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La necesidad de infraestructura local para el manejo del agua, drenajes y desechos sólidos

El problema es la falta del manejo de servicios bien gestionados y también la falta de inversión pública a nivel local en la infraestructura necesaria para tener un buen manejo de las aguas residuales y los desechos sólidos. 

.
Nicholas Virzi |
29 de febrero, 2024

Los recursos hídricos son muy importantes en los procesos productivos, porque proporcionan materia prima, son usados como refrigerante y disolvente, generan electricidad y son fundamentales para el riego. -PNUD

En Guatemala, la disponibilidad del agua es el doble del promedio mundial (33,416 litros/habitante/día), según el PNUD. Sin embargo, solamente el 5% de las aguas residuales son tratadas. Por mal manejo, al ser devueltas a los ríos y otros cuerpos de agua, las aguas residuales los contaminan.

Asimismo, el PNUD informa que un 55% de los hogares guatemaltecos no están conectados a una red de drenajes. En parte por eso, en Guatemala la tasa de mortalidad atribuida al agua contaminada, al saneamiento inseguro y a la falta de higiene (por 100 mil habitantes) es 15.3, que es más que el doble del promedio de la región LCN (6.5), según datos del Banco Mundial.

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A final de cuentas, es un tema de infraestructura local, no de acceso al agua en sí.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) informa que más de la mitad (56%) de la cantidad de precipitaciones que caen sobre la tierra es evapotranspirada por los bosques y paisajes naturales y el 5% por la agricultura de secano.

El 39% restante se convierte en escorrentía superficial que alimenta ríos y lagos y aguas subterráneas, que a su vez alimentan acuíferos. A estos se les denominan recursos renovables de agua dulce. Parte de esta agua se extrae de estos ríos o acuíferos mediante la intervención humana, sea para el uso agrícola, industrial o en los hogares. A esta eliminación de agua se le llama extracción de agua.

Después de haber sido utilizada, la mayor parte del agua extraída se devuelve al medio ambiente. La calidad del agua devuelta puede ser menor que la calidad cuando se eliminó originalmente. Sin embargo, también puede ser de mayor calidad, siempre y cuando hay una buena gestión en el manejo del agua por los ciudadanos y la iniciativa privada. Cabe destacar que, según el Banco Mundial, la productividad del agua, medida en términos del PIB en dólares constantes de 2015 por metro cúbico de extracción total de agua dulce, es 20.9 para Guatemala versus 14.3 para Latinoamérica y el Caribe (LCN).

El porcentaje de la población guatemalteca que utiliza al menos servicios básicos de agua potable se acerca al promedio de la región LCN, tanto para la población total, rural como la urbana. Guatemala no dista de 2 o 3 puntos porcentuales de los relativamente altos promedios regionales (97.6%, 91.4% y 99.4%).

Sin embargo, cuando se evalúa el porcentaje de la población guatemalteca que utiliza servicios de agua potable gestionados de forma segura, la brecha entre Guatemala y la región LCN se abre. Para la población general, en Guatemala el porcentaje es de 56.3%, versus 75.2% para LCN. Para áreas rurales los porcentajes respectivos son 46% versus 53%. Para las áreas urbanas, la brecha es de 65.5% versus 80.2%. Se ve que en la región existe una gran brecha en esta variable entre las áreas rurales y urbanas. Guatemala no es la excepción.

El problema es la falta del manejo de servicios bien gestionados y también la falta de inversión pública a nivel local en la infraestructura necesaria para tener un buen manejo de las aguas residuales y los desechos sólidos. Con mejor gobernanza local, se podría mejorar sustancialmente en el tratamiento del agua, de los desechos sólidos y el tema de los drenajes.

Se presenta una excelente oportunidad de abarcar el problema de manera interinstitucional desde la perspectiva de las alianzas público-privadas, desde múltiples niveles de gobernanza.

Es un tema de amplio consenso. Desde todo el espectro político de Guatemala se reconoce que es un problema grave que se debe y se puede corregir. Asimismo, la cooperación internacional y las organizaciones internacionales también reconocen que es un problema que urge de solución.

No solo el sector privado nacional tiene interés en el tema, sino también empresas extranjeras. La firma holandesa Dutch Clean Tech (DCT), una empresa que destaca en la construcción, gestión y mantenimiento de la infraestructura local para la mejora del tratamiento del agua, desechos y drenajes ha puesto interés en el tema en Guatemala. Su director para Centroamérica, Dan Mooney, afirma:

DCT tiene varios modelos de inversión internacional para apoyar la construcción de infraestructura local. Con soluciones inteligentes de agua limpia, se pueden mejorar las vidas. A través de soluciones concretas desarrollado por plantas modulares de tratamiento de aguas residuales se puede mejorar la producción de agua potable con manejo circular del agua, siempre cuidando de mantener el balance hídrico.

Siendo lo del tratamiento de aguas, desechos sólidos y el mejoramiento de los drenajes un tema de urgencia, pero también de amplio consenso, es cuestión de voluntad política para abordar el problema de una vez por todas. Si diferentes sectores importantes se unen para solucionar el problema, sería de mucho beneficio para nuestro país.

