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¿Hacia dónde vamos ahora?

La incertidumbre es enorme y esto no nos deja planificar a futuro en nuestros negocios, trabajo y vida personal. Basta con ver hacia adentro del resto del mapa de América Latina para darnos cuenta que hay de todo, desde los extremos más deleznables como Nicaragua y Venezuela...

https://www.lahora.com.ec/pais/latinoamerica-se-inclina-a-la-izquierda/
Carolina Castellanos |
25 de agosto, 2023

El destino se llama incertidumbre.  Es un lugar oscuro, lleno de trampas, engaños, traiciones y mucha política decepcionante. Quisiera que el destino realmente fuera “floreciente”, como tanto se dijo en la campaña política. Lamentablemente, las señales enviadas hasta ahora a lo único que conducen, es a dudar de todo.

La ideología que han predicado los ganadores de la contienda electoral, a lo largo de su historia reciente, es claramente de izquierda. Sin embargo, los mensajes actuales van en la línea del desarrollo, de atraer inversión y generar empleo. Ojalá y sean estos los que conduzcan el actuar de los próximos gobernantes.

Guatemala está en “trapos de cucaracha”, como decimos en buen chapín. La desnutrición sigue vigente, a pesar de ser uno de los temas principales del país y de las campañas políticas. Con tantos niños desnutridos, es imposible pensar en un desarrollo sostenido.

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La llamada “lucha contra la corrupción” es el otro caballo de batalla de los políticos, ganadores y perdedores. Todos prometieron acabar con esto metiendo presos a los corruptos. Se enfocaron en las grandes negociaciones de obras, contratos y demás. Ninguno habló de la corrupción hormiga, aquella que se da cuando usted debe pagar para que le agilicen un trámite, le firmen un documento, le autoricen una importación u otro. Mientras haya “seres vivientes” a cargo, y no un sistema informático, nunca se acabará.

Así las cosas, nuestro destino sigue siendo el mismo: la incertidumbre, lo desconocido y, aún peor, la desconfianza. Siendo un gobierno de izquierda, bastante radical, no sabemos si podremos continuar expresándonos libremente. ¿Podremos continuar con nuestros negocios, cualquier que estos sean, sin temor a que los cierren porque el gobierno los proveerá más baratos o “gratis”?

¿Habrá realmente justicia pronta y cumplida? ¿O seguiremos con el sistema actual, corrupto, lento y sirviendo a quien más favores o dinero puede ofrecer a cambio? La “lucha contra la corrupción” y todos los demás planes de gobierno tienen que estar cimentados en una justicia inquebrantable, firme, sólida y libre de presiones, sobornos y dictámenes a conveniencia.

Todos los candidatos hablaron de la educación y del reto que presenta llevar a los niños a un nivel más alto y adaptado a los cambios en el mundo, con metodologías modernas y eficaces. ¿Se convertirá el sistema educativo en uno que, más allá de enseñar,  indoctrinará los niños? ¿Empezarán ellos a odiar a los empresarios, esos “ricos” que le quitan al pobre para volverse millonarios? ¿Les dirán que los agricultores, los tenderos y todos los negocios de su comunidad son de empresarios?

¿Impedirán las alianzas público privadas porque todo debe ser gratis y los empresarios solo roban cuando intervienen? Estoy segura que usted, estimado lector, tiene muchas más preguntas que agregar.

La incertidumbre es enorme y esto no nos deja planificar a futuro en nuestros negocios, trabajo y vida personal. Basta con ver hacia adentro del resto del mapa de América Latina para darnos cuenta que hay de todo, desde los extremos más deleznables como Nicaragua y Venezuela, hasta los menos “nefastos”, como el resto de América Central.

Nos toca involucrarnos más, no en política como tal, pero sí en oponerse, opinar e influir en nuestro entorno, con todo lo que tengamos a nuestro alcance, a cualquier decisión (ley, política, reglamento o lo que sea), que atente contra nuestra vida, libertad y propiedad.

