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El factor Marina Silva y las elecciones brasileñas

Redacción
16 de agosto, 2014

El fallecimiento del candidato del PSB Eduardo Campos puede convertirse en la peor noticia para que Dilma Rousseff consiga una reelección que se le viene complicando desde 2013. La razón es que ahora tendrá que competir no solo contra Aécio Neves por la derecha, sino también muy probablemente contra Marina Silva por la izquierda, una rival mucho más potente, popular y carismática que Campos. Este, que en 2012 parecía encarnar un alternativa socialdemócrata al lulismo, no había acabado de romper su imagen local (era Gobernador de Pernambuco) ni de trascender hasta convertirse en una figura nacional. Ni siquiera yendo en coalición con Marina Silva. 

 

Sin embargo, la que fuera ministra de Medio Ambiente de Lula da Silva, a diferencia del fallecido líder pernambucano, es un personaje nacional, carismático y admirado, que en 2010 ya consiguió arrastrar un 20% del electorado. De acuerdo con las últimas encuestas, el socialista Eduardo Campos (8%) estaba muy por detrás del socialdemócrata Aecio Neves (23 %) y la presidenta Rousseff (40 %) en intención de voto.

El proyecto de Campos va a ser retomado en esta nueva coyuntura con mucha más fuerza por Marina Silva quien es muy conocida a escala nacional e internacional. Ella puede, en caso de aceptar la candidatura, dar un vuelco a la campaña por varias razones: 
a-. Tiene tras de sí los casi 20 millones de votos obtenidos en las presidenciales de 2010 (un 19% del total de electorado).
b-. Hay que recordar además que en octubre pasado Silva reunía el 28% de la intención de voto y en segunda vuelta era derrotada por Dilma por solo seis puntos de diferencia (47% vs 41%).
c-. Ahora Silva no solo mantiene ese apoyo sino que puede verse beneficiada, si fuera candidata, de la corriente de simpatía que nazca en solidaridad por la tragedia que ha tenido lugar. Es algo coyuntural y pasajero pero que tiene su peso.
d-. Asimismo, Marina Silva, a diferencia de Dilma, que es gobierno, y de Aécio, que representa a la derecha, puede encauzar el voto de protesta que hizo su aparición durante la Copa Confederaciones de 2013 y en el Mundial de fútbol de 2014.
e-. Como evangélica que es, atrae el voto de ese segmento de población (que en Brasil representa al 35% de la población y el 20% del electorado). Su mensaje contrario al aborto y a los matrimonios homosexuales capta a los grupos más conservadores de la sociedad. 
Con Marina Silva en campaña, ella va a obligar a que Aecio y Dilma tengan que reformular sus estrategias porque su aparición es un terremoto político. 
 

Como señalan en el blog Condistitnosacentos, Fernando Bizarro y Bilyana Petrova “una eventual segunda vuelta electoral, con la participación de Silva – algo que parecía poco probable para Campos – tiende a producir incluso más novedades. Su candidatura a esas alturas a lo mejor podría convertirse en la depositaria de los votos del electorado del PSDB, el principal partido de la oposición al PT, que se sumarían a los votos de la propia Silva. Dado su origen en la izquierda, Silva también puede ganar parte del voto por Rousseff y el PT. Además, es posible que su afiliación a los movimientos religiosos movilice al electorado evangelista, que hoy compone cerca de 20% de la población brasileña. En este escenario – optimista para la candidata de la Red Sustentabilidad y muy posible en este escenario – Silva se convierte en una candidata extremamente competitiva, con razonables chances de ganar las próximas elecciones presidenciales”. 
En resumen, la muerte de Campos en accidente pone en peligro la continuidad del PT en el poder y puede condenar al PSDB a quedar fuera del balotaje. Soplan nuevos vientos en Brasil si Marina Silva da el paso que todo el mundo espera.

El factor Marina Silva y las elecciones brasileñas

Redacción
16 de agosto, 2014

El fallecimiento del candidato del PSB Eduardo Campos puede convertirse en la peor noticia para que Dilma Rousseff consiga una reelección que se le viene complicando desde 2013. La razón es que ahora tendrá que competir no solo contra Aécio Neves por la derecha, sino también muy probablemente contra Marina Silva por la izquierda, una rival mucho más potente, popular y carismática que Campos. Este, que en 2012 parecía encarnar un alternativa socialdemócrata al lulismo, no había acabado de romper su imagen local (era Gobernador de Pernambuco) ni de trascender hasta convertirse en una figura nacional. Ni siquiera yendo en coalición con Marina Silva. 

 

Sin embargo, la que fuera ministra de Medio Ambiente de Lula da Silva, a diferencia del fallecido líder pernambucano, es un personaje nacional, carismático y admirado, que en 2010 ya consiguió arrastrar un 20% del electorado. De acuerdo con las últimas encuestas, el socialista Eduardo Campos (8%) estaba muy por detrás del socialdemócrata Aecio Neves (23 %) y la presidenta Rousseff (40 %) en intención de voto.

El proyecto de Campos va a ser retomado en esta nueva coyuntura con mucha más fuerza por Marina Silva quien es muy conocida a escala nacional e internacional. Ella puede, en caso de aceptar la candidatura, dar un vuelco a la campaña por varias razones: 
a-. Tiene tras de sí los casi 20 millones de votos obtenidos en las presidenciales de 2010 (un 19% del total de electorado).
b-. Hay que recordar además que en octubre pasado Silva reunía el 28% de la intención de voto y en segunda vuelta era derrotada por Dilma por solo seis puntos de diferencia (47% vs 41%).
c-. Ahora Silva no solo mantiene ese apoyo sino que puede verse beneficiada, si fuera candidata, de la corriente de simpatía que nazca en solidaridad por la tragedia que ha tenido lugar. Es algo coyuntural y pasajero pero que tiene su peso.
d-. Asimismo, Marina Silva, a diferencia de Dilma, que es gobierno, y de Aécio, que representa a la derecha, puede encauzar el voto de protesta que hizo su aparición durante la Copa Confederaciones de 2013 y en el Mundial de fútbol de 2014.
e-. Como evangélica que es, atrae el voto de ese segmento de población (que en Brasil representa al 35% de la población y el 20% del electorado). Su mensaje contrario al aborto y a los matrimonios homosexuales capta a los grupos más conservadores de la sociedad. 
Con Marina Silva en campaña, ella va a obligar a que Aecio y Dilma tengan que reformular sus estrategias porque su aparición es un terremoto político. 
 

Como señalan en el blog Condistitnosacentos, Fernando Bizarro y Bilyana Petrova “una eventual segunda vuelta electoral, con la participación de Silva – algo que parecía poco probable para Campos – tiende a producir incluso más novedades. Su candidatura a esas alturas a lo mejor podría convertirse en la depositaria de los votos del electorado del PSDB, el principal partido de la oposición al PT, que se sumarían a los votos de la propia Silva. Dado su origen en la izquierda, Silva también puede ganar parte del voto por Rousseff y el PT. Además, es posible que su afiliación a los movimientos religiosos movilice al electorado evangelista, que hoy compone cerca de 20% de la población brasileña. En este escenario – optimista para la candidata de la Red Sustentabilidad y muy posible en este escenario – Silva se convierte en una candidata extremamente competitiva, con razonables chances de ganar las próximas elecciones presidenciales”. 
En resumen, la muerte de Campos en accidente pone en peligro la continuidad del PT en el poder y puede condenar al PSDB a quedar fuera del balotaje. Soplan nuevos vientos en Brasil si Marina Silva da el paso que todo el mundo espera.