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Los errores de la izquierda norteamericana

Redacción
02 de marzo, 2018

Actualmente causa revuelo de nuevo el debate sobre el control de armas en los Estados Unidos. En ese contexto, y en esas circunstancias, los argumentos tienden a limitarse a la tradicional defensa de los Republicanos de la tenencia y portación de armas y de los Demócratas de limitarla, añadiendo ahora deseos de eliminar la Segunda Enmienda de su Constitución, que dice:

“Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del Pueblo a poseer y portar armas no será infringido.”

Así pues, hemos de indagar en este debate actual y los errores en los que caen los Demócratas en este debate, aunque la argumentación republicana no salga tampoco absolutamente ilesa.

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Sin duda alguna es, como indica John Miltimore de la Fundación para la Educación Económica (FEE), una falsa dicotomía. Afirmar que el hecho de no regular las armas supone no hacer nada en absoluto para prevenir los asesinatos masivos es una falacia. ciertamente existen muchas otras acciones que los gobiernos locales, las comunidades e incluso los individuos pueden hacer para protegerse. Ampararse en la segunda enmienda, portando armas como medio de protección es una de ellas.

No obstante, la izquierda norteamericana ha sabido aprovecharse de los jóvenes y niños para justificarse a través de las emociones, como indica J.D. Tuccille en la revista Reason: “Los niños se ven arrastrados a las discusiones políticas por adultos que quieren triunfar en el debate y avergonzar a sus oponentes.”

Han obviado, sin duda, que uno de los factores determinantes en los ataques y asesinatos masivos es la salud mental de sus propios ciudadanos, los fallos en los controles del FBI y de los responsables de “background checks” en la venta de armas, y aún así se atreven a culpar a la libertad que, además de portar armas, les permite discutir su uso con toda tranquilidad.

Además, suelen apelar a Australia como ejemplo. En Australia, la tenencia y portación de armas está fuertemente restringida y, sin duda, no han tenido ataques masivos similares a los de estados Unidos. Pero las prohibiciones no son el único factor. En Suiza, por ejemplo, portar armas es tan fácil como en los Estados Unidos y es un país menos violento que incluso Australia.

La propuesta de permitir que la Segunda Enmienda siga vigente ha tenido muchas variantes: entrenar a los maestros de las escuelas, reforzar la seguridad privada, reforzar la seguridad pública, etc. En fin, la idea de quienes defienden la portación de armas es simple: permitirles que se protejan, cuando el gobierno, aunque resulte poco extraño, ha fallado en hacerlo.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Los errores de la izquierda norteamericana

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02 de marzo, 2018

Actualmente causa revuelo de nuevo el debate sobre el control de armas en los Estados Unidos. En ese contexto, y en esas circunstancias, los argumentos tienden a limitarse a la tradicional defensa de los Republicanos de la tenencia y portación de armas y de los Demócratas de limitarla, añadiendo ahora deseos de eliminar la Segunda Enmienda de su Constitución, que dice:

“Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del Pueblo a poseer y portar armas no será infringido.”

Así pues, hemos de indagar en este debate actual y los errores en los que caen los Demócratas en este debate, aunque la argumentación republicana no salga tampoco absolutamente ilesa.

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Sin duda alguna es, como indica John Miltimore de la Fundación para la Educación Económica (FEE), una falsa dicotomía. Afirmar que el hecho de no regular las armas supone no hacer nada en absoluto para prevenir los asesinatos masivos es una falacia. ciertamente existen muchas otras acciones que los gobiernos locales, las comunidades e incluso los individuos pueden hacer para protegerse. Ampararse en la segunda enmienda, portando armas como medio de protección es una de ellas.

No obstante, la izquierda norteamericana ha sabido aprovecharse de los jóvenes y niños para justificarse a través de las emociones, como indica J.D. Tuccille en la revista Reason: “Los niños se ven arrastrados a las discusiones políticas por adultos que quieren triunfar en el debate y avergonzar a sus oponentes.”

Han obviado, sin duda, que uno de los factores determinantes en los ataques y asesinatos masivos es la salud mental de sus propios ciudadanos, los fallos en los controles del FBI y de los responsables de “background checks” en la venta de armas, y aún así se atreven a culpar a la libertad que, además de portar armas, les permite discutir su uso con toda tranquilidad.

Además, suelen apelar a Australia como ejemplo. En Australia, la tenencia y portación de armas está fuertemente restringida y, sin duda, no han tenido ataques masivos similares a los de estados Unidos. Pero las prohibiciones no son el único factor. En Suiza, por ejemplo, portar armas es tan fácil como en los Estados Unidos y es un país menos violento que incluso Australia.

La propuesta de permitir que la Segunda Enmienda siga vigente ha tenido muchas variantes: entrenar a los maestros de las escuelas, reforzar la seguridad privada, reforzar la seguridad pública, etc. En fin, la idea de quienes defienden la portación de armas es simple: permitirles que se protejan, cuando el gobierno, aunque resulte poco extraño, ha fallado en hacerlo.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo