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Guatemala en la encrucijada

.
Juan Francisco Callejas Vargas |
12 de diciembre, 2023
El contenido en la sección de Opinión es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la postura o la línea editorial de República.
 

Nuestro novel mundo de políticos en Guatemala, desde el expresidente Vinicio Cerezo Arévalo, abogado de profesión y político de formación demócrata cristiana, pasando por algunos con tufos - decían las abuelitas - de nobleza y apellidos rancios, hasta ninguneados y soberbios ignorantes, así como listos de pacotillas han llevado desde 1986 en picada descendente nuestra tierna y frágil democracia, al punto de lo que bien podría verse como una primera y necesaria implosión. Dios permita que aprendamos.

Estoy convencido que las leyes de la física aplican casi por igual a los fenómenos sociales que se presentan en una persona, como en una familia o bien en un grupo social, una comunidad y una nación. Cuando se presentan procesos de crisis en una sociedad, estos traen fuerzas importantes que impulsan al buen liderazgo existente o emergente a salir y procurar el aprovechamiento de la energía que surge, para que usado como catapulta, impulse hacia adelante a todo el conjunto. Si esto es adecuadamente administrado, todo lo que resulta, después del sufrimiento que provoca la crisis, será positivo. Ánimo, estamos frente a esta oportunidad.

Es mi personal esperanza que para Guatemala, después de atravesar la encrucijada que hoy vivimos, vengan tiempos de prosperidad y avance para que esta bella nación de Dios, ocupe ese espacio de ser sal y luz a las naciones.

El mundo necesita ver que una nación fundamentada en principio de vida que en la historia ya mostraron la bondad de su aporte al florecimiento de nuestra cultura occidental, antes también conocida como civilización cristiana y de esta manera volverse nuevamente fiel creyente de que la justicia, la libertad y la vida es una triada necesaria, practica y aplicable para la vida moderna y de cara al futuro, una oportunidad de renovarnos como personas, familias y comunidades organizadas. Sin un marco filosófico de principios que opere en una cultura de valores, será imposible, por mucho que se predique, una conducta moral que de vida al Estado de Derecho.

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La encrucijada que hoy toca atravesar y para lo cual, tanto jueces y magistrados, como políticos involucrados y liderazgo que interviene desde una ámbito como del otro, lo mismo que una comunidad internacional de verdad comprometida con la democracia hasta las últimas consecuencias, deben dar hoy muestras de estas profundas convicciones de vida, puesto que para variar, de estas decisiones depende la vida, el futuro y la paz de millones de personas.

No debe escapar a nuestras consideraciones que la historia de Guatemala esta plagada de crisis institucionales las cuales ha dejado su propio aprendizaje, mismo del que no hemos, asumido el dolor y sufrimiento causado y que hasta ahora solamente se muestra en las grandes deficiencias que como nación tenemos y que por supuesto, repetir solamente socaba mas nuestros ángulos negativos e impide que con mente fresca, renovada y con optimismo podamos ver hacia adelante en búsqueda de nuevas ideas, nuevas formas de comportamiento, nuevas avenidas que esta etapa del postmodernismo cuando la democracia republicana y constitucional como paradigma político luce ser al faro hacia el cual hemos de seguir caminando.

En la encrucijada que tenemos hoy al frente, cuando nuevamente los jueces deben tomar decisiones cruciales para los más de 17 millones de Guatemaltecos, si de verdad creemos en el modelo de democracia republicana y constitucional, hemos de asumir que el comportamiento de los jueces se rige por la elemental idea de: "Juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, para garantizar el ejercicio y la tutela de los derechos de los individuos conforme al ordenamiento jurídico, y la preservación de la convivencia pacífica en el marco del Estado de Derecho".

Es muy probable, así debo decirlo, que a muchos ciudadanos nacionales y otros internacionales, la labor realizada hasta ahora por el Ministerio Publico no les haya sido nada conveniente y por supuesto genere en ellos un rechazo natural, puesto que altera y hasta contradice supuestos de vida que vienen teniendo, tanto por razones ideológicas o por simples razones de negocios – no olvidar que la acción política se ha venido transformando en puros y llanos negocios que generan rentabilidad, lo cual no le convierte en acciones jurídicamente validas, éticamente sostenibles y claramente convenientes para el presente y futuro del país - .

