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Los datos de empleo no reflejan calidad ni estabilidad.

Con todo ello, lo alucinante es que el gobierno hable de tener cerca el objetivo de pleno empleo y situarlo en el ocho por ciento. ¿Ocho por ciento pleno empleo?

.
Daniel Lacalle |
08 de agosto, 2023

“It’s a dream that is slowly fading” Kerry Livgren.

Es indudable que el rebote insuficiente y pobre del empleo viene por la recuperación admirable de ese turismo que el gobierno atacó sin piedad. Es también incuestionable que España cierra junio como el país con la mayor tasa de paro y de paro juvenil de la Unión Europea, por encima de Grecia.

Por mucho que les moleste a los propagandistas del gobierno, los datos de empleo no son buenos. No se recuperan las horas trabajadas y la precariedad salta por todos lados.

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El total de horas trabajadas, vía contabilidad nacional, es claro: 21 millones de afiliados que trabajan menos horas que 19,2 millones.

El total de horas trabajadas, ajustado por estacionalidad y calendario, miles de horas (INE), del segundo trimestre de 2008 fue de 9.137.186,6. El máximo de 2019 fue 8.554.873,9. El dato del segundo trimestre de 2023 ha sido 8.545.149,1. Más afiliados que trabajan muchas menos horas. No hay récord de empleo.

En términos interanuales, el número de horas efectivamente trabajadas disminuye cinco décimas, hasta el 0,6%. No hay récord de empleo.

El número total de desempleados registrados en los SEPE alcanza los 3.179.629, que se distribuyen en: Parados registrados (2.677.874), otros no ocupados (198.899), con disposición limitada (302.856) y eso sin contabilizar los fijos discontinuos inactivos y los 12.227 trabajadores en ERTE, como refleja mensualmente José Luis Fernández Santillana, Director del Gabinete de Estudios de USO y buen amigo.

Desde octubre de 2022 hay 303.703 nuevos demandantes de empleo ocupados, que se explicarían por el cese de actividad de fijos-discontinuos, que antes, al cesar actividad, pasaban a la situación de parados y ahora quedan excluidos de la relación del paro registrado, como explica José María Rotellar. No hay récord de empleo.

El total de demandantes de empleo ocupados se eleva a 1.140.839 en julio, un 22% más que en 2019.

En los primeros siete meses se han creado 595.614 empleos y para el que ha sido necesario realizar 9.094.209 contratos. Han tenido que realizarse como mínimo quince contratos en estos siete meses para consolidar un empleo.

La afiliación en julio registra el cuarto peor dato desde 2001 y el imperceptible descenso del paro es el tercer peor dato desde 2008, en un mes de fuerte expansión del turismo.

El 31 de julio se generó una destrucción neta de empleo de 190.830 personas. En dos días fueron 242.800, más que la creación neta del primer día del mes. Esto revela las dificultades de las empresas en la temporada turística.

Hablando de maquillar precariedad. De los 566.440 contratos «indefinidos» el 61% son a tiempo parcial o «fijos discontinuos». 864.943 son contratos temporales. De los 1,4 millones de contratos firmados, solamente el 15% son indefinidos a tiempo completo.

Según datos oficiales, la duración media de los contratos es de 44 días, nueve días menos que en 2021.

Otro factor muy preocupante es el descenso en número de empresas cotizando. Hay 59.624 menos desde que gobierna Sánchez y 33.242 menos desde el final de 2019.

Si a todo ello añadimos que, desde 2019, casi la mitad del empleo creado es público y pagado con más deuda, nos debe preocupar todo lo descrito en las líneas anteriores. De hecho, desde el segundo trimestre de 2018, la evolución del empleo público es casi un 40% superior a la de empleo privado según el INE.

Lo peor no es que los datos sean pobres, que lo son. Lo peor es que haya toda una lista de propagandistas diciendo que es un récord de empleo, un éxito de calidad y un ejemplo de estabilidad del empleo.

¿Mejoran los datos del paro? Sí, pero muy por detrás de países de nuestro entorno y con mayores retos. Es decir, España simplemente va a la zaga de una recuperación de empleo que es mucho más intensa en nuestro entorno de países comparables.

Con todo ello, lo alucinante es que el gobierno hable de tener cerca el objetivo de pleno empleo y situarlo en el ocho por ciento. ¿Ocho por ciento pleno empleo? Todos los indicadores estiman un 4% como el nivel de pleno empleo, pero si nos creyéramos la propaganda gubernamental entonces la realidad es aún más tozuda: Toda Europa está en pleno empleo según Sánchez menos España y Grecia. Toma récord.

