Hay una frase coloquial que dice: “Lo importante no es llegar primero, sino saber llegar”. Indiscutiblemente, esto es así. Desde el punto de vista de la estrategia política, analizar las plataformas que sirven como trampolín para escalar posiciones de poder es necesario. Una de ellas, por excelencia es la Municipalidad capitalina.
El cargo de alcalde permite trabajar la imagen pública y personal de un potencial candidato a la presidencia, pues sumado a una buena comunicación política, el cargo dará variables como proyección, reconocimiento y posicionamiento. Claro está, si se trabaja bien.
Hay de municipalidades de municipalidades y aunque todas son muy importantes hay diferencias. Por mucho, la Municipalidad de Guatemala ha sido, es y será una gran vitrina política y un platillo muy apetecido por muchos políticos.
Revisemos rápidamente el pasado reciente con dos casos dignos de analizar. El primero es el fallecido Álvaro Arzú quien fue alcalde de 1,986 a 1990 y luego se convirtió en presidente en 1,996; el otro caso es el de Oscar Berger quien fue alcalde de 1,991 a 1,999 alcanzando la presidencia de la República en 2004. Ambos, grandes políticos, pero sobre todo Arzú porque sería el equivalente al futbolista brasileño Ronaldo, quien lo ganó todo. Este fenómeno que también se da en casi todo el mundo sucedió en muchos países como Francia con Jaques Chirac que fue alcalde de Paris de 1,977 a 1,995 convirtiéndose en Primer Ministro ese mismo año. El mismo caso se dio con Andrés Pastrana alcalde de Bogotá de 1,988 a 1,990 convirtiéndose en presidente de Colombia en 1,998.
De ahí, devienen las intenciones de políticos que han osado en aspirar a la Municipalidad de la ciudad de Guatemala como Roberto González “Canela” quien fue candidato en varias ocasiones y después se convirtió en candidato presidencial; lo mismo sucedió con el prófugo ex ministro del partido Patriota Alejandro Sinibaldi, quien también compitió sin éxito por la alcaldía, después durante el gobierno de su partido se convirtió en aspirante presidencial. Incluso, la misma exvicepresidenta de la República Roxana Baldetti se rumoraba como candidata a la alcaldía para posteriormente proyectarse como candidata presidencial, aunque todo quedó truncado pues fue enviada a la cárcel por varios casos de corrupción.
Hoy en día, la Municipalidad de la ciudad de Guatemala ante la ausencia de Arzú sigue siendo una gran vitrina política y trampolín para llegar a la presidencia. Sin embargo, aunque se desconoce sobre la intención de algunos candidatos, el actual alcalde Ricardo Quiñonez posee un perfil bajo, moderado y con la escuela de Arzú. Además, no tiene muchos anticuerpos, por lo que se cataloga como el gran favorito para ganarla y podría dar el salto a la presidencia. Pero esta, bien podría ser la gran oportunidad de Quique Godoy para jugar sus cartas en una candidatura a la alcaldía en la que también se vería fuerte. Sin embargo, quizás él ya esté pensando en la presidencia, pero es incierto todavía.
Luego, debemos voltear la mirada hacia otras municipalidades como la de Villa Nueva, de donde se dice que saldrá como candidato presidencial Edwin Escobar o como el alcalde de Ayutla, San Marcos, Erik Suñiga, quien se ha mencionado como aspirante a la presidencia. Luego, vienen los potenciales como Neto Bran que seguro buscará la reelección en la alcaldía de Mixco, para buscar la de Guatemala y luego dar el salto a la máxima magistratura del país.
La vitrina que tiene un alcalde es un trampolín para alcanzar la presidencia. Es por eso, que en el proceso electoral 2019 debe poner mucha atención a quienes se postularán para ese cargo tanto en la ciudad como en los departamentos o municipios clave. Pero, también tendrá que analizar su perfil económico, su poder y liderazgo político para articular alrededor de esa imagen una verdadera plataforma demoledora.
En definitiva, la Municipalidad de la ciudad de Guatemala es geográfica y territorialmente un terreno fértil para proyectarse a la presidencia de la República, además de que cualquier Municipalidad será vista como un trampolín para alcanzar el poder Ejecutivo.
