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“Yesterday”

Redacción
01 de septiembre, 2016

El ayer parece haberse convertido en el anhelo más grande para muchos de los implicados en los casos de corrupción. Los privilegios que durante años gozaron por servirse del Estado, en lugar de servir al mismo, hoy se desvanecen. En un sistema en el cual la corrupción era la regla parece casi imposible imaginar que hoy impere el miedo. Uno a uno, desde los más altos funcionarios, hasta aquellos que pasaban desapercibidos, han caído quienes se aprovecharon del sistema para enriquecerse. Este también es el caso de Anabella de León, ex Registradora General de la Propiedad y quien antes fue diputada.
El Congreso de la República fue precisamente el lugar en el que la ahora acusada de fraude fue seducida por las mieles del poder. Esa misma droga que al parecer ha enloquecido a tantos funcionarios guatemaltecos. No obstante, en sus inicios, la parlamentaria se caracterizó por su lucha en contra de la corrupción. En esta batalla se hacía acompañar de la ex Vicepresidenta Roxana Baldetti. Ambas lideraban en el Legislativo, al frente del Partido Patriota, un movimiento anticorrupción que se caracterizaba por la presentación constante de denuncias hacia sus colegas y funcionarios en general. Durante el gobierno de la Unidad Nacional de la Esperanza esta tendencia cobró aún mayor fuerza. No obstante, en la actualidad ambas se encuentran enfrentando procesos judiciales precisamente por casos de corrupción.
Los casos de Roxana Baldetti son ya bien conocidos, pero el de Anabella de León -el más reciente #BotínRegistroPropiedad- termina de ilustrar las mil maneras ideadas por la agrupación Patriota para enriquecerse a través del Estado, el cual en efecto percibían como un botín. En la actualidad, antes de ser capturada, la señalada no ostentaba ningún cargo público; su último intento por permanecer en el poder fue su candidatura a la alcaldía metropolitana durante las elecciones 2015. Despojada del blindaje que los cargos públicos le habían brindado durante tantos años, hoy debe enfrentar a la justicia sin ningún tipo de privilegio o protección. La acusación efectuada por el Ministerio Público y CICIG es producto de una investigación a través de la cual pudo comprobarse la creación de plazas fantasma y adjudicación de contratos irregulares dentro del Registro General de la Propiedad.
Mientras su caso avanza deberá permanecer en la prisión de mujeres Santa Teresa, en donde nuevamente compartirá espacio con su compañera de mil batallas, quien ya desde hace casi un año experimenta en este lugar las consecuencias del desfalco en el Estado. Bajo este escenario todo parece indicar que los problemas de Anabella de León ya no se ven tan lejanos. El ayer ya pasó y el hoy ha llegado. Ahora toca enfrentar a la justicia, con la expectativa de que la misma será impartida de manera transparente e imparcial.
Si bien este caso únicamente se suma a otros que aún están pendientes –y que la ciudadanía demanda -, es necesario recordar que la apuesta de una Guatemala en proceso de transformación debe ser por una justicia efectiva y no inmediata. En este sentido, deben respetarse cada una de las fases del proceso, iniciando por las investigaciones, las cuales deben estar debidamente sustentadas para ser presentadas en Tribunales. Esta apuesta hacia la efectividad indudablemente contribuirá a modernizar nuestro sistema de justicia, victoria que se sumara a las que como ciudadanos logramos desde el año pasado.

República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo

“Yesterday”

Redacción
01 de septiembre, 2016

El ayer parece haberse convertido en el anhelo más grande para muchos de los implicados en los casos de corrupción. Los privilegios que durante años gozaron por servirse del Estado, en lugar de servir al mismo, hoy se desvanecen. En un sistema en el cual la corrupción era la regla parece casi imposible imaginar que hoy impere el miedo. Uno a uno, desde los más altos funcionarios, hasta aquellos que pasaban desapercibidos, han caído quienes se aprovecharon del sistema para enriquecerse. Este también es el caso de Anabella de León, ex Registradora General de la Propiedad y quien antes fue diputada.
El Congreso de la República fue precisamente el lugar en el que la ahora acusada de fraude fue seducida por las mieles del poder. Esa misma droga que al parecer ha enloquecido a tantos funcionarios guatemaltecos. No obstante, en sus inicios, la parlamentaria se caracterizó por su lucha en contra de la corrupción. En esta batalla se hacía acompañar de la ex Vicepresidenta Roxana Baldetti. Ambas lideraban en el Legislativo, al frente del Partido Patriota, un movimiento anticorrupción que se caracterizaba por la presentación constante de denuncias hacia sus colegas y funcionarios en general. Durante el gobierno de la Unidad Nacional de la Esperanza esta tendencia cobró aún mayor fuerza. No obstante, en la actualidad ambas se encuentran enfrentando procesos judiciales precisamente por casos de corrupción.
Los casos de Roxana Baldetti son ya bien conocidos, pero el de Anabella de León -el más reciente #BotínRegistroPropiedad- termina de ilustrar las mil maneras ideadas por la agrupación Patriota para enriquecerse a través del Estado, el cual en efecto percibían como un botín. En la actualidad, antes de ser capturada, la señalada no ostentaba ningún cargo público; su último intento por permanecer en el poder fue su candidatura a la alcaldía metropolitana durante las elecciones 2015. Despojada del blindaje que los cargos públicos le habían brindado durante tantos años, hoy debe enfrentar a la justicia sin ningún tipo de privilegio o protección. La acusación efectuada por el Ministerio Público y CICIG es producto de una investigación a través de la cual pudo comprobarse la creación de plazas fantasma y adjudicación de contratos irregulares dentro del Registro General de la Propiedad.
Mientras su caso avanza deberá permanecer en la prisión de mujeres Santa Teresa, en donde nuevamente compartirá espacio con su compañera de mil batallas, quien ya desde hace casi un año experimenta en este lugar las consecuencias del desfalco en el Estado. Bajo este escenario todo parece indicar que los problemas de Anabella de León ya no se ven tan lejanos. El ayer ya pasó y el hoy ha llegado. Ahora toca enfrentar a la justicia, con la expectativa de que la misma será impartida de manera transparente e imparcial.
Si bien este caso únicamente se suma a otros que aún están pendientes –y que la ciudadanía demanda -, es necesario recordar que la apuesta de una Guatemala en proceso de transformación debe ser por una justicia efectiva y no inmediata. En este sentido, deben respetarse cada una de las fases del proceso, iniciando por las investigaciones, las cuales deben estar debidamente sustentadas para ser presentadas en Tribunales. Esta apuesta hacia la efectividad indudablemente contribuirá a modernizar nuestro sistema de justicia, victoria que se sumara a las que como ciudadanos logramos desde el año pasado.

República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo