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Objetivismo y el concepto de conciencia

Redacción República
16 de septiembre, 2014

Conocer
perceptualmente es una actividad, un proceso automático inconsciente que no
está sujeto a la voluntad: uno es consciente de sus resultados pero no del
proceso mismo. En cambio, conocer conceptualmente es una actividad, un proceso
consciente volitivamente autogenerado. Se consigue y mantiene mediante una
acción continua.

Pero,
¿cómo formamos el concepto, no de entidades, pero de consciencia? La
extrospección es un proceso de cognición dirigido hacia lo exterior –el proceso
de aprehender existentes del mundo externo. Pero para conocer la consciencia es
necesaria la introspección, que es un proceso de cognición orientado hacia lo
interior –el proceso de aprehender las acciones mentales propias: percepción,
evaluación, emoción, pensamiento, reminiscencia e imaginación.

Cuando
uno ve, por ejemplo, a una mujer caminando, la acción de su consciencia es
percepción; cuando advierte que es hermosa, la acción de su consciencia es
evaluación; cuando experimenta placer y aprobación, la acción de su consciencia
es emoción.Cuando saca conclusiones a partir de la
evidencia, sobre su carácter, edad, posición social, la acción de su
consciencia es reflexión; cuando más tarde recuerda el incidente, la acción de
su consciencia es reminiscencia. Cuando considera que su apariencia mejoraría
si su cabello fuera negro en lugar de castaño y su vestido azul en lugar de
rojo, la acción de su consciencia es
imaginación.

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La
pregunta para la teoría Objetivista, es ¿cómo funciona la omisión de medidas
dentro de un DCC (Denominador Conceptual Común) en la formación de conceptos de
la conciencia?

Analicemos
esto con el concepto de primer nivel, ‘ver’, que abstrae la acción de la
consciencia de sus contenidos, de lo que se ve. Recordemos que la abstracción
es diferenciación. Al cerrar los ojos, uno deja de ver, y vuelve a ver al
abrirlos nuevamente. Así se puede diferenciar lo visto, del acto de ver, el
contenido de la consciencia de la acción de la misma. Uno puede también diferenciar el ver un objeto de
la sensación de tocarlo, del olor que despide y del sonido que produce, etc.
Aunque estas diferenciaciones no son tan dramáticas como la que resulta de
abrir y cerrar los ojos.

Igual que uno aísla una característica de
una entidad, uno aísla la acción de su consciencia del contenido de la misma
por diferenciación, implícitamente por el Método de Mill. Uno observa las
diferencias entre estas distintas acciones –abrir y cerrar los ojos, y las
consecuencias de tales acciones con respecto al contenido de la consciencia. Los
dos atributos fundamentales en la función de la consciencia humana son: el
contenido y la acción; el contenido de la consciencia y su acción en relación
con ese contenido. Estos dos atributos son el Denominador Conceptual Común
fundamental de todo concepto que concierne a la conciencia.

También se puede observar las similitudes
entre las acciones de su conciencia en distintas ocasiones, al observar estas
acciones en distintas secuencias, combinaciones y gradaciones aplicadas a otros
objetos. Esta abstracción por similitudes es por el Método de Concordancia de
Mill.

¿Pero difieren los actos de ver
cuantitativamente? ¿Cuándo difieren, difieren en medida?

La intensidad mental no es un atributo
solo, sino que un compuesto, un
resultado automático de la suma de varios atributos más específicos. Se
puede hacer una analogía con el atributo tamaño: el tamaño de algo es producto
de su longitud, ancho, y grosor. Así como un cuerpo se agranda cuando aumenta
en cualquiera de estas dimensiones, así el estado de consciencia se hace intensifica,
cuando incrementa en claridad, alcance, impacto emocional, etc.