Una vez en la Municipalidad el manejo de la imagen pública será clave para la estrategia retórica de los grandes problemas del país que deberían ser solucionados en la presidencia. Algo es seguro, un alcalde es un político nato que consolida su poder en una municipalidad como vehículo para su imagen personal.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo
Hay una frase coloquial que dice: “Lo importante no es llegar primero, sino saber llegar”. Indiscutiblemente, esto es así. Desde el punto de vista de la estrategia política, analizar las plataformas que sirven como trampolín para escalar posiciones de poder es necesario. Una de ellas, por excelencia es la Municipalidad capitalina.
El cargo de alcalde permite trabajar la imagen pública y personal de un potencial candidato a la presidencia, pues sumado a una buena comunicación política, el cargo dará variables como proyección, reconocimiento y posicionamiento. Claro está, si se trabaja bien.
Hay de municipalidades de municipalidades y aunque todas son muy importantes hay diferencias. Por mucho, la Municipalidad de Guatemala ha sido, es y será una gran vitrina política y un platillo muy apetecido por muchos políticos.
Revisemos rápidamente el pasado reciente con dos casos dignos de analizar. El primero es el fallecido Álvaro Arzú quien fue alcalde de 1,986 a 1990 y luego se convirtió en presidente en 1,996; el otro caso es el de Oscar Berger quien fue alcalde de 1,991 a 1,999 alcanzando la presidencia de la República en 2004. Ambos, grandes políticos, pero sobre todo Arzú porque sería el equivalente al futbolista brasileño Ronaldo, quien lo ganó todo. Este fenómeno que también se da en casi todo el mundo sucedió en muchos países como Francia con Jaques Chirac que fue alcalde de Paris de 1,977 a 1,995 convirtiéndose en Primer Ministro ese mismo año. El mismo caso se dio con Andrés Pastrana alcalde de Bogotá de 1,988 a 1,990 convirtiéndose en presidente de Colombia en 1,998.
De ahí, devienen las intenciones de políticos que han osado en aspirar a la Municipalidad de la ciudad de Guatemala como Roberto González “Canela” quien fue candidato en varias ocasiones y después se convirtió en candidato presidencial; lo mismo sucedió con el prófugo ex ministro del partido Patriota Alejandro Sinibaldi, quien también compitió sin éxito por la alcaldía, después durante el gobierno de su partido se convirtió en aspirante presidencial. Incluso, la misma exvicepresidenta de la República Roxana Baldetti se rumoraba como candidata a la alcaldía para posteriormente proyectarse como candidata presidencial, aunque todo quedó truncado pues fue enviada a la cárcel por varios casos de corrupción.
Hoy en día, la Municipalidad de la ciudad de Guatemala ante la ausencia de Arzú sigue siendo una gran vitrina política y trampolín para llegar a la presidencia. Sin embargo, aunque se desconoce sobre la intención de algunos candidatos, el actual alcalde Ricardo Quiñonez posee un perfil bajo, moderado y con la escuela de Arzú. Además, no tiene muchos anticuerpos, por lo que se cataloga como el gran favorito para ganarla y podría dar el salto a la presidencia. Pero esta, bien podría ser la gran oportunidad de Quique Godoy para jugar sus cartas en una candidatura a la alcaldía en la que también se vería fuerte. Sin embargo, quizás él ya esté pensando en la presidencia, pero es incierto todavía.
Luego, debemos voltear la mirada hacia otras municipalidades como la de Villa Nueva, de donde se dice que saldrá como candidato presidencial Edwin Escobar o como el alcalde de Ayutla, San Marcos, Erik Suñiga, quien se ha mencionado como aspirante a la presidencia. Luego, vienen los potenciales como Neto Bran que seguro buscará la reelección en la alcaldía de Mixco, para buscar la de Guatemala y luego dar el salto a la máxima magistratura del país.
La vitrina que tiene un alcalde es un trampolín para alcanzar la presidencia. Es por eso, que en el proceso electoral 2019 debe poner mucha atención a quienes se postularán para ese cargo tanto en la ciudad como en los departamentos o municipios clave. Pero, también tendrá que analizar su perfil económico, su poder y liderazgo político para articular alrededor de esa imagen una verdadera plataforma demoledora.
En definitiva, la Municipalidad de la ciudad de Guatemala es geográfica y territorialmente un terreno fértil para proyectarse a la presidencia de la República, además de que cualquier Municipalidad será vista como un trampolín para alcanzar el poder Ejecutivo.
Una vez en la Municipalidad el manejo de la imagen pública será clave para la estrategia retórica de los grandes problemas del país que deberían ser solucionados en la presidencia. Algo es seguro, un alcalde es un político nato que consolida su poder en una municipalidad como vehículo para su imagen personal.
República es ajena a la opinión expresada en este artículo