Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

Politiquero Populista

María Dolores Arias
04 de febrero, 2015

El populismo está ganando cada vez más adeptos y espacios políticos. Sólo basta dar un recorrido por el mundo para confirmar este hecho. Las elecciones en Grecia las gana el partido Syriza cuyo candidato, Alexis Tsipras, prometió acabar con la austeridad en el manejo del Estado y aumentar el gasto público. También promete defender a los griegos de las condiciones aprobadas por las autoridades anteriores cuando firmaron el rescate financiero con la Troika.

Algo que me llama la atención en este asunto, es que por lo general cuando los politiqueros necesitan el dinero, aceptan las condiciones impuestas para recibirlo y cuando llega el momento de cumplir, es entonces cuando hacen el “análisis” de las mismas y concluyen que son ilegales e inmorales. Este caso ¿quiénes son los inmorales?

En España, el descontento con la crisis económica que ha ocasionado el desempleo y el recorte en el gasto público  hace que más gente se una a Podemos de Pablo Iglesias, no tanto por sus propuestas sino por el hartazgo hacia la clase mercantilista  y política que ha estado en el poder. Este hastío ha sido muy bien capitalizado no sólo por Iglesias o Tsipras sino también por muchos politiqueros de nuestras latitudes.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Mediante el lenguaje atolitario estos politiqueros pretenden adormecer nuestro sentido común, ofrecen cambiar las cosas, quitar a quienes están en el poder y repartir con todos la riqueza creada por algunos. Buscan mediante sus discursos llenos de frases bonitas y de mensajes emotivos que no lleguemos a la raíz del problema. Que creamos que la solución es cambiar a quien está en la silla del poder y poner a otro.

El populista no tiene necesidad de identificarse con derechas o izquierdas, arriba o abajo, a final de cuentas, cualquiera de estas es un vehículo para llegar al poder y mantenerse en él. Es más eficiente que una navaja suiza ya que cuenta con la solución para todo, se acomoda al público que tiene enfrente y le dice lo que estos quiere escuchar.

El Politiquero Populista –el “PoPo”-  siempre lo va a comprender, reconfortar y le dirá que no está en sus manos mejorar su situación. Que es obligación del gobierno darle comida, techo y diversión. Que cuando llegue al poder no lo olvidará a usted que votó por él. Que trabajará día y noche para que usted esté mejor. Además le dirá que para lograr esos “nobles” propósitos necesita tener su apoyo en el Congreso y que es necesario vote por su partido en todas las papeletas.

El “PoPo” le endulzará el oído con canciones pegajosas que no dicen nada. Irá a lugares -a los que después nunca regresará-  ofreciendo espejitos, bolsas de alimentos, pilas, mochilas,  a cambio aparentemente de sólo su voto. Lo que realmente le estará pidiendo es un cheque en blanco para disponer de su futuro y el de sus hijos.

El “PoPo” lo puede encontrar en cualquier puesto burocrático desde presidente, vicepresidente, ministros, diputados hasta directores y líderes sindicales o estudiantiles; así como en cualquier parte del mundo: España, Grecia, México, Venezuela, Ecuador, Chile, Argentina y Guatemala por solo mencionar algunos países.  Todos tienen en común su aversión a la República que los limita en el ejercicio del poder y los iguala ante la Ley.

El “PoPo” necesita de votantes que renuncien a su facultad más valiosa: la razón, ya que está ávido de borregos para pastorear y trasquilar. Entre menos razone y vaya a la raíz de las cosas el votante, más exitoso será el “PoPo” en obtener el poder.

Es su decisión desenmascarar al PoPo y cambiar el sistema o, no hacer nada y enterrar la cabeza en la…tierra.

@Md30

Facebook.com/mda30

Politiquero Populista

María Dolores Arias
04 de febrero, 2015

El populismo está ganando cada vez más adeptos y espacios políticos. Sólo basta dar un recorrido por el mundo para confirmar este hecho. Las elecciones en Grecia las gana el partido Syriza cuyo candidato, Alexis Tsipras, prometió acabar con la austeridad en el manejo del Estado y aumentar el gasto público. También promete defender a los griegos de las condiciones aprobadas por las autoridades anteriores cuando firmaron el rescate financiero con la Troika.

Algo que me llama la atención en este asunto, es que por lo general cuando los politiqueros necesitan el dinero, aceptan las condiciones impuestas para recibirlo y cuando llega el momento de cumplir, es entonces cuando hacen el “análisis” de las mismas y concluyen que son ilegales e inmorales. Este caso ¿quiénes son los inmorales?

En España, el descontento con la crisis económica que ha ocasionado el desempleo y el recorte en el gasto público  hace que más gente se una a Podemos de Pablo Iglesias, no tanto por sus propuestas sino por el hartazgo hacia la clase mercantilista  y política que ha estado en el poder. Este hastío ha sido muy bien capitalizado no sólo por Iglesias o Tsipras sino también por muchos politiqueros de nuestras latitudes.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

Mediante el lenguaje atolitario estos politiqueros pretenden adormecer nuestro sentido común, ofrecen cambiar las cosas, quitar a quienes están en el poder y repartir con todos la riqueza creada por algunos. Buscan mediante sus discursos llenos de frases bonitas y de mensajes emotivos que no lleguemos a la raíz del problema. Que creamos que la solución es cambiar a quien está en la silla del poder y poner a otro.

El populista no tiene necesidad de identificarse con derechas o izquierdas, arriba o abajo, a final de cuentas, cualquiera de estas es un vehículo para llegar al poder y mantenerse en él. Es más eficiente que una navaja suiza ya que cuenta con la solución para todo, se acomoda al público que tiene enfrente y le dice lo que estos quiere escuchar.

El Politiquero Populista –el “PoPo”-  siempre lo va a comprender, reconfortar y le dirá que no está en sus manos mejorar su situación. Que es obligación del gobierno darle comida, techo y diversión. Que cuando llegue al poder no lo olvidará a usted que votó por él. Que trabajará día y noche para que usted esté mejor. Además le dirá que para lograr esos “nobles” propósitos necesita tener su apoyo en el Congreso y que es necesario vote por su partido en todas las papeletas.

El “PoPo” le endulzará el oído con canciones pegajosas que no dicen nada. Irá a lugares -a los que después nunca regresará-  ofreciendo espejitos, bolsas de alimentos, pilas, mochilas,  a cambio aparentemente de sólo su voto. Lo que realmente le estará pidiendo es un cheque en blanco para disponer de su futuro y el de sus hijos.

El “PoPo” lo puede encontrar en cualquier puesto burocrático desde presidente, vicepresidente, ministros, diputados hasta directores y líderes sindicales o estudiantiles; así como en cualquier parte del mundo: España, Grecia, México, Venezuela, Ecuador, Chile, Argentina y Guatemala por solo mencionar algunos países.  Todos tienen en común su aversión a la República que los limita en el ejercicio del poder y los iguala ante la Ley.

El “PoPo” necesita de votantes que renuncien a su facultad más valiosa: la razón, ya que está ávido de borregos para pastorear y trasquilar. Entre menos razone y vaya a la raíz de las cosas el votante, más exitoso será el “PoPo” en obtener el poder.

Es su decisión desenmascarar al PoPo y cambiar el sistema o, no hacer nada y enterrar la cabeza en la…tierra.

@Md30

Facebook.com/mda30