EL padre Teilhard de Chardin, fiel creyente de esa fuerza humana que se comparte con Dios y con el mundo para impulsar la vida en todos los ámbitos en la cual esta se manifiesta. Propuso hacer partir la necesidad de comprensión de la vida a partir de ese maravilloso misterio de la fe.
La tradición cristiana, poco establecida en Guatemala entre la mayoría de los cristianos se une a la estación mas pequeña del calendario litúrgico y que inicia la manifestación inconmensurable por todo el mundo de la fe reverente, valiosa y conservadora que permitirá a todos enfrentar el 2020 con todos sus retos, dudas y coraje en todos los pasos y aciertos que tengamos un año más.
La mirra, procedente de Turquía era un bálsamo para enfrentar la alegría, la tristeza, salud, enfermedad y es componente vital que, unida a muchos otros elementos participan de la condición humana. La particular clase de incienso procedente de Somalia llamada olíbano y culturalmente situada en la paz que viene luego de disfrutar las bendiciones de Dios sobre nosotros es compartida por aquellos a los que se les ha negado en este mundo el acceso a ese maravilloso crecimiento en el proceso de creciiento humano y son apartados para el sufrimiento en su expresión más sublime. Oro ese elemento producto de las estrellas cuyo calor inmenso lo hace copartícipe de la comprensión humana del universo y de las entrañas de la Tierra nos sitúa esa necesidad de valorar las cosas y aprovecharlas de forma coherente.
El fin de la navidad y el inicio de la epifanía pasan por ese maravilloso momento en la cual reconocemos la valía de lo que somos y la fuerza para seguir con cada propósito del 2020 uno a uno. Mientras tenga, vida, mientras tenga aliento, tendré paz y fortaleza para enfrentar con la frente en alto la felicidad y la tragedia. Durante mi vida jamás me he olvidado que esa condición humana nos hace cristianos y hombres de fe. Providencialmente cosechamos lo que sembramos. Eso nos une en ser uno con el universo y tener la voluntad de reconocer la fragilidad y la fortaleza.
Amo ser guatemalteco, vivir en este hermoso suelo y enfrentar una a una las vicisitudes de aquellos, especialmente mi madre amada que me enseñó a valorar hacer el bien.
Bendiciones en esta despedida de la navidad e inicio de la manifestación cristiana en nuestras vidas. Los retos que tenemos y los actores que los harán manifiestos nos harán recorrer durante los tres ciclos A,B,C del calendario cristiano que culminan el 25 de noviembre de 2022 una autentica fe y calidad humana.
EL padre Teilhard de Chardin, fiel creyente de esa fuerza humana que se comparte con Dios y con el mundo para impulsar la vida en todos los ámbitos en la cual esta se manifiesta. Propuso hacer partir la necesidad de comprensión de la vida a partir de ese maravilloso misterio de la fe.
La tradición cristiana, poco establecida en Guatemala entre la mayoría de los cristianos se une a la estación mas pequeña del calendario litúrgico y que inicia la manifestación inconmensurable por todo el mundo de la fe reverente, valiosa y conservadora que permitirá a todos enfrentar el 2020 con todos sus retos, dudas y coraje en todos los pasos y aciertos que tengamos un año más.
La mirra, procedente de Turquía era un bálsamo para enfrentar la alegría, la tristeza, salud, enfermedad y es componente vital que, unida a muchos otros elementos participan de la condición humana. La particular clase de incienso procedente de Somalia llamada olíbano y culturalmente situada en la paz que viene luego de disfrutar las bendiciones de Dios sobre nosotros es compartida por aquellos a los que se les ha negado en este mundo el acceso a ese maravilloso crecimiento en el proceso de creciiento humano y son apartados para el sufrimiento en su expresión más sublime. Oro ese elemento producto de las estrellas cuyo calor inmenso lo hace copartícipe de la comprensión humana del universo y de las entrañas de la Tierra nos sitúa esa necesidad de valorar las cosas y aprovecharlas de forma coherente.
El fin de la navidad y el inicio de la epifanía pasan por ese maravilloso momento en la cual reconocemos la valía de lo que somos y la fuerza para seguir con cada propósito del 2020 uno a uno. Mientras tenga, vida, mientras tenga aliento, tendré paz y fortaleza para enfrentar con la frente en alto la felicidad y la tragedia. Durante mi vida jamás me he olvidado que esa condición humana nos hace cristianos y hombres de fe. Providencialmente cosechamos lo que sembramos. Eso nos une en ser uno con el universo y tener la voluntad de reconocer la fragilidad y la fortaleza.
Amo ser guatemalteco, vivir en este hermoso suelo y enfrentar una a una las vicisitudes de aquellos, especialmente mi madre amada que me enseñó a valorar hacer el bien.
Bendiciones en esta despedida de la navidad e inicio de la manifestación cristiana en nuestras vidas. Los retos que tenemos y los actores que los harán manifiestos nos harán recorrer durante los tres ciclos A,B,C del calendario cristiano que culminan el 25 de noviembre de 2022 una autentica fe y calidad humana.