios, al igual que todos los demás tipos de negocios, también afrontan los retos de la competencia global, de la diferenciación productiva, del avance tecnológico, la innovación y la eficiencia administrativa. Aunque no se entienda totalmente y no sea del interés de algunos funcionarios, los negocios en centros de comercio como La Terminal también requieren de un clima de negocios que propicio para su desarrollo y para la creación de nuevas oportunidades económicas. 
Más que apoyo financiero para reconstruir los negocios que se quemaron, la reconstrucción de La Terminal es una oportunidad para aprovechar las destrezas y voluntad de esa comunidad empresarial para construir un entorno de negocios que favorezca a todos los involucrados: trabajadores formales e informales, empresarios, municipalidad y gobierno central. Tal y como lo decía el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales hace varios años atrás, en una sui generis publicación titulada “Agenda de Negocios del Mercado de La Terminal”, esta reconstrucción ofrece una oportunidad para “alcanzar un acuerdo acerca de los valores básicos, actitudes y modelos mentales acerca del funcionamiento de la política pública y sus implicaciones sobre la ciudadanía. Esta divergencia entre las valoraciones de los distintos actores impide la construcción de un ambiente adecuado que permita el funcionamiento exitoso de la política pública y que facilite la eficiencia y la productividad de las empresas”. De no darse un cambio fundamental de la forma en que se formula e implementa la política pública, sobre todo en la forma en que se comunican las partes involucradas, existe un alto riesgo… que impida a ambas partes alcanzar sus objetivos respectivos”.