El problema del poder
Con tanto que ha surgido en estos cinco días posteriores a las elecciones, quisiéramos regresar en el tiempo y repetir el proceso electoral, pero con reglas claras, personas íntegras y sistemas de conteo a prueba de fraude.
Está muy difícil definir cuál es el verdadero problema, o el principal, después del resultado de la elecciones. Es realmente lamentable que este ejercicio democrático, en el que manifestamos nuestra libre voluntad para elegir al próximo presidente, haya resultado en un problema de gran complejidad.
El inicio de todo esto radica en el Congreso, problema permanente en nuestro pais pues las leyes que emiten dependen de quien más paga, o quien mas ofrece, generando demasiados problemas. La Ley Electoral y de Partidos políticos, LEPP, resultó en un engendro de transas, favores y textos sujetos a la interpretación de quien tiene más voz o más poder.
Miles de guatemaltecos se involucraron de lleno, ya sea como fiscales de mesa, supervisores de los centros de votación, proveedores de comida, y muchas tareas más. El resto de nosotros decidimos ir a votar y cumplir así con nuestra obligación como guatemaltecos.
Alguien dijo una vez que el resultado de las elecciones radica en quien cuenta los votos. Me paree que el conteo no refleja la voluntad popular. Ha sido un desorden ese conteo, el registro en las actas, el traslado de los resultados al centro de cómputo y, por supuesto, el resultado final. ¿Donde estuvo la falla? ¿Quiénes manejaron todo esto para que el resultado final no fuera el esperado por la población?
El problema no es más que el reflejo de un sistema desordenado, sujeto a criterios personales y a la intervención de esas manos ocultas que manejan, cual titiriteros, la voluntad popular. Un pequeño grupo, dispersado en posiciones estratégicas, decidió el resultado.
Con tanto que ha surgido en estos cinco días posteriores a las elecciones, quisiéramos regresar en el tiempo y repetir el proceso electoral, pero con reglas claras, personas íntegras y sistemas de conteo a prueba de fraude. Si, tal parece que hubo fraude y ya hay varias organizaciones políticas y grupos diversos, que se han pronunciado al respecto. Ojalá todo se aclare, por el bien de todos.
Mientras tanto, Guatemala pierde potenciales inversiones extranjeras, que generarían empleos, por la incertidumbre que esto ha generado. Seguiremos en el listado de países subdesarrollados, corruptos y sin mayores garantías que ofrecer.
El problema permanente seguirá siendo el subdesarrollo, en particular en las áreas alejadas de las urbes, a donde ningún politico llega, excepto en época electoral.
El problema del poder
Con tanto que ha surgido en estos cinco días posteriores a las elecciones, quisiéramos regresar en el tiempo y repetir el proceso electoral, pero con reglas claras, personas íntegras y sistemas de conteo a prueba de fraude.
Está muy difícil definir cuál es el verdadero problema, o el principal, después del resultado de la elecciones. Es realmente lamentable que este ejercicio democrático, en el que manifestamos nuestra libre voluntad para elegir al próximo presidente, haya resultado en un problema de gran complejidad.
El inicio de todo esto radica en el Congreso, problema permanente en nuestro pais pues las leyes que emiten dependen de quien más paga, o quien mas ofrece, generando demasiados problemas. La Ley Electoral y de Partidos políticos, LEPP, resultó en un engendro de transas, favores y textos sujetos a la interpretación de quien tiene más voz o más poder.
Miles de guatemaltecos se involucraron de lleno, ya sea como fiscales de mesa, supervisores de los centros de votación, proveedores de comida, y muchas tareas más. El resto de nosotros decidimos ir a votar y cumplir así con nuestra obligación como guatemaltecos.
Alguien dijo una vez que el resultado de las elecciones radica en quien cuenta los votos. Me paree que el conteo no refleja la voluntad popular. Ha sido un desorden ese conteo, el registro en las actas, el traslado de los resultados al centro de cómputo y, por supuesto, el resultado final. ¿Donde estuvo la falla? ¿Quiénes manejaron todo esto para que el resultado final no fuera el esperado por la población?
El problema no es más que el reflejo de un sistema desordenado, sujeto a criterios personales y a la intervención de esas manos ocultas que manejan, cual titiriteros, la voluntad popular. Un pequeño grupo, dispersado en posiciones estratégicas, decidió el resultado.
Con tanto que ha surgido en estos cinco días posteriores a las elecciones, quisiéramos regresar en el tiempo y repetir el proceso electoral, pero con reglas claras, personas íntegras y sistemas de conteo a prueba de fraude. Si, tal parece que hubo fraude y ya hay varias organizaciones políticas y grupos diversos, que se han pronunciado al respecto. Ojalá todo se aclare, por el bien de todos.
Mientras tanto, Guatemala pierde potenciales inversiones extranjeras, que generarían empleos, por la incertidumbre que esto ha generado. Seguiremos en el listado de países subdesarrollados, corruptos y sin mayores garantías que ofrecer.
El problema permanente seguirá siendo el subdesarrollo, en particular en las áreas alejadas de las urbes, a donde ningún politico llega, excepto en época electoral.