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Escoba nueva

El problema es que los chapines no podemos seguir sentados esperando a que se empiecen a resolver los grandes problemas, como la desnutrición, la falta de infraestructura vial, la paupérrima educación que reciben nuestros niños, la inseguridad y tantos más.

.
Carolina Castellanos |
23 de febrero, 2024

Nuestra cultura chapina tiene infinidad de analogías. Pienso que es una de las tantas riquezas de nuestro idioma guatemalteco. Han surgido a lo largo de la historia y permanecido como parte de la riqueza de nuestra cultura.  Una de ellas es el viejo refrán, “escoba nueva barre bien”.

Desde el inicio de la era democrática hemos tenido un presidente tras otro, acompañado de sus ministros, secretarios, asesores y demás cargos, que son nombrados a conveniencia por quien va a dirigir el curso de nuestra historia por los siguientes cuatro años. Menos mal ya no son cinco, como lo fue hace algunos años.

Así las cosas, el tiempo es corto para hacer la transformación que Guatemala necesita. A la vez, el tiempo es muy largo pues hemos tenido que soportar abusos, corrupción, robo, extralimitación de funciones y una sobrecarga de aduladores, llamados asesores, que harán lo que el presidente de turno y los ministros, desean.

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No podría dar el número de ese grupo de afortunados que, en su mayoría, han pasado a mejor vida una vez terminado el período por el cual fueron nombrados. Esto incluye al presidente, vicepresidente, ministros, gobernadores, alcaldes y muchos otros que, a lo largo y ancho del país, se las arreglan para “salir de pobres”. El sistema de justicia, también corrupto, inoperante y lento, es el principal responsable de esto pues no hay consecuencias para los funcionarios que han violado la ley.

Volviendo a la escoba, o sea, el nuevo gobierno, por ahora está barriendo bien entre el viejo mundo y el nuevo. Los que estamos financiando el viaje, que somos usted y yo con los impuestos que pagamos, vemos que el nombre de Guatemala está de nuevo en la agenda europea. Parece que la imagen la han lavado con jabón y hasta cloro para convencer a los cooperantes para que nos ayuden a mantener el país de pie, aunque el costo sea de grandes deudas y compromisos.

Mientras tanto, el resto del gobierno está haciendo no sé realmente qué. Lo primero que hay que barrer, y con escoba grande, es la corrupción, empezando por el robo hormiga y siguiendo con los cientos de millones que están adjudicados a lo largo y ancho de esta “escoba” llamada gobierno.

Ciertamente, es imposible pedir que en un mes se resuelvan tantos problemas. Pero, no hemos visto una hoja de ruta que nos diga por dónde irá. El plan de gobierno es una cosa. Sentarse “en la guayaba” es otra, totalmente diferente.

El problema es que los chapines no podemos seguir sentados esperando a que se empiecen a resolver los grandes problemas, como la desnutrición, la falta de infraestructura vial, la paupérrima educación que reciben nuestros niños, la inseguridad y tantos más.

¿Será que la “escoba nueva” está barriendo bien? El tiempo lo dirá.

Escoba nueva

El problema es que los chapines no podemos seguir sentados esperando a que se empiecen a resolver los grandes problemas, como la desnutrición, la falta de infraestructura vial, la paupérrima educación que reciben nuestros niños, la inseguridad y tantos más.

Carolina Castellanos |
23 de febrero, 2024
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Nuestra cultura chapina tiene infinidad de analogías. Pienso que es una de las tantas riquezas de nuestro idioma guatemalteco. Han surgido a lo largo de la historia y permanecido como parte de la riqueza de nuestra cultura.  Una de ellas es el viejo refrán, “escoba nueva barre bien”.

Desde el inicio de la era democrática hemos tenido un presidente tras otro, acompañado de sus ministros, secretarios, asesores y demás cargos, que son nombrados a conveniencia por quien va a dirigir el curso de nuestra historia por los siguientes cuatro años. Menos mal ya no son cinco, como lo fue hace algunos años.

Así las cosas, el tiempo es corto para hacer la transformación que Guatemala necesita. A la vez, el tiempo es muy largo pues hemos tenido que soportar abusos, corrupción, robo, extralimitación de funciones y una sobrecarga de aduladores, llamados asesores, que harán lo que el presidente de turno y los ministros, desean.

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No podría dar el número de ese grupo de afortunados que, en su mayoría, han pasado a mejor vida una vez terminado el período por el cual fueron nombrados. Esto incluye al presidente, vicepresidente, ministros, gobernadores, alcaldes y muchos otros que, a lo largo y ancho del país, se las arreglan para “salir de pobres”. El sistema de justicia, también corrupto, inoperante y lento, es el principal responsable de esto pues no hay consecuencias para los funcionarios que han violado la ley.

Volviendo a la escoba, o sea, el nuevo gobierno, por ahora está barriendo bien entre el viejo mundo y el nuevo. Los que estamos financiando el viaje, que somos usted y yo con los impuestos que pagamos, vemos que el nombre de Guatemala está de nuevo en la agenda europea. Parece que la imagen la han lavado con jabón y hasta cloro para convencer a los cooperantes para que nos ayuden a mantener el país de pie, aunque el costo sea de grandes deudas y compromisos.

Mientras tanto, el resto del gobierno está haciendo no sé realmente qué. Lo primero que hay que barrer, y con escoba grande, es la corrupción, empezando por el robo hormiga y siguiendo con los cientos de millones que están adjudicados a lo largo y ancho de esta “escoba” llamada gobierno.

Ciertamente, es imposible pedir que en un mes se resuelvan tantos problemas. Pero, no hemos visto una hoja de ruta que nos diga por dónde irá. El plan de gobierno es una cosa. Sentarse “en la guayaba” es otra, totalmente diferente.

El problema es que los chapines no podemos seguir sentados esperando a que se empiecen a resolver los grandes problemas, como la desnutrición, la falta de infraestructura vial, la paupérrima educación que reciben nuestros niños, la inseguridad y tantos más.

¿Será que la “escoba nueva” está barriendo bien? El tiempo lo dirá.