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Una Política exterior a la medida

Jorge Alvarado
08 de agosto, 2018

Cuando analizamos el enfoque de nuestra política exterior solamente podemos deducir que es el reflejo de un gobierno que no va a ninguna parte. Las últimas acciones lo handemostrado, pero la más reciente es la ocurrida ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), al mostrar su desacuerdo ante la aprobación de este organismo multilateral internacional en el que se creó un grupo especial de países orientado a contribuir con soluciones por la crisis política en Nicaragua.

No cabe ninguna duda que nuestra política exterior en estos momentos es “ambivalente”, pues ante las atrocidades que se están cometiendo en Nicaragua con la muerte de población civil inocente, con una total y absoluta instrumentalización de las fuerzas de seguridad del Estado para ejercer la represión en su máxima expresión. Que Guatemala haya decidido abstenerse a integrar esa comisión es “una vergüenza nacional” y nos convierte en cómplices por omisión de las violaciones a los derechos humanos que se están cometiendo en aquel país.

Esta votación ante el Consejo Permanente de la OEA que tuvo un saldo de 20 votos a favor y cuatro en contra, eso nos une al “jet set” de un selecto grupo de países de izquierdacomo Bolivia, Nicaragua, San Vicente, Las Granadinas y Venezuela.  Esto, lejos de sumarnos nos resta, pues Guatemala al no tener claridad internacional y emitir decisiones tibias, tímidas y no definidas nos convierte en un país con una política exterior a la medida. Es decir, que maneja sus decisiones por intereses personales y decisiones unilaterales, en vez de tomar decisiones llenas de carácter, colegiadas y con una coherencia lógica de país.  Aunque Guatemala haya sido de los ocho países que se abstuvieronen votar, su decisión favorece al régimen de Ortega.¡Totalmente inaudito!

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Situación que nos lleva a cuestionar si la abstención de Guatemala ante la OEA fue una decisión de Estado o una decisión Personal. También, nos cuestionamos si la pujante economía de Nicaragua posee mecanismos de control y antievasión. O, que acaso se estará preparando el terreno para que algunos políticos puedan migrar a Nicaragua cuando sean perseguidos por casos de corrupción. Debemosponer total atención a este caso y tratar de ver lo que muy pocos pueden ver, o quizás dejar de ver lo obvio para entrar a ver más allá de una simple decisión.

Para nadie es un secreto que políticos guatemaltecos han utilizado a Nicaragua como refugio para escapar de la persecución penal en Guatemala. Este país, ha facilitado todo para garantizarles impunidad. Es muy extraño que incluso Costa Rica con quien Nicaragua ha mantenido discrepancias por el diferendo territorial del rio San Juan haya adoptado medidas de dar refugio e incluso construir albergues para recibir a nicaragüenses que han salido huyendo del país, mientras Guatemala envía un mensaje de solapar un país sumergido en el caos. ¿Acaso será que la estrategia es no votar en contra de Nicaragua porque es un espejo de escenarios similares que se podrían replicar en Guatemala? Quizás, la idea sea cobrar el favor más adelante,nunca se sabe.

El pasado 19 de julio CACIF marcó su posición y tomó un liderazgo por medio de un comunicado de prensa en el cual dejaban un mensaje claro: prudencia  ante la tibieza de cancillería e hizo un   llamado a entidades multilaterales como SICA, PARLACEN, OEA para que hicieran pronunciamientos enérgicos y contundentes ante la aberración de un Estado que vive en anarquía y en el cualprevalece la falta de garantías fundamentales.

Hagamos un breve ejercicio de catarsis de la política exterior de Guatemala tan polémica, un claro ejemplo fue la decisión de mover la embajada de Guatemala de Tel Aviv a Jerusalén, pues contra todos los pronósticos esto desató polémica en las relaciones internacionales. Sin embargo, cuando analizamos esa decisión todavía se puede argumentar que las relaciones bilaterales entre ambos países tienen una larga historia y que el voto de Guatemala a favor de Israel fue clave para la consolidación de su Estado. Además, con Israel nos une un tema religioso y es indiscutible que es un país amigo, pero lo cuestionable de esa decisión es si en realidad se tomó esa medida pensando en Israel o se hizo pensando en una estrategia para congraciarse con la administración del presidente Donald Trump.

Nuestra política exterior es tan débil que el punto es que para el traslado de la Embajada de Guatemala a Jerusalén nos alineamos a la política exterior de los Estados Unidos. No obstante, para el caso de Nicaragua ignoramos bajo que fundamento se tomó la decisión de abstenerse en una votación ante la OEA con el argumento de no caer en una “injerencia externa”. Esto demuestra que nuestra política exterior es poco coherente, aun cuando el mismo Ministerio de Relaciones Exteriores a raíz del comunicado de CACIF haya condenado de forma reactiva y tímida la violencia en Nicaragua, pues eso queda relegado tras decisiones como la que se tomó ante la OEA.

En definitiva, la política exterior de Guatemala analizada desde la teoría Behavorista o teoría del comportamiento aplicada en el ámbito de la burocracia dice que no se puedenmanejar los sentimientos y las decisiones internas. Tal vez,es lo que ha sucedido con nuestras relaciones internacionales que solamente corresponden a un capricho unilateral de un gobernante de turno y no a una cultura organizacional de la carrera diplomática. La motivación de nuestra política exterior aparte de sus pilares fundamentales en su comportamiento ante la comunidad internacional debería ser una muestra de sensatez y no depender de un estilo que tiene que ver con la forma de administración de un país.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Una Política exterior a la medida

Jorge Alvarado
08 de agosto, 2018

Cuando analizamos el enfoque de nuestra política exterior solamente podemos deducir que es el reflejo de un gobierno que no va a ninguna parte. Las últimas acciones lo handemostrado, pero la más reciente es la ocurrida ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), al mostrar su desacuerdo ante la aprobación de este organismo multilateral internacional en el que se creó un grupo especial de países orientado a contribuir con soluciones por la crisis política en Nicaragua.