La necesidad de infraestructura local para el manejo del agua, drenajes y desechos sólidos

El problema es la falta del manejo de servicios bien gestionados y también la falta de inversión pública a nivel local en la infraestructura necesaria para tener un buen manejo de las aguas residuales y los desechos sólidos. 

Nicholas Virzi |
29 de febrero, 2024
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Los recursos hídricos son muy importantes en los procesos productivos, porque proporcionan materia prima, son usados como refrigerante y disolvente, generan electricidad y son fundamentales para el riego. -PNUD

En Guatemala, la disponibilidad del agua es el doble del promedio mundial (33,416 litros/habitante/día), según el PNUD. Sin embargo, solamente el 5% de las aguas residuales son tratadas. Por mal manejo, al ser devueltas a los ríos y otros cuerpos de agua, las aguas residuales los contaminan.

Asimismo, el PNUD informa que un 55% de los hogares guatemaltecos no están conectados a una red de drenajes. En parte por eso, en Guatemala la tasa de mortalidad atribuida al agua contaminada, al saneamiento inseguro y a la falta de higiene (por 100 mil habitantes) es 15.3, que es más que el doble del promedio de la región LCN (6.5), según datos del Banco Mundial.

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A final de cuentas, es un tema de infraestructura local, no de acceso al agua en sí.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) informa que más de la mitad (56%) de la cantidad de precipitaciones que caen sobre la tierra es evapotranspirada por los bosques y paisajes naturales y el 5% por la agricultura de secano.

El 39% restante se convierte en escorrentía superficial que alimenta ríos y lagos y aguas subterráneas, que a su vez alimentan acuíferos. A estos se les denominan recursos renovables de agua dulce. Parte de esta agua se extrae de estos ríos o acuíferos mediante la intervención humana, sea para el uso agrícola, industrial o en los hogares. A esta eliminación de agua se le llama extracción de agua.

Después de haber sido utilizada, la mayor parte del agua extraída se devuelve al medio ambiente. La calidad del agua devuelta puede ser menor que la calidad cuando se eliminó originalmente. Sin embargo, también puede ser de mayor calidad, siempre y cuando hay una buena gestión en el manejo del agua por los ciudadanos y la iniciativa privada. Cabe destacar que, según el Banco Mundial, la productividad del agua, medida en términos del PIB en dólares constantes de 2015 por metro cúbico de extracción total de agua dulce, es 20.9 para Guatemala versus 14.3 para Latinoamérica y el Caribe (LCN).

El porcentaje de la población guatemalteca que utiliza al menos servicios básicos de agua potable se acerca al promedio de la región LCN, tanto para la población total, rural como la urbana. Guatemala no dista de 2 o 3 puntos porcentuales de los relativamente altos promedios regionales (97.6%, 91.4% y 99.4%).

Sin embargo, cuando se evalúa el porcentaje de la población guatemalteca que utiliza servicios de agua potable gestionados de forma segura, la brecha entre Guatemala y la región LCN se abre. Para la población general, en Guatemala el porcentaje es de 56.3%, versus 75.2% para LCN. Para áreas rurales los porcentajes respectivos son 46% versus 53%. Para las áreas urbanas, la brecha es de 65.5% versus 80.2%. Se ve que en la región existe una gran brecha en esta variable entre las áreas rurales y urbanas. Guatemala no es la excepción.

El problema es la falta del manejo de servicios bien gestionados y también la falta de inversión pública a nivel local en la infraestructura necesaria para tener un buen manejo de las aguas residuales y los desechos sólidos. Con mejor gobernanza local, se podría mejorar sustancialmente en el tratamiento del agua, de los desechos sólidos y el tema de los drenajes.

Se presenta una excelente oportunidad de abarcar el problema de manera interinstitucional desde la perspectiva de las alianzas público-privadas, desde múltiples niveles de gobernanza.

Es un tema de amplio consenso. Desde todo el espectro político de Guatemala se reconoce que es un problema grave que se debe y se puede corregir. Asimismo, la cooperación internacional y las organizaciones internacionales también reconocen que es un problema que urge de solución.

No solo el sector privado nacional tiene interés en el tema, sino también empresas extranjeras. La firma holandesa Dutch Clean Tech (DCT), una empresa que destaca en la construcción, gestión y mantenimiento de la infraestructura local para la mejora del tratamiento del agua, desechos y drenajes ha puesto interés en el tema en Guatemala. Su director para Centroamérica, Dan Mooney, afirma:

DCT tiene varios modelos de inversión internacional para apoyar la construcción de infraestructura local. Con soluciones inteligentes de agua limpia, se pueden mejorar las vidas. A través de soluciones concretas desarrollado por plantas modulares de tratamiento de aguas residuales se puede mejorar la producción de agua potable con manejo circular del agua, siempre cuidando de mantener el balance hídrico.

Siendo lo del tratamiento de aguas, desechos sólidos y el mejoramiento de los drenajes un tema de urgencia, pero también de amplio consenso, es cuestión de voluntad política para abordar el problema de una vez por todas. Si diferentes sectores importantes se unen para solucionar el problema, sería de mucho beneficio para nuestro país.