Para afirmar mis convicciones personales en esta encrucijada, después de haber escrito una columna en la que reconocía que había votado por Semilla/Bernardo Arévalo en la segunda vuelta, simplemente porque ante la opción no existía posibilidad que hiciera sentido y que además, al haber votado por esta opción, me siento con la autoridad suficiente como para criticar, señalar y requerir de quienes supuestamente ganaron. Es por ello que ahora, tomo prestado del buen amigo y talentoso columnista José Fernando García Molina los primeros párrafos de su columna titulada: La Conferencia, en Siglo 21 GT.

“El slogan de los gobiernos extranjeros, organizaciones internacionales, la prensa y algunos pensadores, de actuar en favor de la democracia, quedó por los suelos al demostrarse, fehacientemente, que hicieron lo contrario.

La conferencia de prensa qué el viernes 8.12.23, hizo el Ministerio Público ―MP― toma más de dos horas y cuarto. Se trata de una presentación exhaustiva, minuciosa y detallada de los hallazgos que encontraron.

Después de verla no queda duda alguna: En la noche del 25 de junio, pasadas las elecciones en primera vuelta, se presentaron resultados falsos. Ya no cabe ninguna duda si hubo fraude o no. Sí. ¡Lo hubo!

Quienes perpetraron tan monstruoso crimen contra los ciudadanos que acudimos a sufragar, incluso aquellos que, de buena fe lo hicieron a favor de Semilla, deben ser castigados con máximo rigor.

Los ciudadanos estábamos dispuestos a respaldar a quién la mayoría decidiera, dentro de un proceso electoral transparente. Sin embargo, rehusamos apoyar a quien ha sido elegido por un pequeño grupo de personas inmorales, prepotentes e irrespetuosos de la soberanía de Guatemala.

Aquellos que fueron elegidos desde antes de la votación no deben gobernar nuestro país. Quienes con el rostro oculto manejan agendas internacionales, quizá dirigidos y protegidos desde países extranjeros, sin importar lo poderoso que puedan ser, no deben entrar al suelo nacional y menos ser atendidos por quienes gobiernan.”

 

El autor de este artículo es Juan Francisco Callejas

Guatemala en la encrucijada

Juan Francisco Callejas Vargas |
12 de diciembre, 2023
.
El contenido en la sección de Opinión es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la postura o la línea editorial de República.
 

Nuestro novel mundo de políticos en Guatemala, desde el expresidente Vinicio Cerezo Arévalo, abogado de profesión y político de formación demócrata cristiana, pasando por algunos con tufos - decían las abuelitas - de nobleza y apellidos rancios, hasta ninguneados y soberbios ignorantes, así como listos de pacotillas han llevado desde 1986 en picada descendente nuestra tierna y frágil democracia, al punto de lo que bien podría verse como una primera y necesaria implosión. Dios permita que aprendamos.

Estoy convencido que las leyes de la física aplican casi por igual a los fenómenos sociales que se presentan en una persona, como en una familia o bien en un grupo social, una comunidad y una nación. Cuando se presentan procesos de crisis en una sociedad, estos traen fuerzas importantes que impulsan al buen liderazgo existente o emergente a salir y procurar el aprovechamiento de la energía que surge, para que usado como catapulta, impulse hacia adelante a todo el conjunto. Si esto es adecuadamente administrado, todo lo que resulta, después del sufrimiento que provoca la crisis, será positivo. Ánimo, estamos frente a esta oportunidad.

Es mi personal esperanza que para Guatemala, después de atravesar la encrucijada que hoy vivimos, vengan tiempos de prosperidad y avance para que esta bella nación de Dios, ocupe ese espacio de ser sal y luz a las naciones.

El mundo necesita ver que una nación fundamentada en principio de vida que en la historia ya mostraron la bondad de su aporte al florecimiento de nuestra cultura occidental, antes también conocida como civilización cristiana y de esta manera volverse nuevamente fiel creyente de que la justicia, la libertad y la vida es una triada necesaria, practica y aplicable para la vida moderna y de cara al futuro, una oportunidad de renovarnos como personas, familias y comunidades organizadas. Sin un marco filosófico de principios que opere en una cultura de valores, será imposible, por mucho que se predique, una conducta moral que de vida al Estado de Derecho.