No cabe ninguna duda que nuestra política exterior en estos momentos es “ambivalente”, pues ante las atrocidades que se están cometiendo en Nicaragua con la muerte de población civil inocente, con una total y absoluta instrumentalización de las fuerzas de seguridad del Estado para ejercer la represión en su máxima expresión. Que Guatemala haya decidido abstenerse a integrar esa comisión es “una vergüenza nacional” y nos convierte en cómplices por omisión de las violaciones a los derechos humanos que se están cometiendo en aquel país.

Esta votación ante el Consejo Permanente de la OEA que tuvo un saldo de 20 votos a favor y cuatro en contra, eso nos une al “jet set” de un selecto grupo de países de izquierdacomo Bolivia, Nicaragua, San Vicente, Las Granadinas y Venezuela.  Esto, lejos de sumarnos nos resta, pues Guatemala al no tener claridad internacional y emitir decisiones tibias, tímidas y no definidas nos convierte en un país con una política exterior a la medida. Es decir, que maneja sus decisiones por intereses personales y decisiones unilaterales, en vez de tomar decisiones llenas de carácter, colegiadas y con una coherencia lógica de país.  Aunque Guatemala haya sido de los ocho países que se abstuvieronen votar, su decisión favorece al régimen de Ortega.¡Totalmente inaudito!

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Situación que nos lleva a cuestionar si la abstención de Guatemala ante la OEA fue una decisión de Estado o una decisión Personal. También, nos cuestionamos si la pujante economía de Nicaragua posee mecanismos de control y antievasión. O, que acaso se estará preparando el terreno para que algunos políticos puedan migrar a Nicaragua cuando sean perseguidos por casos de corrupción. Debemosponer total atención a este caso y tratar de ver lo que muy pocos pueden ver, o quizás dejar de ver lo obvio para entrar a ver más allá de una simple decisión.

Para nadie es un secreto que políticos guatemaltecos han utilizado a Nicaragua como refugio para escapar de la persecución penal en Guatemala. Este país, ha facilitado todo para garantizarles impunidad. Es muy extraño que incluso Costa Rica con quien Nicaragua ha mantenido discrepancias por el diferendo territorial del rio San Juan haya adoptado medidas de dar refugio e incluso construir albergues para recibir a nicaragüenses que han salido huyendo del país, mientras Guatemala envía un mensaje de solapar un país sumergido en el caos. ¿Acaso será que la estrategia es no votar en contra de Nicaragua porque es un espejo de escenarios similares que se podrían replicar en Guatemala? Quizás, la idea sea cobrar el favor más adelante,nunca se sabe.

El pasado 19 de julio CACIF marcó su posición y tomó un liderazgo por medio de un comunicado de prensa en el cual dejaban un mensaje claro: prudencia  ante la tibieza de cancillería e hizo un   llamado a entidades multilaterales como SICA, PARLACEN, OEA para que hicieran pronunciamientos enérgicos y contundentes ante la aberración de un Estado que vive en anarquía y en el cualprevalece la falta de garantías fundamentales.

Hagamos un breve ejercicio de catarsis de la política exterior de Guatemala tan polémica, un claro ejemplo fue la decisión de mover la embajada de Guatemala de Tel Aviv a Jerusalén, pues contra todos los pronósticos esto desató polémica en las relaciones internacionales. Sin embargo, cuando analizamos esa decisión todavía se puede argumentar que las relaciones bilaterales entre ambos países tienen una larga historia y que el voto de Guatemala a favor de Israel fue clave para la consolidación de su Estado. Además, con Israel nos une un tema religioso y es indiscutible que es un país amigo, pero lo cuestionable de esa decisión es si en realidad se tomó esa medida pensando en Israel o se hizo pensando en una estrategia para congraciarse con la administración del presidente Donald Trump.

Nuestra política exterior es tan débil que el punto es que para el traslado de la Embajada de Guatemala a Jerusalén nos alineamos a la política exterior de los Estados Unidos. No obstante, para el caso de Nicaragua ignoramos bajo que fundamento se tomó la decisión de abstenerse en una votación ante la OEA con el argumento de no caer en una “injerencia externa”. Esto demuestra que nuestra política exterior es poco coherente, aun cuando el mismo Ministerio de Relaciones Exteriores a raíz del comunicado de CACIF haya condenado de forma reactiva y tímida la violencia en Nicaragua, pues eso queda relegado tras decisiones como la que se tomó ante la OEA.

En definitiva, la política exterior de Guatemala analizada desde la teoría Behavorista o teoría del comportamiento aplicada en el ámbito de la burocracia dice que no se puedenmanejar los sentimientos y las decisiones internas. Tal vez,es lo que ha sucedido con nuestras relaciones internacionales que solamente corresponden a un capricho unilateral de un gobernante de turno y no a una cultura organizacional de la carrera diplomática. La motivación de nuestra política exterior aparte de sus pilares fundamentales en su comportamiento ante la comunidad internacional debería ser una muestra de sensatez y no depender de un estilo que tiene que ver con la forma de administración de un país.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo