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El embriagante poder

A lo largo de los años, con tanta conflictividad social que ha destruido proyectos que generaban desarrollo y un montón de empleos, hemos aprendido que el nombre del juego ha sido, y lo será siempre, poder y dinero.

SIMON WOHLFAHRT
Carolina Castellanos |
08 de marzo, 2024

*El contenido en la sección de Opinión es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la postura o la línea editorial de República.*

A lo largo de los años, con tanta conflictividad social que ha destruido proyectos que generaban desarrollo y un montón de empleos, hemos aprendido que el nombre del juego ha sido, y lo será siempre, poder y dinero.

Recientemente “reaparecieron” los “48 cantones”. Este es un grupo que ha causado muchísimo daño. Hacen marchas, bloquean el paso y cometen cualquier otro delito para mantenerse vigentes y con algún dominio sobre el gobierno de turno. En esta ocasión, fue muy evidente que el gobierno actual los contrató para marchar y bloquear las principales rutas, durante casi dos semanas. Sus integrantes no salen del territorio donde habitan si no hay suficientes billetes por delante.

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Lamentablemente, no son los únicos.  Así como ellos exigen privilegios, hay un sinfín de personas y grupos, generalmente bajo la figura de oenegés, que buscan lo mismo.  Por la vía legal o institucional, ahora tenemos en agenda la “ley de competencia”, otra nefasta iniciativa que busca controlar la actividad económica, limitando, multando e impidiendo el comercio libre. Esto les da suficiente poder para decidir qué, cuándo, cómo y qué se puede comerciar en nuestro país.

La agenda nacional de los últimos días ha estado enfocada en el tal “cuartito” descubierto en la sede el Congreso. Han dicho de todo, que era una bodega, luego una oficina, después un lugar de reflexión y ahora dicen que es para el resguardo de documentos importantes. ¿Por qué resulta tan importante esto? ¿Será que quieren desviar la atención de otros temas? Tienen el poder para hacerlo y manipulan la información pública para lograrlo.

Hay temas de superior importancia, como el hecho que el ministro de finanzas (en minúsculas, a propósito) no estudió finanzas. De hecho, hay dudas en cuanto a sus estudios. Esto es corrupción: contratar a personas que no están capacitadas para el cargo. Otro tema es la solicitud de Q. 13 mil millones adicionales que el gobierno central está pidiendo porque aduce que el presupuesto que tiene, que asciende a Q. 124 mil 879 millones 970 mil, no es suficiente.

El nombre del juego es poder y dinero, que llega por montones a los que ostentan cargos públicos que pueden incidir de alguna forma en agendas específicas, como la de los 48 cantones.  Los diputados cumplirán con sus peticiones pues “saldrán de pobres” y del anonimato al cumplir con lo que sus electores les pidieron durante la campaña política.

Tenemos un gobierno que está improvisando. No tenía un plan de gobierno pues nunca pensó llegar a “la guayaba”. Pero, como socialistas que son (“al llegue” y por conveniencia), están actuando como tal. Nombran funcionarios sin experiencia ni capacidad, están medio resolviendo los temas urgentes y no los importantes, mientras todos nosotros seguimos a la expectativa de con qué idea descabellada saldrán ahora.

Lo positivo de todo esto es que los chapines somos trabajadores de hueso duro. Hemos seguido adelante, “contra viento y marea” (huracanes, terremotos y funcionarios nefastos y ladrones), pues estamos convencidos que el trabajo honesto nos conduce al desarrollo.

Hemos aprendido a vivir con el poder de turno. Sin embargo, en esta ocasión, tendremos que usar nuestro poder como ciudadanos para impedir que la agenda de izquierda se implemente en nuestra Guate.

Cuando salgan del gobierno y se les acabe el embriagante poder que los obnubila, regresarán al mundo real, después de haber destruido lo que estuvo a su paso y dejado de cumplir las infinitas promesas de campaña. Algunos se postularán para nuevos cargos, otros huirán de la justicia y unos pocos, talvez, terminarán en la cárcel.  Nos tocará elegir mejor y asegurar que no se cometa otro fraude. El poder lo tenemos nosotros.