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La encrucijada que hoy toca atravesar y para lo cual, tanto jueces y magistrados, como políticos involucrados y liderazgo que interviene desde una ámbito como del otro, lo mismo que una comunidad internacional de verdad comprometida con la democracia hasta las últimas consecuencias, deben dar hoy muestras de estas profundas convicciones de vida, puesto que para variar, de estas decisiones depende la vida, el futuro y la paz de millones de personas.

No debe escapar a nuestras consideraciones que la historia de Guatemala esta plagada de crisis institucionales las cuales ha dejado su propio aprendizaje, mismo del que no hemos, asumido el dolor y sufrimiento causado y que hasta ahora solamente se muestra en las grandes deficiencias que como nación tenemos y que por supuesto, repetir solamente socaba mas nuestros ángulos negativos e impide que con mente fresca, renovada y con optimismo podamos ver hacia adelante en búsqueda de nuevas ideas, nuevas formas de comportamiento, nuevas avenidas que esta etapa del postmodernismo cuando la democracia republicana y constitucional como paradigma político luce ser al faro hacia el cual hemos de seguir caminando.

En la encrucijada que tenemos hoy al frente, cuando nuevamente los jueces deben tomar decisiones cruciales para los más de 17 millones de Guatemaltecos, si de verdad creemos en el modelo de democracia republicana y constitucional, hemos de asumir que el comportamiento de los jueces se rige por la elemental idea de: "Juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, para garantizar el ejercicio y la tutela de los derechos de los individuos conforme al ordenamiento jurídico, y la preservación de la convivencia pacífica en el marco del Estado de Derecho".

Es muy probable, así debo decirlo, que a muchos ciudadanos nacionales y otros internacionales, la labor realizada hasta ahora por el Ministerio Publico no les haya sido nada conveniente y por supuesto genere en ellos un rechazo natural, puesto que altera y hasta contradice supuestos de vida que vienen teniendo, tanto por razones ideológicas o por simples razones de negocios – no olvidar que la acción política se ha venido transformando en puros y llanos negocios que generan rentabilidad, lo cual no le convierte en acciones jurídicamente validas, éticamente sostenibles y claramente convenientes para el presente y futuro del país - .

Para afirmar mis convicciones personales en esta encrucijada, después de haber escrito una columna en la que reconocía que había votado por Semilla/Bernardo Arévalo en la segunda vuelta, simplemente porque ante la opción no existía posibilidad que hiciera sentido y que además, al haber votado por esta opción, me siento con la autoridad suficiente como para criticar, señalar y requerir de quienes supuestamente ganaron. Es por ello que ahora, tomo prestado del buen amigo y talentoso columnista José Fernando García Molina los primeros párrafos de su columna titulada: La Conferencia, en Siglo 21 GT.

“El slogan de los gobiernos extranjeros, organizaciones internacionales, la prensa y algunos pensadores, de actuar en favor de la democracia, quedó por los suelos al demostrarse, fehacientemente, que hicieron lo contrario.

La conferencia de prensa qué el viernes 8.12.23, hizo el Ministerio Público ―MP― toma más de dos horas y cuarto. Se trata de una presentación exhaustiva, minuciosa y detallada de los hallazgos que encontraron.

Después de verla no queda duda alguna: En la noche del 25 de junio, pasadas las elecciones en primera vuelta, se presentaron resultados falsos. Ya no cabe ninguna duda si hubo fraude o no. Sí. ¡Lo hubo!

Quienes perpetraron tan monstruoso crimen contra los ciudadanos que acudimos a sufragar, incluso aquellos que, de buena fe lo hicieron a favor de Semilla, deben ser castigados con máximo rigor.

Los ciudadanos estábamos dispuestos a respaldar a quién la mayoría decidiera, dentro de un proceso electoral transparente. Sin embargo, rehusamos apoyar a quien ha sido elegido por un pequeño grupo de personas inmorales, prepotentes e irrespetuosos de la soberanía de Guatemala.

Aquellos que fueron elegidos desde antes de la votación no deben gobernar nuestro país. Quienes con el rostro oculto manejan agendas internacionales, quizá dirigidos y protegidos desde países extranjeros, sin importar lo poderoso que puedan ser, no deben entrar al suelo nacional y menos ser atendidos por quienes gobiernan.”

 

El autor de este artículo es Juan Francisco Callejas