Hay cosas que siempre están en nuestras vidas, no importa el momento que estemos atravesando, la edad o nuestra “clase social”, todos los seres humanos, sin excepción, tenemos problemas. Y bueno, no es que yo acabe de decirle algo completamente revelador y que ahora usted vaya a vivir mejor gracias a lo que acaba de leer, pero hay que aceptar que para poder resolver estas situaciones uno se vuelve todo un artista. Sí, así como leyó, un artista.
Todos llevamos un poco de artistas en la médula, todos. Y si usted está pensando que en realidad nunca se le dio eso de pintar ni cantar déjeme decirle que ser artista va más allá de eso. Todos aquellos que pueden llevar este título, en la cotidianidad de la vida, tienen algo en común: tienen pasión por ese que les brindo el título de artistas. Y bien para poder sobrevivir a esta vida es necesario tenerle alguito de pasión, amor desmedido a la tremenda oportunidad que se nos da de vivir y poder trascender cada día. Además son expertos en alguna rama del amplio árbol del arte, se preparan, estudian, entrenan, aprenden y ensayan en pro de mejorar eso que ya saben hacer, pero que quieren hacer aún mejor día a día.
Y si hay algo en lo que deberíamos volvernos expertos es en resolver problemas y es por la simple y llana razón que estos van a acompañarnos todos los días de nuestra vida. Uno al final del día logra conseguir un doctorado en esto. Pero dígame si no es todo un arte. Para iniciar uno debe de ser muy paciente y tener la capacidad de tolerar todo lo que se venga encima. Uno debe de actuar con prudencia, pero al mismo tiempo con cierta agilidad pues uno no puede andar por la vida arrastrando problemas. Y esto porque se hacen más y más grandes aunque siempre tienen solución sin importar su tamaño, el asunto es que es más sencillo resolver cualquier cosa es su etapa inicial que en algo más avanzado. Hay que llenarse de valor, otra característica de los artistas, para lograr resolver un conflicto en la vida. Algunos requieren más que otros, pero el valor es fundamental siempre. Responsabilidad para encararlos y no salir corriendo pensando que somos más rápidos que los problemas. Ellos sabrán cómo encontrarnos y son tan astutos que cuando nos los volvemos a encontrar nos acorralan entre dos y cinco más. Alegría, no se puede resolver un problema sin esta cualidad, hay unas en las que funciona mejor, pero en generalidad enfrentar un problema con una sonrisa es más sencillo.
Todos tenemos problemas y de todos tamaños, colores, sabores y nombres. Y de no tenerlos la vida sería tan sencilla, tan sin chiste y sin sabor porque nuestra capacidad y pasión por la vida nunca serían puestos a prueba estaríamos dando todo por sentado y ese sí que es un grave error. Hay que darnos un buen reconocimiento por todos aquellas situaciones que hemos logrado superar y las que sin saber estamos superando ya, por las que resolveremos en unos cuantos minutos, días o años. ¡¡Felicidades por ser todo un artista en esto de la vida!! Y sobre todo felicidades por comprender que esto de resolver problemas es todo un arte.