La comunicación política tanto en su etapa dentro de la administración pública como fuera de ella debe ser totalmente planificada, intencional y deliberada. El único objetivo de la comunicación política es incidir en la opinión pública a través de una estrategia de impacto con mensajes contundentes que den mayor fuerza a la proyección de una imagen.
La imagen de este gobierno es definitivamente el equivalente a la de un náufrago en mar abierto y a la deriva, en medio de una gran tormenta. Dicho en otras palabras, su barco ya se hundió. Sin embargo, la comparecencia de la señora Canciller Sandra Jovel ante la Corte de Constitucionalidadtiene tres conceptos clave de argumentación para ratificar la salida del embajador del Reino de Suecia, Anders kompass. La primera fue alegar un tema de “soberanía” diciendo que se trata de una cuestión de Estado; la segunda tiene que ver con la “injerencia extranjera” diciendo que esta se ha dado por parte del embajador en discordia por su supuesta intromisión en asuntos de política doméstica y la tercera es que acusan a la misma Corte de Constitucionalidad de haber incurrido en “injerencia o intromisión” al detener el proceso de cambio de embajador de Suecia, al otorgar un amparo provisional a la Fundación Myrna Mack.
Comunicación es percepción. Hablemos entonces sobre el mensaje que envió ayer lunes 13 de agosto de 2018, la comparecencia de los 14 ministros de Estado, pues hablar sobre apoyo a la Canciller Sandra Jovel tan solo puede ser considerado como un capricho, pues analizando este argumento detenidamente solo es factible pensar en dos mensajes que deja el Gobierno de Morales en cuanto a las prioridades de esta administración son: primero sacar a un embajador, hacer la oposición a Cicig, porque habiendo temas más prioritarios como la crisis en salud y seguridad, temas de seguridad alimentaria derivados de la sequía entre muchos otros temas, se cree importante mandar un mensaje de fuerza al reunir a los ministros para mostrar unidad; el segundo mensaje es que los ministros que gozaban de credibilidad aun este gobierno han quedado mal parados y han dado un golpe duro a su imagen por mostrar poco criterio y prestarse a un show mediático.
En comunicación política e imagen todo mundo quiere meter sus manos. Todo mundo da consejos. Todo mundo plantea soluciones y estrategias de comunicación, como si en realidad fuera tan fácil. ¡Tremendo error! La comunicación política requiere hoja de ruta que plantee desde el enfoque de la comunicación salida a crisis, en este caso autoprovocada. Una de las constantes del gobierno de Morales es el poco control de su agenda, además de tener un alcance limitado sobre la técnica y su implementación en cuanto a estrategias se refiere.
Ver a 14 de ministros de Estado en una actividad que no tiene mayor trascendencia para el país, ni para resolver las grandes prioridades pendientes, solamente puede ser catalogado como una “comparecencia para el desgaste” pues se quemaron por una simple ocurrencia que genera indignación, además que los expone causando daño a su imagen, que en algunos casos puede ser irreversible.
Enviar mensajes sensatos y llenos de coherencia es tan importante en la comunicación política porque permite liderar, permite posicionar y reconocer a aquellos servidores públicos electos o designados que están llenos de sentido común para poder gobernar, porque lo que más importante en una imagen es el nombre.
Lo esencial de comunicar es comunicar hacia dónde vamos, y por lo visto este gobierno en cada exposición pública pretende dejar en claro hacia dónde va. En este caso, la agenda está definida en mantener una férrea disputa en contra de CICIG, algo en lo que se no se ha escatimado las acciones del gobierno, mientras el país no avanza sino parece retroceder.
La comunicación política en su versión estratégica siempre buscará Incidir-mejorar-crecer y la única forma de ver este resultado es cuando se envían los mensajes correctos llenos de significado simbólico de manera contundente.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
La comunicación política tanto en su etapa dentro de la administración pública como fuera de ella debe ser totalmente planificada, intencional y deliberada. El único objetivo de la comunicación política es incidir en la opinión pública a través de una estrategia de impacto con mensajes contundentes que den mayor fuerza a la proyección de una imagen.
La imagen de este gobierno es definitivamente el equivalente a la de un náufrago en mar abierto y a la deriva, en medio de una gran tormenta. Dicho en otras palabras, su barco ya se hundió. Sin embargo, la comparecencia de la señora Canciller Sandra Jovel ante la Corte de Constitucionalidadtiene tres conceptos clave de argumentación para ratificar la salida del embajador del Reino de Suecia, Anders kompass. La primera fue alegar un tema de “soberanía” diciendo que se trata de una cuestión de Estado; la segunda tiene que ver con la “injerencia extranjera” diciendo que esta se ha dado por parte del embajador en discordia por su supuesta intromisión en asuntos de política doméstica y la tercera es que acusan a la misma Corte de Constitucionalidad de haber incurrido en “injerencia o intromisión” al detener el proceso de cambio de embajador de Suecia, al otorgar un amparo provisional a la Fundación Myrna Mack.
Comunicación es percepción. Hablemos entonces sobre el mensaje que envió ayer lunes 13 de agosto de 2018, la comparecencia de los 14 ministros de Estado, pues hablar sobre apoyo a la Canciller Sandra Jovel tan solo puede ser considerado como un capricho, pues analizando este argumento detenidamente solo es factible pensar en dos mensajes que deja el Gobierno de Morales en cuanto a las prioridades de esta administración son: primero sacar a un embajador, hacer la oposición a Cicig, porque habiendo temas más prioritarios como la crisis en salud y seguridad, temas de seguridad alimentaria derivados de la sequía entre muchos otros temas, se cree importante mandar un mensaje de fuerza al reunir a los ministros para mostrar unidad; el segundo mensaje es que los ministros que gozaban de credibilidad aun este gobierno han quedado mal parados y han dado un golpe duro a su imagen por mostrar poco criterio y prestarse a un show mediático.
En comunicación política e imagen todo mundo quiere meter sus manos. Todo mundo da consejos. Todo mundo plantea soluciones y estrategias de comunicación, como si en realidad fuera tan fácil. ¡Tremendo error! La comunicación política requiere hoja de ruta que plantee desde el enfoque de la comunicación salida a crisis, en este caso autoprovocada. Una de las constantes del gobierno de Morales es el poco control de su agenda, además de tener un alcance limitado sobre la técnica y su implementación en cuanto a estrategias se refiere.
Ver a 14 de ministros de Estado en una actividad que no tiene mayor trascendencia para el país, ni para resolver las grandes prioridades pendientes, solamente puede ser catalogado como una “comparecencia para el desgaste” pues se quemaron por una simple ocurrencia que genera indignación, además que los expone causando daño a su imagen, que en algunos casos puede ser irreversible.
Enviar mensajes sensatos y llenos de coherencia es tan importante en la comunicación política porque permite liderar, permite posicionar y reconocer a aquellos servidores públicos electos o designados que están llenos de sentido común para poder gobernar, porque lo que más importante en una imagen es el nombre.
Lo esencial de comunicar es comunicar hacia dónde vamos, y por lo visto este gobierno en cada exposición pública pretende dejar en claro hacia dónde va. En este caso, la agenda está definida en mantener una férrea disputa en contra de CICIG, algo en lo que se no se ha escatimado las acciones del gobierno, mientras el país no avanza sino parece retroceder.
La comunicación política en su versión estratégica siempre buscará Incidir-mejorar-crecer y la única forma de ver este resultado es cuando se envían los mensajes correctos llenos de significado simbólico de manera contundente.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo