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“Gastemos menos y solo en lo prioritario”

Ramon Parellada
04 de noviembre, 2018

La semana pasada comenté que El Congreso de la República no debería aprobar el presupuesto de Ingresos y Egresos del Estado de Guatemala porque están sobre-estimados los ingresos tributarios e inflados los gastos.  El gobierno ha incrementado mucho los gastos de funcionamiento.

En vez de buscar se austeros siguen gastando en funcionamiento que, con excepción de Seguridad y Justicia, lo demás puede ser brindado en forma más eficiente por personas en lo privado.  Incluso mucho de la Seguridad y Justicia ya se brinda en forma privada.   En cuanto a seguridad, no hay dudas pues hay más agentes de seguridad privada que la totalidad de agentes policíacos pertenecientes a la Policía Nacional Civil (PNC).  Y en cuanto a Justicia, algo de arbitraje se está haciendo, pero se podría ampliar mucho más para evitar saturar nuestro ineficiente sistema de Justicia y que se dedique principalmente a los casos penales más relevantes. De igual forma, considero que no es aquí donde hay que recortar el gasto, sino que estas dos funciones primordiales que justifican la existencia del Gobierno deben reforzarse aún más.

El gasto debe recortarse en todas aquellas cosas que el gobierno hace mal.  Con justificaciones sociales se ha metido a tanto que no puede hacer nada en forma eficiente ni bien.  Para muestra un botón.  La educación del país que está en manos de los sindicatos sigue siendo deficiente y en vez de abrir las posibilidades a más competencia, la fastidian con infinidad de regulaciones mientras que los incrementos en presupuesto del Ministerio de Educación responden más a las presiones del sindicato (para evitar huelgas, bloqueos, manifestaciones, etc.) que con una verdadera mejora en la calidad de la enseñanza y sobretodo del aprendizaje de los estudiantes.

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Otro caso que da pena es el famoso Ministerio de Desarrollo Social que se encarga de repartir a diestra y siniestra cosas a ciertos grupos creando dependencia.  Es cierto que el presupuesto no es de los más grandes, pero ha ido creciendo y sigue aumentando.  También es cierto que este ministerio ha sido señalado en el pasado de corrupción y clientelismo político.  Si esta no es la forma de generar riqueza para los más pobres de este país ¿por qué seguimos con esta farsa?

Y así podría seguir con una cantidad enorme de secretarías que suman personal que no produce riqueza, que no incrementa la producción real del país, sino que se la consume.  El gasto del gobierno es, por definición,  puro consumo, no es productivo.

Para que la economía se reactive, el gobierno debe reducir su gasto, apretarse el cinturón.  Los únicos que realmente pueden hacer crecer la son los empresarios, los capitalistas, los que invierten y pagan impuestos, crean empleos permanentes, multiplican las oportunidades y aumentan la riqueza de todos.

Lo que recibe gobierno en impuestos ha tenido que salir del bolsillo de quienes producen riqueza.  Al trasladar esa riqueza al gobierno, quienes la crean disminuyen su ritmo de crecimiento.  Ciertamente, un gobierno austero dedicado principalmente a la Justicia y Seguridad y a la defensa de los derechos individuales como lo son la vida, la libertad y la propiedad, permiten que los individuos en lo privado puedan crear más riqueza con confianza permitiendo que todos tengan más oportunidades que incrementen su nivel de vida.

Lo contrario es lo que tenemos.  Un gobierno gordo que gasta en tantas cosas a la vez y que impone impuestos para cubrir todo ese gasto inútil disminuye el crecimiento económico del país con sus intervenciones, especialmente con su tortuguismo, burocracia, regulaciones, permisos y licencias.  Además, un sistema así crea corrupción por todos lados.

Los diputados tienen en sus manos el proyecto de presupuesto para el 2019.  No deben aprobarlo como está.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

“Gastemos menos y solo en lo prioritario”

Ramon Parellada
04 de noviembre, 2018

La semana pasada comenté que El Congreso de la República no debería aprobar el presupuesto de Ingresos y Egresos del Estado de Guatemala porque están sobre-estimados los ingresos tributarios e inflados los gastos.  El gobierno ha incrementado mucho los gastos de funcionamiento.

En vez de buscar se austeros siguen gastando en funcionamiento que, con excepción de Seguridad y Justicia, lo demás puede ser brindado en forma más eficiente por personas en lo privado.  Incluso mucho de la Seguridad y Justicia ya se brinda en forma privada.   En cuanto a seguridad, no hay dudas pues hay más agentes de seguridad privada que la totalidad de agentes policíacos pertenecientes a la Policía Nacional Civil (PNC).  Y en cuanto a Justicia, algo de arbitraje se está haciendo, pero se podría ampliar mucho más para evitar saturar nuestro ineficiente sistema de Justicia y que se dedique principalmente a los casos penales más relevantes. De igual forma, considero que no es aquí donde hay que recortar el gasto, sino que estas dos funciones primordiales que justifican la existencia del Gobierno deben reforzarse aún más.

El gasto debe recortarse en todas aquellas cosas que el gobierno hace mal.  Con justificaciones sociales se ha metido a tanto que no puede hacer nada en forma eficiente ni bien.  Para muestra un botón.  La educación del país que está en manos de los sindicatos sigue siendo deficiente y en vez de abrir las posibilidades a más competencia, la fastidian con infinidad de regulaciones mientras que los incrementos en presupuesto del Ministerio de Educación responden más a las presiones del sindicato (para evitar huelgas, bloqueos, manifestaciones, etc.) que con una verdadera mejora en la calidad de la enseñanza y sobretodo del aprendizaje de los estudiantes.

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Otro caso que da pena es el famoso Ministerio de Desarrollo Social que se encarga de repartir a diestra y siniestra cosas a ciertos grupos creando dependencia.  Es cierto que el presupuesto no es de los más grandes, pero ha ido creciendo y sigue aumentando.  También es cierto que este ministerio ha sido señalado en el pasado de corrupción y clientelismo político.  Si esta no es la forma de generar riqueza para los más pobres de este país ¿por qué seguimos con esta farsa?

Y así podría seguir con una cantidad enorme de secretarías que suman personal que no produce riqueza, que no incrementa la producción real del país, sino que se la consume.  El gasto del gobierno es, por definición,  puro consumo, no es productivo.

Para que la economía se reactive, el gobierno debe reducir su gasto, apretarse el cinturón.  Los únicos que realmente pueden hacer crecer la son los empresarios, los capitalistas, los que invierten y pagan impuestos, crean empleos permanentes, multiplican las oportunidades y aumentan la riqueza de todos.

Lo que recibe gobierno en impuestos ha tenido que salir del bolsillo de quienes producen riqueza.  Al trasladar esa riqueza al gobierno, quienes la crean disminuyen su ritmo de crecimiento.  Ciertamente, un gobierno austero dedicado principalmente a la Justicia y Seguridad y a la defensa de los derechos individuales como lo son la vida, la libertad y la propiedad, permiten que los individuos en lo privado puedan crear más riqueza con confianza permitiendo que todos tengan más oportunidades que incrementen su nivel de vida.

Lo contrario es lo que tenemos.  Un gobierno gordo que gasta en tantas cosas a la vez y que impone impuestos para cubrir todo ese gasto inútil disminuye el crecimiento económico del país con sus intervenciones, especialmente con su tortuguismo, burocracia, regulaciones, permisos y licencias.  Además, un sistema así crea corrupción por todos lados.

Los diputados tienen en sus manos el proyecto de presupuesto para el 2019.  No deben aprobarlo como está.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo