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¿El Narcotráfico es una pelea de los Guatemaltecos?

Redacción
11 de marzo, 2015

Muchas guerras se provocan por motivos espurios, la del narcotráfico no deja de ser una de ellas.

Simplemente hay que recordar que en la novela de Mario Puso, “El Padrino”, la familia Carleone se enfrento a las otras de la mafia hace casi 100 años, cuando ellos no quisieron participar en el negocio de las drogas. Ya en esa época los mafiosos tenían en su nómina senadores, diputados, jueces, policías y gran cantidad de burócratas. Será posible que esto dejo de suceder en el mundo; o esta organización multinacional que ha tenido la más alta rentabilidad imaginada que cualquier otro negocio lícito ha desaparecido. O ha extendido sus tentáculos a toda la faz de la tierra. Situación en la Latino América son las tierras de producción pero el verdadero margen se queda en los puntos de venta final de la droga, que son los países ricos. Es allí donde se encuentran los “Cuarteles de mando”, con los verdaderos capos, que seguramente juegan golf y que son mentores en sus iglesias en lugares como Chicago y Nueva York.

Entonces es justo que en los países minúsculos y pobres como los nuestros, juguemos el juego que con el soporte de los países desarrollados vamos a controlar al “pseudo-narcotráfico” o tráfico de droga por nuestros territorios?

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Esta es una pelea o guerra que en el fondo no existe. Simplemente es una cortina de humo de un negocio, en donde hay una doble moral; en la que se pretende que nosotros pongamos a los muertos y los dueños del negocio las ganancias. Somos territorios de tercer nivel donde los mandos se disputan las ganancias menores, y ser quienes entregan la mercancía de la manera más rápida y eficaz al destino de siempre.

La única guerra que debemos luchar los guatemaltecos debe ser que no conviertan nuestro territorio en una zona de venta. Que los capos locales no empiecen a corromper nuestras estructuras políticas y sociales, gracias al exceso de liquidez mal habida. Que las cuantiosas migajas que se quedan en nuestras tierras no financien y laven su dinero en negocios supuestamente lícitos, para que erosionen nuestra sociedad y desvirtúen los valores e ideales que han sido parte de nuestra cultura.

Por otro lado, el riesgo de un país pobre como el nuestro, es que los que se contaminen con estos negocios de éxito fácil, pueden convertirse en los modelos a seguir de aquellos que NO están dispuestos a pagar el precio del éxito, a base de esfuerzo personal.

Si es que se pudiera negociar este tipo de cuestiones con quienes son parte y contraparte de este tipo de negocios, no será mejor el implementar un impuesto por el tránsito de droga de una manera ordenada y abierta; de igual forma se va a dar, pero si penar la distribución local, pues esto si nos compete directamente, ya que los muertos y los drogadictos serán nuestros hijos y nietos.

De cualquier manera el negocio de la droga es tan fuerte y tan grande que realmente es muy poco lo que nuestro país puede hacer al respecto, pero debemos intentar que no nos toque la peor parte. Hay que hacerles menos atractivo el que usen nuestro territorio. Pero al menos que no nos quieran ver la cara de tontos.

Para terminar de complicar el panorama, nuestras autoridades de papel, quieren que paguemos más impuestos para pagar el circo de un negocio en el que solo salimos perdiendo, no tiene sentido.

De lo que ya no estoy seguro es, sí todavía hay alguna posibilidad de quedar al margen de este problema, que ya se salió de las manos nuestras, por la falta de agallas de quienes nos han gobernado y por temor o falta de valores se han vendido a este cáncer; DEBEMOS HACER ALGO.

¿El Narcotráfico es una pelea de los Guatemaltecos?

Redacción
11 de marzo, 2015

Muchas guerras se provocan por motivos espurios, la del narcotráfico no deja de ser una de ellas.

Simplemente hay que recordar que en la novela de Mario Puso, “El Padrino”, la familia Carleone se enfrento a las otras de la mafia hace casi 100 años, cuando ellos no quisieron participar en el negocio de las drogas. Ya en esa época los mafiosos tenían en su nómina senadores, diputados, jueces, policías y gran cantidad de burócratas. Será posible que esto dejo de suceder en el mundo; o esta organización multinacional que ha tenido la más alta rentabilidad imaginada que cualquier otro negocio lícito ha desaparecido. O ha extendido sus tentáculos a toda la faz de la tierra. Situación en la Latino América son las tierras de producción pero el verdadero margen se queda en los puntos de venta final de la droga, que son los países ricos. Es allí donde se encuentran los “Cuarteles de mando”, con los verdaderos capos, que seguramente juegan golf y que son mentores en sus iglesias en lugares como Chicago y Nueva York.

Entonces es justo que en los países minúsculos y pobres como los nuestros, juguemos el juego que con el soporte de los países desarrollados vamos a controlar al “pseudo-narcotráfico” o tráfico de droga por nuestros territorios?

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Esta es una pelea o guerra que en el fondo no existe. Simplemente es una cortina de humo de un negocio, en donde hay una doble moral; en la que se pretende que nosotros pongamos a los muertos y los dueños del negocio las ganancias. Somos territorios de tercer nivel donde los mandos se disputan las ganancias menores, y ser quienes entregan la mercancía de la manera más rápida y eficaz al destino de siempre.

La única guerra que debemos luchar los guatemaltecos debe ser que no conviertan nuestro territorio en una zona de venta. Que los capos locales no empiecen a corromper nuestras estructuras políticas y sociales, gracias al exceso de liquidez mal habida. Que las cuantiosas migajas que se quedan en nuestras tierras no financien y laven su dinero en negocios supuestamente lícitos, para que erosionen nuestra sociedad y desvirtúen los valores e ideales que han sido parte de nuestra cultura.

Por otro lado, el riesgo de un país pobre como el nuestro, es que los que se contaminen con estos negocios de éxito fácil, pueden convertirse en los modelos a seguir de aquellos que NO están dispuestos a pagar el precio del éxito, a base de esfuerzo personal.

Si es que se pudiera negociar este tipo de cuestiones con quienes son parte y contraparte de este tipo de negocios, no será mejor el implementar un impuesto por el tránsito de droga de una manera ordenada y abierta; de igual forma se va a dar, pero si penar la distribución local, pues esto si nos compete directamente, ya que los muertos y los drogadictos serán nuestros hijos y nietos.

De cualquier manera el negocio de la droga es tan fuerte y tan grande que realmente es muy poco lo que nuestro país puede hacer al respecto, pero debemos intentar que no nos toque la peor parte. Hay que hacerles menos atractivo el que usen nuestro territorio. Pero al menos que no nos quieran ver la cara de tontos.

Para terminar de complicar el panorama, nuestras autoridades de papel, quieren que paguemos más impuestos para pagar el circo de un negocio en el que solo salimos perdiendo, no tiene sentido.

De lo que ya no estoy seguro es, sí todavía hay alguna posibilidad de quedar al margen de este problema, que ya se salió de las manos nuestras, por la falta de agallas de quienes nos han gobernado y por temor o falta de valores se han vendido a este cáncer; DEBEMOS HACER ALGO.