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El poder no es el problema

Redacción República
09 de abril, 2014

La vida en sociedad en todas sus dimensiones tiene relaciones de poder. En la vida familiar con los padres e hijos, en la escuela profesores y alumnos, en la vida laboral, encuentras jefes que usan e incluso abusan del poder, y en las relaciones económicas también está presente el poder. Y por supuesto en tus relaciones con el gobierno el poder es debe ser el centro. 

En todos los ambientes que recién mencionamos existe el uso y abuso del poder, y esto no es un problema, es parte de la vida en sociedad. Es como el egoísmo, que en si no es un problema, es mas es el motor del desarrollo. El problema es no entender cómo funciona el poder, e incluso un problema mayor es satanizar el poder. Muchos pensadores le tienen miedo a la concentración del poder, no al poder, porque simplemente el poder no puede desaparecer de las relaciones sociales. 
Por ejemplo, Milton Friendman, señala que una de las ventajas de la libre empresa es que es el sistema que genera menos poder en las mismas manos, pues con el tiempo, podemos ver que hay mas compradores, mas vendedores y nuevos mercados. Esto disminuye el poder en las relaciones económicas, y si lo comparamos con un sistema socialista donde el estado es el dueño de todos los recursos económicos, este sistema concentra un gran poder en las mismas manos. El problema mas complejo de los regímenes autoritarios es que no hay forma de hacer disminuir ese poder. Mientras que en el mercado, con su “creatividad destructora” constantemente esta alterando las posiciones de poder, limitando de forma natural el abuso de poder de parte de algunos. 
Incluso me atrevería a decir, guardando las distancias, que la opción del divorcio en la sociedad, libero a hombres y mujeres de abusos de poder. Así como la posibilidad de poder seleccionar nuestras creencias religiosas nos liberó del abuso de algunos religiosos. Es simple, la posibilidad de elegir disminuye el abuso de poder. Tener una mayor libertad para elegir es la mejor garantía para minimizar los abusos de poder. Es un buen ejemplo ver como los empresarios, en su afán de competir, mutuamente minimizan su poder, sin hacer lo desaparecer. 
Si queremos pensar en un sistema que político sano, debemos tener en mente uno que minimice el poder de los actores y genere competencia entre ellos. Y ese ha sido el éxito de la democracia, pues ha diferencia de otros sistemas ha permitido la alternancia de poder, no solo de nombres, sino de ideas y de grupos. El poder en manos de pocos, es garantía de abuso, ya sea que se llaman políticos, diputados, ministros o jueces. 
Cuando pensamos que hay otro mejor sistema de gobierno que la democracia, es porque estamos pensado que existe un grupo de persona que podrá usar el poder de una mejor forma, tal vez un grupo de jueces o alguna especie de élite. El poder en política debe ser temporal y sujeto a competencia. Hay que entender una diferencia, entre el mercado y la política. En el mercado cada uno buscando su beneficio, indirectamente le resta poder a otros, mientras que en política ese beneficio desinteresado no se da. Hay que tener en mente que la competencia política se genera desde afuera, pues a lo interno el poder político tiende a crecer. Son los actores de afuera de la política quienes deben fomentar la competencia política, es función de las élites académicas, sociales y económicas, las que deben generar competencia y alternabilidad para minimizar el poder. 
En manos de estas élites esta restar poder a los políticos y burócratas, buscando generar competencia en el mercado de las ideas, apoyando distintos proyectos políticos. El aporte económico es igual de importante que el aporte de tiempo en promover causas.

El poder no es el problema

Redacción República
09 de abril, 2014

La vida en sociedad en todas sus dimensiones tiene relaciones de poder. En la vida familiar con los padres e hijos, en la escuela profesores y alumnos, en la vida laboral, encuentras jefes que usan e incluso abusan del poder, y en las relaciones económicas también está presente el poder. Y por supuesto en tus relaciones con el gobierno el poder es debe ser el centro. 

En todos los ambientes que recién mencionamos existe el uso y abuso del poder, y esto no es un problema, es parte de la vida en sociedad. Es como el egoísmo, que en si no es un problema, es mas es el motor del desarrollo. El problema es no entender cómo funciona el poder, e incluso un problema mayor es satanizar el poder. Muchos pensadores le tienen miedo a la concentración del poder, no al poder, porque simplemente el poder no puede desaparecer de las relaciones sociales. 
Por ejemplo, Milton Friendman, señala que una de las ventajas de la libre empresa es que es el sistema que genera menos poder en las mismas manos, pues con el tiempo, podemos ver que hay mas compradores, mas vendedores y nuevos mercados. Esto disminuye el poder en las relaciones económicas, y si lo comparamos con un sistema socialista donde el estado es el dueño de todos los recursos económicos, este sistema concentra un gran poder en las mismas manos. El problema mas complejo de los regímenes autoritarios es que no hay forma de hacer disminuir ese poder. Mientras que en el mercado, con su “creatividad destructora” constantemente esta alterando las posiciones de poder, limitando de forma natural el abuso de poder de parte de algunos. 
Incluso me atrevería a decir, guardando las distancias, que la opción del divorcio en la sociedad, libero a hombres y mujeres de abusos de poder. Así como la posibilidad de poder seleccionar nuestras creencias religiosas nos liberó del abuso de algunos religiosos. Es simple, la posibilidad de elegir disminuye el abuso de poder. Tener una mayor libertad para elegir es la mejor garantía para minimizar los abusos de poder. Es un buen ejemplo ver como los empresarios, en su afán de competir, mutuamente minimizan su poder, sin hacer lo desaparecer. 
Si queremos pensar en un sistema que político sano, debemos tener en mente uno que minimice el poder de los actores y genere competencia entre ellos. Y ese ha sido el éxito de la democracia, pues ha diferencia de otros sistemas ha permitido la alternancia de poder, no solo de nombres, sino de ideas y de grupos. El poder en manos de pocos, es garantía de abuso, ya sea que se llaman políticos, diputados, ministros o jueces. 
Cuando pensamos que hay otro mejor sistema de gobierno que la democracia, es porque estamos pensado que existe un grupo de persona que podrá usar el poder de una mejor forma, tal vez un grupo de jueces o alguna especie de élite. El poder en política debe ser temporal y sujeto a competencia. Hay que entender una diferencia, entre el mercado y la política. En el mercado cada uno buscando su beneficio, indirectamente le resta poder a otros, mientras que en política ese beneficio desinteresado no se da. Hay que tener en mente que la competencia política se genera desde afuera, pues a lo interno el poder político tiende a crecer. Son los actores de afuera de la política quienes deben fomentar la competencia política, es función de las élites académicas, sociales y económicas, las que deben generar competencia y alternabilidad para minimizar el poder. 
En manos de estas élites esta restar poder a los políticos y burócratas, buscando generar competencia en el mercado de las ideas, apoyando distintos proyectos políticos. El aporte económico es igual de importante que el aporte de tiempo en promover causas.