Al escuchar sobre conflictos sociales, la mayoría de las conversaciones se centran en que las causas son diferencias ideológicas, culturales o políticas, pero es raro abordar el rol crítico del aspecto monetario. Detrás de muchas tensiones y enfrentamientos hay un “benefactor” que incita y financia a grupos sociales. Estos financistas suelen ocultarse detrás de pseudo-ideologías y agendas políticas, pero su objetivo principal es lucrar. Ahí radica el verdadero núcleo de la fricción en la conflictividad social: un intento descarado de apropiación de recursos, la obstaculización de la generación de riqueza o como pretexto para ganar caudal político y poder.

Pero el impacto de estos conflictos va más allá de lo humano y lo social. Desestabilizan la viabilidad económica de proyectos y empresas y, por extensión, el bienestar económico de todo un país. La pérdida de recursos, tiempo y, en el peor de los casos, vidas humanas, es un precio inaceptablemente alto que la sociedad no debería tener que pagar.

Entender la mecánica monetaria detrás de estos conflictos es crucial. No es cuestión de reaccionar cuando el conflicto se manifiesta. Estrategias de mitigación efectivas podrían incluir desde un análisis de riesgo más robusto hasta intervenciones sociales proactivas. Todo esto se hace con el objetivo de proteger los intereses empresariales sin malgastar recursos en soluciones ineficaces.

Además, es esencial reconocer otros actores clave en estos conflictos. Es innegable que algunos líderes comunitarios han aprendido el “arte” de la extorsión y se acercan a los empresarios solicitando “beneficios” que a menudo no tienen nada que ver con el bienestar de la comunidad. Su objetivo es acumular capital político o, sencillamente, acceder a posiciones de influencia para obtener más recursos monetarios.

Aunque los conflictos pueden parecer impulsados por múltiples y complejos factores en la superficie, lo monetario es un motor potente que genera fricción social. Comprender y abordar este aspecto es vital para cualquier empresario que busque proteger sus inversiones y mantener relaciones de respeto mutuo con las comunidades en las que operan