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El mito de la competencia perfecta y las leyes de competencia

“La verdad es que muchos expertos hostiles a la clase empresarial proponen usar el modelo de la competencia perfecta —en el que no creen— para medir el desempeño de los mercados —en los que tampoco confían— con fines políticos, no solo económicos.”
 

León Walras, teórico de la competencia perfecta
Nicholas Virzi |
08 de abril, 2024

Muchos proponentes de las leyes de competencia (LDC), cuyo propósito es maximizar el beneficio de los consumidores (no proteger a las competidores), hacen uso extenso de la microeconomía neoclásica para explicar los daños que la competencia imperfecta hace a la sociedad. 

La microeconomía neoclásica modela tres estructuras de mercado: el monopolio (un solo productor), el oligopolio (pocos productores), y la Competencia Perfecta (CP). Los monopolios y oligopolios existen, pero la competencia perfecta nunca ha existido. Es simplemente un tipo ideal que se usa para efectos pedagógicos. Nunca se ha pretendido que sea una descripción de mercados reales. 

El modelo de competencia perfecta y sus conclusiones descansan sobre muchas premisas bastante alejadas de la realidad. La competencia perfecta plantea un mercado en donde no existen barreras de entrada/salida, existe un gran número de empresas que producen bienes idénticos para atender a un gran número de compradores que tienen información perfecta y completa y solo buscan el precio más bajo. Aunque este modelo podría tener sus bondades pedagógicas, no representa a ningún mercado real. Cualquier economista admitiría que el modelo de la competencia perfecta no describe de manera realista a la acción humana y el funcionamiento de los mercados

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Bajo la competencia perfecta, una empresa podría vender la cantidad que desee al precio existente. Solo tendría que ajustar su producción y oferta. Bajo este modelo, las ganancias económicas para las empresas son cero. Solo serían justamente lo necesario para que cualquier empresa se mantenga en el mercado. No habría ganancia económica para invertir en investigación y desarrollo, innovación de nuevos productos, etc.

Vale recalcar que Guatemala solo invierte 0.05% de su PIB en investigación y desarrollo (I+D), el penúltimo lugar entre 123 países y regiones para los cuales el Banco Mundial tiene datos para el periodo 2019-2021. Guatemala está más bajo en I+D que la región Latinoamérica y Caribe, Vietnam, Ucrania e Indonesia, por mucho. Esto preocupa porque la I+D es clave para la industrialización y desarrollo. 

El modelo de competencia perfecta ha recibido muchas críticas, no menos de quienes desconfían en el mecanismo de mercado para proveer los bienes y servicios que los consumidores demandan. Algunos de estos mismos críticos se encuentran hoy refiriéndose a la competencia perfecta para justificar sus argumentos sobre daños causados por la competencia imperfecta. Critican a mercados que incumplen los estándares hipotéticos de la competencia perfecta, cuando la intervención estatal es responsable de buena parte de las imperfecciones de los mercados que se señalan. 

Tema aparte, sería interesante preguntar a estos críticos de los “monopolios” sobre su posición con respecto a los monopolios públicos, el peor tipo de todos, para ver si no se desvanece su oposición al poder monopólico. 

La verdad es que muchos expertos hostiles a la clase empresarial proponen usar el modelo de la competencia perfecta —en el que no creen— para medir el desempeño de los mercados —en los que tampoco confían— con fines políticos no solo económicos.

Si el Congreso guatemalteco pasa una ley de competencia, debería de eliminar la posibilidad de que se pueda usar como arma política, como ha ocurrido en EE. U.U (CATO) y Europa (Político). La politización de las leyes de competencia solo terminará minando la confianza en el sistema de justicia y los procesos de mercado.

El mito de la competencia perfecta y las leyes de competencia

“La verdad es que muchos expertos hostiles a la clase empresarial proponen usar el modelo de la competencia perfecta —en el que no creen— para medir el desempeño de los mercados —en los que tampoco confían— con fines políticos, no solo económicos.”
 

Nicholas Virzi |
08 de abril, 2024
León Walras, teórico de la competencia perfecta

Muchos proponentes de las leyes de competencia (LDC), cuyo propósito es maximizar el beneficio de los consumidores (no proteger a las competidores), hacen uso extenso de la microeconomía neoclásica para explicar los daños que la competencia imperfecta hace a la sociedad. 

La microeconomía neoclásica modela tres estructuras de mercado: el monopolio (un solo productor), el oligopolio (pocos productores), y la Competencia Perfecta (CP). Los monopolios y oligopolios existen, pero la competencia perfecta nunca ha existido. Es simplemente un tipo ideal que se usa para efectos pedagógicos. Nunca se ha pretendido que sea una descripción de mercados reales. 

El modelo de competencia perfecta y sus conclusiones descansan sobre muchas premisas bastante alejadas de la realidad. La competencia perfecta plantea un mercado en donde no existen barreras de entrada/salida, existe un gran número de empresas que producen bienes idénticos para atender a un gran número de compradores que tienen información perfecta y completa y solo buscan el precio más bajo. Aunque este modelo podría tener sus bondades pedagógicas, no representa a ningún mercado real. Cualquier economista admitiría que el modelo de la competencia perfecta no describe de manera realista a la acción humana y el funcionamiento de los mercados

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Bajo la competencia perfecta, una empresa podría vender la cantidad que desee al precio existente. Solo tendría que ajustar su producción y oferta. Bajo este modelo, las ganancias económicas para las empresas son cero. Solo serían justamente lo necesario para que cualquier empresa se mantenga en el mercado. No habría ganancia económica para invertir en investigación y desarrollo, innovación de nuevos productos, etc.

Vale recalcar que Guatemala solo invierte 0.05% de su PIB en investigación y desarrollo (I+D), el penúltimo lugar entre 123 países y regiones para los cuales el Banco Mundial tiene datos para el periodo 2019-2021. Guatemala está más bajo en I+D que la región Latinoamérica y Caribe, Vietnam, Ucrania e Indonesia, por mucho. Esto preocupa porque la I+D es clave para la industrialización y desarrollo. 

El modelo de competencia perfecta ha recibido muchas críticas, no menos de quienes desconfían en el mecanismo de mercado para proveer los bienes y servicios que los consumidores demandan. Algunos de estos mismos críticos se encuentran hoy refiriéndose a la competencia perfecta para justificar sus argumentos sobre daños causados por la competencia imperfecta. Critican a mercados que incumplen los estándares hipotéticos de la competencia perfecta, cuando la intervención estatal es responsable de buena parte de las imperfecciones de los mercados que se señalan. 

Tema aparte, sería interesante preguntar a estos críticos de los “monopolios” sobre su posición con respecto a los monopolios públicos, el peor tipo de todos, para ver si no se desvanece su oposición al poder monopólico. 

La verdad es que muchos expertos hostiles a la clase empresarial proponen usar el modelo de la competencia perfecta —en el que no creen— para medir el desempeño de los mercados —en los que tampoco confían— con fines políticos no solo económicos.

Si el Congreso guatemalteco pasa una ley de competencia, debería de eliminar la posibilidad de que se pueda usar como arma política, como ha ocurrido en EE. U.U (CATO) y Europa (Político). La politización de las leyes de competencia solo terminará minando la confianza en el sistema de justicia y los procesos de mercado.