Argentina, un país con una rica historia y diversidad cultural, ha experimentado una evolución política compleja que ha dejado una marca profunda en su desarrollo. Desde la transición a la democracia en 1983, el país sudamericano ha atravesado momentos cruciales que han dado forma a su paisaje político contemporáneo. Esta columna se propone explorar sus antecedentes históricos, examinando los desafíos actuales y considerando el cambio reciente político del país.

Argentina emergió de las sombras de una prolongada dictadura militar en 1983, marcando un hito crucial en su historia moderna. El retorno a la democracia trajo consigo la esperanza de un futuro más estable y participativo, pero también significó enfrentar las secuelas de años de represión y violaciones a los derechos humanos. La Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas -CONADEP- desempeñó un papel fundamental en la revelación de las atrocidades cometidas durante la dictadura, sentando las bases para un proceso de reconciliación nacional.

La transición a la democracia no estuvo exenta de desafíos. La sociedad argentina se enfrentó a la difícil tarea de consolidar las instituciones democráticas mientras se lidiaba con las heridas del pasado. La justicia transicional se convirtió en un componente esencial, con juicios significativos que buscaban llevar a los responsables de crímenes de lesa humanidad ante la justicia. Estos acontecimientos históricos han dejado una marca indeleble en la percepción política del país, moldeando la relación entre el gobierno y la ciudadanía.

A lo largo de las décadas, la política argentina ha sido testigo de cambios en la orientación ideológica y enfoques hacia políticas económicas y sociales. Desde la presidencia de Raúl Alfonsín hasta los desafíos económicos de la década de 2000, el país ha navegado por aguas políticas turbulentas que han influido en su posición en la arena internacional y en la vida cotidiana de sus ciudadanos. La interacción entre la política interna y la dinámica global ha creado un escenario político complejo y en constante evolución.

Javier Milei, el presidente electo

Javier Milei presidente electo, se esta manejando con cuidado, manteniendo un tono moderado  y ejemplar, extendiendo una rama de olivo a quienes deseen unirse a su proyecto político de "reconstruir" Argentina, la nación no tiene tiempo que perder.  Argentina tiene proyecciones que indican que la inflación puede superar el 180% antes de que termine el año, la actividad económica en contracción y la falta de reservas internacionales en el banco central,  un alto riesgo de que la economía se salga de control está en aumento.

Aunque el nuevo presidente asumirá el poder en menos de tres semanas, lo cual puede parecer un periodo breve, en la política famosamente volátil de la segunda economía más grande de América del Sur, es un tiempo considerable. Tras meses de imponer controles de capital extremadamente estrictos, se prevé casi con certeza una devaluación del peso argentino, ya que la tasa de cambio en el mercado paralelo se ubica en casi tres veces el valor de la moneda oficial.

Otro desafío político de Milei será su falta de apoyo en el Congreso, donde su partido sólo cuenta con una minoría de senadores y una fracción de representantes de la Cámara Baja. Los partidos de extrema izquierda en Argentina no perdieron el tiempo en advertirle a Milei que se enfrentará a una feroz oposición en las calles…