El sistema electoral y las instituciones funcionaron; debe respetarse la voluntad popular
República. continuará defendiendo la institucionalidad republicana tras una votación libre y legítima.
130.000 voluntarios aseguraron una votación libre y legítima en Guatemala
Las elecciones generales celebradas el día 25 de junio vieron a más de cinco millones y medio de guatemaltecos votar libremente por el partido político y por los candidatos de su elección. Fue una expresión inequívoca de civismo.
Asimismo, y como un mensaje sin precedentes a la clase política, casi un millón de guatemaltecos votó nulo, mostrando descontento y rechazo a las opciones presentadas, al sistema de partidos políticos actual y, en particular, a la corrupción. Más allá de algunos disturbios aislados, el proceso de votación se llevó a cabo de forma pacífica, lo que abona al proceso democrático.
La participación voluntaria de las 130,000 personas que integraron las Juntas Receptoras de Votos, Juntas Electorales Municipales y Juntas Electorales Departamentales es la expresión manifiesta del proceso electoral guatemalteco. Son ellas las que dan confianza y legitimidad al conteo de votos y al resultado. La patria agradece su servicio.
Las instituciones deben seguir funcionado apegadas a la ley
Como ha sucedido en otras elecciones y tal como la legislación vigente permite, algunos partidos políticos tuvieron objeciones ante los resultados plasmados en las actas que levantaron las Juntas Receptoras de Votos, y presentaron sus impugnaciones en el plazo y forma de ley. Apegadas al debido proceso, las Juntas Electorales Departamentales convocaron a las audiencias de revisión de escrutinios, atendidas por la mayoría de las organizaciones políticas participantes.
Sin embargo, y sin agotar todas las etapas contempladas en la ley electoral, algunos partidos políticos accionaron constitucionalmente para que se revisaran las impugnaciones. En particular, las actas finales de cierre y escrutinio, así como la digitación de dichas actas (hay que reiterar que es el acta física la que prevalece).
La Corte de Constitucionalidad respondió otorgando un amparo provisional para que se garantice el derecho de los postulantes a que las impugnaciones presentadas sean conocidas y resueltas previo a que las Juntas Electorales Departamentales y el Tribunal Supremo Electoral procedan a adjudicar los cargos a quienes resultaron electos.
En un ambiente político cargado de tensión y con mucha desinformación circulando, se difundió por redes sociales la falsa idea de que la Corte de Constitucionalidad podría revertir el resultado obtenido en las urnas y que hasta se cancelase el balotaje. Ninguna de esas cosas sucedió ni sería posible en una República como la guatemalteca.
República. continuará defendiendo las instituciones, principios y valores republicanos
República. nace precisamente para promover y defender los principios y valores republicanos, mediante la mejor información y análisis. Nuestra labor nos ha llevado a seguir de cerca el proceso electoral y las incidencias posteriores. De esa cuenta, podemos dar testimonio de que el sistema electoral y las instituciones republicanas funcionaron como se debe, tanto en el ámbito político electoral, como en el judicial. El respeto a la voluntad popular expresada en las urnas es el pilar de una democracia; la alternancia en el poder y el respeto a las decisiones judiciales y la independencia de poderes es el pilar de la república.
República. exhorta a las Juntas Electorales Departamentales y del Distrito Central y al Tribunal Supremo Electoral a que actúen apegados a la ley electoral y, que se abstraigan de las presiones e intereses particulares para garantizar el respeto al voto libre de los ciudadanos.
República. agradece el espíritu cívico con el que se entregaron los voluntarios que integraron las Juntas Electorales.
República. reitera su compromiso con los valores y principios republicanos, que defenderemos en esta y en cualquier otra ocasión en que exista la posibilidad de que la inconformidad de algunos con los resultados obtenidos en las urnas no se encauce estrictamente por las vías democráticas y legales.
El sistema electoral y las instituciones funcionaron; debe respetarse la voluntad popular
República. continuará defendiendo la institucionalidad republicana tras una votación libre y legítima.
130.000 voluntarios aseguraron una votación libre y legítima en Guatemala
Las elecciones generales celebradas el día 25 de junio vieron a más de cinco millones y medio de guatemaltecos votar libremente por el partido político y por los candidatos de su elección. Fue una expresión inequívoca de civismo.
Asimismo, y como un mensaje sin precedentes a la clase política, casi un millón de guatemaltecos votó nulo, mostrando descontento y rechazo a las opciones presentadas, al sistema de partidos políticos actual y, en particular, a la corrupción. Más allá de algunos disturbios aislados, el proceso de votación se llevó a cabo de forma pacífica, lo que abona al proceso democrático.
La participación voluntaria de las 130,000 personas que integraron las Juntas Receptoras de Votos, Juntas Electorales Municipales y Juntas Electorales Departamentales es la expresión manifiesta del proceso electoral guatemalteco. Son ellas las que dan confianza y legitimidad al conteo de votos y al resultado. La patria agradece su servicio.
Las instituciones deben seguir funcionado apegadas a la ley
Como ha sucedido en otras elecciones y tal como la legislación vigente permite, algunos partidos políticos tuvieron objeciones ante los resultados plasmados en las actas que levantaron las Juntas Receptoras de Votos, y presentaron sus impugnaciones en el plazo y forma de ley. Apegadas al debido proceso, las Juntas Electorales Departamentales convocaron a las audiencias de revisión de escrutinios, atendidas por la mayoría de las organizaciones políticas participantes.
Sin embargo, y sin agotar todas las etapas contempladas en la ley electoral, algunos partidos políticos accionaron constitucionalmente para que se revisaran las impugnaciones. En particular, las actas finales de cierre y escrutinio, así como la digitación de dichas actas (hay que reiterar que es el acta física la que prevalece).
La Corte de Constitucionalidad respondió otorgando un amparo provisional para que se garantice el derecho de los postulantes a que las impugnaciones presentadas sean conocidas y resueltas previo a que las Juntas Electorales Departamentales y el Tribunal Supremo Electoral procedan a adjudicar los cargos a quienes resultaron electos.
En un ambiente político cargado de tensión y con mucha desinformación circulando, se difundió por redes sociales la falsa idea de que la Corte de Constitucionalidad podría revertir el resultado obtenido en las urnas y que hasta se cancelase el balotaje. Ninguna de esas cosas sucedió ni sería posible en una República como la guatemalteca.
República. continuará defendiendo las instituciones, principios y valores republicanos
República. nace precisamente para promover y defender los principios y valores republicanos, mediante la mejor información y análisis. Nuestra labor nos ha llevado a seguir de cerca el proceso electoral y las incidencias posteriores. De esa cuenta, podemos dar testimonio de que el sistema electoral y las instituciones republicanas funcionaron como se debe, tanto en el ámbito político electoral, como en el judicial. El respeto a la voluntad popular expresada en las urnas es el pilar de una democracia; la alternancia en el poder y el respeto a las decisiones judiciales y la independencia de poderes es el pilar de la república.
República. exhorta a las Juntas Electorales Departamentales y del Distrito Central y al Tribunal Supremo Electoral a que actúen apegados a la ley electoral y, que se abstraigan de las presiones e intereses particulares para garantizar el respeto al voto libre de los ciudadanos.
República. agradece el espíritu cívico con el que se entregaron los voluntarios que integraron las Juntas Electorales.
República. reitera su compromiso con los valores y principios republicanos, que defenderemos en esta y en cualquier otra ocasión en que exista la posibilidad de que la inconformidad de algunos con los resultados obtenidos en las urnas no se encauce estrictamente por las vías democráticas y legales.