¿Hacia dónde vamos ahora?

La incertidumbre es enorme y esto no nos deja planificar a futuro en nuestros negocios, trabajo y vida personal. Basta con ver hacia adentro del resto del mapa de América Latina para darnos cuenta que hay de todo, desde los extremos más deleznables como Nicaragua y Venezuela...

Carolina Castellanos |
25 de agosto, 2023
https://www.lahora.com.ec/pais/latinoamerica-se-inclina-a-la-izquierda/

El destino se llama incertidumbre.  Es un lugar oscuro, lleno de trampas, engaños, traiciones y mucha política decepcionante. Quisiera que el destino realmente fuera “floreciente”, como tanto se dijo en la campaña política. Lamentablemente, las señales enviadas hasta ahora a lo único que conducen, es a dudar de todo.

La ideología que han predicado los ganadores de la contienda electoral, a lo largo de su historia reciente, es claramente de izquierda. Sin embargo, los mensajes actuales van en la línea del desarrollo, de atraer inversión y generar empleo. Ojalá y sean estos los que conduzcan el actuar de los próximos gobernantes.

Guatemala está en “trapos de cucaracha”, como decimos en buen chapín. La desnutrición sigue vigente, a pesar de ser uno de los temas principales del país y de las campañas políticas. Con tantos niños desnutridos, es imposible pensar en un desarrollo sostenido.

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La llamada “lucha contra la corrupción” es el otro caballo de batalla de los políticos, ganadores y perdedores. Todos prometieron acabar con esto metiendo presos a los corruptos. Se enfocaron en las grandes negociaciones de obras, contratos y demás. Ninguno habló de la corrupción hormiga, aquella que se da cuando usted debe pagar para que le agilicen un trámite, le firmen un documento, le autoricen una importación u otro. Mientras haya “seres vivientes” a cargo, y no un sistema informático, nunca se acabará.

Así las cosas, nuestro destino sigue siendo el mismo: la incertidumbre, lo desconocido y, aún peor, la desconfianza. Siendo un gobierno de izquierda, bastante radical, no sabemos si podremos continuar expresándonos libremente. ¿Podremos continuar con nuestros negocios, cualquier que estos sean, sin temor a que los cierren porque el gobierno los proveerá más baratos o “gratis”?

¿Habrá realmente justicia pronta y cumplida? ¿O seguiremos con el sistema actual, corrupto, lento y sirviendo a quien más favores o dinero puede ofrecer a cambio? La “lucha contra la corrupción” y todos los demás planes de gobierno tienen que estar cimentados en una justicia inquebrantable, firme, sólida y libre de presiones, sobornos y dictámenes a conveniencia.

Todos los candidatos hablaron de la educación y del reto que presenta llevar a los niños a un nivel más alto y adaptado a los cambios en el mundo, con metodologías modernas y eficaces. ¿Se convertirá el sistema educativo en uno que, más allá de enseñar,  indoctrinará los niños? ¿Empezarán ellos a odiar a los empresarios, esos “ricos” que le quitan al pobre para volverse millonarios? ¿Les dirán que los agricultores, los tenderos y todos los negocios de su comunidad son de empresarios?

¿Impedirán las alianzas público privadas porque todo debe ser gratis y los empresarios solo roban cuando intervienen? Estoy segura que usted, estimado lector, tiene muchas más preguntas que agregar.

La incertidumbre es enorme y esto no nos deja planificar a futuro en nuestros negocios, trabajo y vida personal. Basta con ver hacia adentro del resto del mapa de América Latina para darnos cuenta que hay de todo, desde los extremos más deleznables como Nicaragua y Venezuela, hasta los menos “nefastos”, como el resto de América Central.

Nos toca involucrarnos más, no en política como tal, pero sí en oponerse, opinar e influir en nuestro entorno, con todo lo que tengamos a nuestro alcance, a cualquier decisión (ley, política, reglamento o lo que sea), que atente contra nuestra vida, libertad y propiedad.