El embriagante poder

A lo largo de los años, con tanta conflictividad social que ha destruido proyectos que generaban desarrollo y un montón de empleos, hemos aprendido que el nombre del juego ha sido, y lo será siempre, poder y dinero.

Carolina Castellanos |
08 de marzo, 2024
SIMON WOHLFAHRT

*El contenido en la sección de Opinión es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la postura o la línea editorial de República.*

A lo largo de los años, con tanta conflictividad social que ha destruido proyectos que generaban desarrollo y un montón de empleos, hemos aprendido que el nombre del juego ha sido, y lo será siempre, poder y dinero.

Recientemente “reaparecieron” los “48 cantones”. Este es un grupo que ha causado muchísimo daño. Hacen marchas, bloquean el paso y cometen cualquier otro delito para mantenerse vigentes y con algún dominio sobre el gobierno de turno. En esta ocasión, fue muy evidente que el gobierno actual los contrató para marchar y bloquear las principales rutas, durante casi dos semanas. Sus integrantes no salen del territorio donde habitan si no hay suficientes billetes por delante.

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Lamentablemente, no son los únicos.  Así como ellos exigen privilegios, hay un sinfín de personas y grupos, generalmente bajo la figura de oenegés, que buscan lo mismo.  Por la vía legal o institucional, ahora tenemos en agenda la “ley de competencia”, otra nefasta iniciativa que busca controlar la actividad económica, limitando, multando e impidiendo el comercio libre. Esto les da suficiente poder para decidir qué, cuándo, cómo y qué se puede comerciar en nuestro país.

La agenda nacional de los últimos días ha estado enfocada en el tal “cuartito” descubierto en la sede el Congreso. Han dicho de todo, que era una bodega, luego una oficina, después un lugar de reflexión y ahora dicen que es para el resguardo de documentos importantes. ¿Por qué resulta tan importante esto? ¿Será que quieren desviar la atención de otros temas? Tienen el poder para hacerlo y manipulan la información pública para lograrlo.

Hay temas de superior importancia, como el hecho que el ministro de finanzas (en minúsculas, a propósito) no estudió finanzas. De hecho, hay dudas en cuanto a sus estudios. Esto es corrupción: contratar a personas que no están capacitadas para el cargo. Otro tema es la solicitud de Q. 13 mil millones adicionales que el gobierno central está pidiendo porque aduce que el presupuesto que tiene, que asciende a Q. 124 mil 879 millones 970 mil, no es suficiente.

El nombre del juego es poder y dinero, que llega por montones a los que ostentan cargos públicos que pueden incidir de alguna forma en agendas específicas, como la de los 48 cantones.  Los diputados cumplirán con sus peticiones pues “saldrán de pobres” y del anonimato al cumplir con lo que sus electores les pidieron durante la campaña política.

Tenemos un gobierno que está improvisando. No tenía un plan de gobierno pues nunca pensó llegar a “la guayaba”. Pero, como socialistas que son (“al llegue” y por conveniencia), están actuando como tal. Nombran funcionarios sin experiencia ni capacidad, están medio resolviendo los temas urgentes y no los importantes, mientras todos nosotros seguimos a la expectativa de con qué idea descabellada saldrán ahora.

Lo positivo de todo esto es que los chapines somos trabajadores de hueso duro. Hemos seguido adelante, “contra viento y marea” (huracanes, terremotos y funcionarios nefastos y ladrones), pues estamos convencidos que el trabajo honesto nos conduce al desarrollo.

Hemos aprendido a vivir con el poder de turno. Sin embargo, en esta ocasión, tendremos que usar nuestro poder como ciudadanos para impedir que la agenda de izquierda se implemente en nuestra Guate.

Cuando salgan del gobierno y se les acabe el embriagante poder que los obnubila, regresarán al mundo real, después de haber destruido lo que estuvo a su paso y dejado de cumplir las infinitas promesas de campaña. Algunos se postularán para nuevos cargos, otros huirán de la justicia y unos pocos, talvez, terminarán en la cárcel.  Nos tocará elegir mejor y asegurar que no se cometa otro fraude. El poder lo tenemos nosotros.