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¿Y si platicamos?

Carolina Castellanos
31 de enero, 2020

La mejor forma de resolver problemas y de luchar en contra de la guerra 

es a través del diálogo.

Malala Yousafzai

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Malala empezó sus luchas a los doce años y ha logrado cambiar su mundo en Pakistán y trasladar su mensaje a nivel mundial.  Le creo cuando dice que el diálogo es la mejor forma de luchar contra la guerra.

Algunos pensarán: “aquí en Guatemala no hay guerra”. ¡Sí la hay! En estos momentos estamos llegando a un  “todos contra todos” pues la diversidad de opiniones respecto al recién instaurado Presidente y su equipo de gobierno ha generado todo tipo de ataques y críticas.

La guerra entre los que queremos trabajar en paz y los vividores que pregonan sobre la justicia social y atacan a los empresarios y a los “ricos”, es imparable.  Quienes quieren vivir a costillas de los que trabajamos no cesarán en su lucha. Lamentablemente cuentan con las redes sociales para trasladar su mensaje, como lo hacemos todos, pero también de países europeos como fuente de financiamiento. Pseudo líderes han logrado posicionarse como “la salvación” de los pobres y lo único que hacen es manipular a los que dicen defender.  Su negocio está en mantenerlos ignorantes y en la pobreza, marginados y discriminados pues allí están los millones de euros y dólares, pero para ellos.

Mientras los “de derecha”, que somos la mayoría pero no hacemos tanto ruido porque estamos trabajando y ganándonos el pan diario, estemos en esa lucha sin cuartel, los otros seguirán ganando pequeñas batallas, día con día.

Vemos a CODECA, una oenegé que se dedica a “hurtar fluidos”, ahora convertida en partido político, con diputados en el Congreso y con su dirigente obteniendo el 10% del voto popular.  Otros partidos políticos de ultra izquierda, chairos en su mejor expresión, ocupan espacios en el Congreso, en diversas entidades del gobierno y en los medios de comunicación. Están influyendo significativamente en el destino de nuestro país.

Mientras tanto, el resto de nosotros, los que sí trabajamos y sí nos importa que el futuro sea próspero para todos, estamos en un combate entre si el pan francés costó Q16 o si el ofrecimiento del puerto  para El Salvador es ceder soberanía.

Todos los alegatos son válidos. Soy libertaria así que nunca me opondré a la libertad de expresión que todos tenemos y que está garantizada en la Constitución.  Simplemente estoy pensando en que estamos atascados en un árbol en vez de ver el bosque completo. De pronto podemos proponer formas para garantizar que ese puerto no significará ceder la soberanía. O proponer mejores prácticas para las compras de gobierno y evitar sobrevaloración en todo lo que se compra (ojalá solo fuera el pan francés, pero no lo es).

Por supuesto que yo no tengo la solución a tanto problema.  El Presidente Giammattei tendrá soluciones a algunas cosas, al igual que el Vicepresidente Castillo.  Los Ministros de Estado tendrán que ir resolviendo los cientos de problemas que encontraron y, además, promover desarrollo, implementar planes, etc. Usted, que amablemente lee este artículo, seguramente tiene muchas ideas para un montón de temas. Yo también las tengo.

Siendo esto una realidad, ¿y si platicamos para encontrar las mejores soluciones para nuestra querida Guate en vez de estar atacándonos unos a otros? 


¿Y si platicamos?

Carolina Castellanos
31 de enero, 2020

La mejor forma de resolver problemas y de luchar en contra de la guerra 

es a través del diálogo.

Malala Yousafzai

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Malala empezó sus luchas a los doce años y ha logrado cambiar su mundo en Pakistán y trasladar su mensaje a nivel mundial.  Le creo cuando dice que el diálogo es la mejor forma de luchar contra la guerra.

Algunos pensarán: “aquí en Guatemala no hay guerra”. ¡Sí la hay! En estos momentos estamos llegando a un  “todos contra todos” pues la diversidad de opiniones respecto al recién instaurado Presidente y su equipo de gobierno ha generado todo tipo de ataques y críticas.

La guerra entre los que queremos trabajar en paz y los vividores que pregonan sobre la justicia social y atacan a los empresarios y a los “ricos”, es imparable.  Quienes quieren vivir a costillas de los que trabajamos no cesarán en su lucha. Lamentablemente cuentan con las redes sociales para trasladar su mensaje, como lo hacemos todos, pero también de países europeos como fuente de financiamiento. Pseudo líderes han logrado posicionarse como “la salvación” de los pobres y lo único que hacen es manipular a los que dicen defender.  Su negocio está en mantenerlos ignorantes y en la pobreza, marginados y discriminados pues allí están los millones de euros y dólares, pero para ellos.

Mientras los “de derecha”, que somos la mayoría pero no hacemos tanto ruido porque estamos trabajando y ganándonos el pan diario, estemos en esa lucha sin cuartel, los otros seguirán ganando pequeñas batallas, día con día.

Vemos a CODECA, una oenegé que se dedica a “hurtar fluidos”, ahora convertida en partido político, con diputados en el Congreso y con su dirigente obteniendo el 10% del voto popular.  Otros partidos políticos de ultra izquierda, chairos en su mejor expresión, ocupan espacios en el Congreso, en diversas entidades del gobierno y en los medios de comunicación. Están influyendo significativamente en el destino de nuestro país.

Mientras tanto, el resto de nosotros, los que sí trabajamos y sí nos importa que el futuro sea próspero para todos, estamos en un combate entre si el pan francés costó Q16 o si el ofrecimiento del puerto  para El Salvador es ceder soberanía.

Todos los alegatos son válidos. Soy libertaria así que nunca me opondré a la libertad de expresión que todos tenemos y que está garantizada en la Constitución.  Simplemente estoy pensando en que estamos atascados en un árbol en vez de ver el bosque completo. De pronto podemos proponer formas para garantizar que ese puerto no significará ceder la soberanía. O proponer mejores prácticas para las compras de gobierno y evitar sobrevaloración en todo lo que se compra (ojalá solo fuera el pan francés, pero no lo es).

Por supuesto que yo no tengo la solución a tanto problema.  El Presidente Giammattei tendrá soluciones a algunas cosas, al igual que el Vicepresidente Castillo.  Los Ministros de Estado tendrán que ir resolviendo los cientos de problemas que encontraron y, además, promover desarrollo, implementar planes, etc. Usted, que amablemente lee este artículo, seguramente tiene muchas ideas para un montón de temas. Yo también las tengo.

Siendo esto una realidad, ¿y si platicamos para encontrar las mejores soluciones para nuestra querida Guate en vez de estar atacándonos unos a otros?