Concreticemos esto con el caso de ‘ver’:
la intensidad varía en relación a la claridad, agudeza, tiempo, atención y
propósito. Uno ve algo con menor claridad cuando enfoca en algo más cercano al
objeto visto, o cuando uno ve algo entre la niebla, o cuando lo ve con visión
periférica. La agudeza, depende de la cantidad de detalles vistos, que puede
variar con la distancia, con la condición de los ojos de uno, y con las
condiciones de la iluminación. El tiempo hace la diferencia entre echar un
vistazo, contemplar, o mirar fijamente. Más o menos atención cuando uno ve. El
propósito con que uno ve en un momento dado, establece la atención al ver vs. oír,
sentir, saborear, etc.

Consideremos las subdivisiones de ‘ver’:
divisar, espiar, quedarse embobado, contemplar, ojear, avistar, entrever, mirar,
comerse a alguien con los ojos, atisbar, dar una mirada, escudriñar, mirar
fijamente, observar. Las mediciones aquí son aproximaciones, pero la precisión
es irrelevante. Basta observar una variación de grado.

Para conceptualizar ‘ver’ uno necesita darse
cuenta de la similitud entre distintos actos de ver, pero uno no tiene que
saber explícitamente como medirlos, ni cuáles son los diferentes elementos de
intensidad. Después de que uno ha separado el ‘ver’ de las ‘cosas vistas’ uno
conceptualiza la acción de la misma manera que cualquier otro concepto.

Ayn Rand lo dijo así: “La formación
de los conceptos introspectivos sigue los mismos principios que la formación de
los conceptos extrospectivos. Un concepto perteneciente a la consciencia es una
integración mental de dos o más casos de un proceso psicológico que posee las
mismas características distintivas omitiendo tanto los contenidos particulares
como también las mediciones de la intensidad de la acción, basado en el
principio de que estas medidas deben existir en alguna cantidad pero pueden
existir en cualquier cantidad (es decir, que un proceso psicológico dado debe
poseer algún contenido y algún grado de intensidad, pero puede poseer cualquier
contenido o gradación de la categoría apropiada).” [IEO]

Y es
así como formamos el concepto de conciencia.


Objetivismo y el concepto de conciencia

Redacción República
16 de septiembre, 2014

Conocer
perceptualmente es una actividad, un proceso automático inconsciente que no
está sujeto a la voluntad: uno es consciente de sus resultados pero no del
proceso mismo. En cambio, conocer conceptualmente es una actividad, un proceso
consciente volitivamente autogenerado. Se consigue y mantiene mediante una
acción continua.

Pero,
¿cómo formamos el concepto, no de entidades, pero de consciencia? La
extrospección es un proceso de cognición dirigido hacia lo exterior –el proceso
de aprehender existentes del mundo externo. Pero para conocer la consciencia es
necesaria la introspección, que es un proceso de cognición orientado hacia lo
interior –el proceso de aprehender las acciones mentales propias: percepción,
evaluación, emoción, pensamiento, reminiscencia e imaginación.

Cuando
uno ve, por ejemplo, a una mujer caminando, la acción de su consciencia es
percepción; cuando advierte que es hermosa, la acción de su consciencia es
evaluación; cuando experimenta placer y aprobación, la acción de su consciencia
es emoción.Cuando saca conclusiones a partir de la
evidencia, sobre su carácter, edad, posición social, la acción de su
consciencia es reflexión; cuando más tarde recuerda el incidente, la acción de
su consciencia es reminiscencia. Cuando considera que su apariencia mejoraría
si su cabello fuera negro en lugar de castaño y su vestido azul en lugar de
rojo, la acción de su consciencia es
imaginación.

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La
pregunta para la teoría Objetivista, es ¿cómo funciona la omisión de medidas
dentro de un DCC (Denominador Conceptual Común) en la formación de conceptos de
la conciencia?

Analicemos
esto con el concepto de primer nivel, ‘ver’, que abstrae la acción de la
consciencia de sus contenidos, de lo que se ve. Recordemos que la abstracción
es diferenciación. Al cerrar los ojos, uno deja de ver, y vuelve a ver al
abrirlos nuevamente. Así se puede diferenciar lo visto, del acto de ver, el
contenido de la consciencia de la acción de la misma. Uno puede también diferenciar el ver un objeto de
la sensación de tocarlo, del olor que despide y del sonido que produce, etc.
Aunque estas diferenciaciones no son tan dramáticas como la que resulta de
abrir y cerrar los ojos.

Igual que uno aísla una característica de
una entidad, uno aísla la acción de su consciencia del contenido de la misma
por diferenciación, implícitamente por el Método de Mill. Uno observa las
diferencias entre estas distintas acciones –abrir y cerrar los ojos, y las
consecuencias de tales acciones con respecto al contenido de la consciencia. Los
dos atributos fundamentales en la función de la consciencia humana son: el
contenido y la acción; el contenido de la consciencia y su acción en relación
con ese contenido. Estos dos atributos son el Denominador Conceptual Común
fundamental de todo concepto que concierne a la conciencia.

También se puede observar las similitudes
entre las acciones de su conciencia en distintas ocasiones, al observar estas
acciones en distintas secuencias, combinaciones y gradaciones aplicadas a otros
objetos. Esta abstracción por similitudes es por el Método de Concordancia de
Mill.

¿Pero difieren los actos de ver
cuantitativamente? ¿Cuándo difieren, difieren en medida?

La intensidad mental no es un atributo
solo, sino que un compuesto, un
resultado automático de la suma de varios atributos más específicos. Se
puede hacer una analogía con el atributo tamaño: el tamaño de algo es producto
de su longitud, ancho, y grosor. Así como un cuerpo se agranda cuando aumenta
en cualquiera de estas dimensiones, así el estado de consciencia se hace intensifica,
cuando incrementa en claridad, alcance, impacto emocional, etc.

Concreticemos esto con el caso de ‘ver’:
la intensidad varía en relación a la claridad, agudeza, tiempo, atención y
propósito. Uno ve algo con menor claridad cuando enfoca en algo más cercano al
objeto visto, o cuando uno ve algo entre la niebla, o cuando lo ve con visión
periférica. La agudeza, depende de la cantidad de detalles vistos, que puede
variar con la distancia, con la condición de los ojos de uno, y con las
condiciones de la iluminación. El tiempo hace la diferencia entre echar un
vistazo, contemplar, o mirar fijamente. Más o menos atención cuando uno ve. El
propósito con que uno ve en un momento dado, establece la atención al ver vs. oír,
sentir, saborear, etc.

Consideremos las subdivisiones de ‘ver’:
divisar, espiar, quedarse embobado, contemplar, ojear, avistar, entrever, mirar,
comerse a alguien con los ojos, atisbar, dar una mirada, escudriñar, mirar
fijamente, observar. Las mediciones aquí son aproximaciones, pero la precisión
es irrelevante. Basta observar una variación de grado.

Para conceptualizar ‘ver’ uno necesita darse
cuenta de la similitud entre distintos actos de ver, pero uno no tiene que
saber explícitamente como medirlos, ni cuáles son los diferentes elementos de
intensidad. Después de que uno ha separado el ‘ver’ de las ‘cosas vistas’ uno
conceptualiza la acción de la misma manera que cualquier otro concepto.

Ayn Rand lo dijo así: “La formación
de los conceptos introspectivos sigue los mismos principios que la formación de
los conceptos extrospectivos. Un concepto perteneciente a la consciencia es una
integración mental de dos o más casos de un proceso psicológico que posee las
mismas características distintivas omitiendo tanto los contenidos particulares
como también las mediciones de la intensidad de la acción, basado en el
principio de que estas medidas deben existir en alguna cantidad pero pueden
existir en cualquier cantidad (es decir, que un proceso psicológico dado debe
poseer algún contenido y algún grado de intensidad, pero puede poseer cualquier
contenido o gradación de la categoría apropiada).” [IEO]

Y es
así como formamos el concepto de conciencia.