La recuperación de España está siendo muy débil y endeudada. La euforia gubernamental no tiene ningún sentido. Y cuanto más se perpetúe el dopaje vía deuda de unas cifras que no son especialmente buenas, peor será el aterrizaje.

Los datos de empleo no reflejan calidad ni estabilidad.

Con todo ello, lo alucinante es que el gobierno hable de tener cerca el objetivo de pleno empleo y situarlo en el ocho por ciento. ¿Ocho por ciento pleno empleo?

Daniel Lacalle |
08 de agosto, 2023
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“It’s a dream that is slowly fading” Kerry Livgren.

Es indudable que el rebote insuficiente y pobre del empleo viene por la recuperación admirable de ese turismo que el gobierno atacó sin piedad. Es también incuestionable que España cierra junio como el país con la mayor tasa de paro y de paro juvenil de la Unión Europea, por encima de Grecia.

Por mucho que les moleste a los propagandistas del gobierno, los datos de empleo no son buenos. No se recuperan las horas trabajadas y la precariedad salta por todos lados.

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El total de horas trabajadas, vía contabilidad nacional, es claro: 21 millones de afiliados que trabajan menos horas que 19,2 millones.

El total de horas trabajadas, ajustado por estacionalidad y calendario, miles de horas (INE), del segundo trimestre de 2008 fue de 9.137.186,6. El máximo de 2019 fue 8.554.873,9. El dato del segundo trimestre de 2023 ha sido 8.545.149,1. Más afiliados que trabajan muchas menos horas. No hay récord de empleo.

En términos interanuales, el número de horas efectivamente trabajadas disminuye cinco décimas, hasta el 0,6%. No hay récord de empleo.

El número total de desempleados registrados en los SEPE alcanza los 3.179.629, que se distribuyen en: Parados registrados (2.677.874), otros no ocupados (198.899), con disposición limitada (302.856) y eso sin contabilizar los fijos discontinuos inactivos y los 12.227 trabajadores en ERTE, como refleja mensualmente José Luis Fernández Santillana, Director del Gabinete de Estudios de USO y buen amigo.

Desde octubre de 2022 hay 303.703 nuevos demandantes de empleo ocupados, que se explicarían por el cese de actividad de fijos-discontinuos, que antes, al cesar actividad, pasaban a la situación de parados y ahora quedan excluidos de la relación del paro registrado, como explica José María Rotellar. No hay récord de empleo.

El total de demandantes de empleo ocupados se eleva a 1.140.839 en julio, un 22% más que en 2019.

En los primeros siete meses se han creado 595.614 empleos y para el que ha sido necesario realizar 9.094.209 contratos. Han tenido que realizarse como mínimo quince contratos en estos siete meses para consolidar un empleo.

La afiliación en julio registra el cuarto peor dato desde 2001 y el imperceptible descenso del paro es el tercer peor dato desde 2008, en un mes de fuerte expansión del turismo.

El 31 de julio se generó una destrucción neta de empleo de 190.830 personas. En dos días fueron 242.800, más que la creación neta del primer día del mes. Esto revela las dificultades de las empresas en la temporada turística.

Hablando de maquillar precariedad. De los 566.440 contratos «indefinidos» el 61% son a tiempo parcial o «fijos discontinuos». 864.943 son contratos temporales. De los 1,4 millones de contratos firmados, solamente el 15% son indefinidos a tiempo completo.

Según datos oficiales, la duración media de los contratos es de 44 días, nueve días menos que en 2021.

Otro factor muy preocupante es el descenso en número de empresas cotizando. Hay 59.624 menos desde que gobierna Sánchez y 33.242 menos desde el final de 2019.

Si a todo ello añadimos que, desde 2019, casi la mitad del empleo creado es público y pagado con más deuda, nos debe preocupar todo lo descrito en las líneas anteriores. De hecho, desde el segundo trimestre de 2018, la evolución del empleo público es casi un 40% superior a la de empleo privado según el INE.

Lo peor no es que los datos sean pobres, que lo son. Lo peor es que haya toda una lista de propagandistas diciendo que es un récord de empleo, un éxito de calidad y un ejemplo de estabilidad del empleo.

¿Mejoran los datos del paro? Sí, pero muy por detrás de países de nuestro entorno y con mayores retos. Es decir, España simplemente va a la zaga de una recuperación de empleo que es mucho más intensa en nuestro entorno de países comparables.

Con todo ello, lo alucinante es que el gobierno hable de tener cerca el objetivo de pleno empleo y situarlo en el ocho por ciento. ¿Ocho por ciento pleno empleo? Todos los indicadores estiman un 4% como el nivel de pleno empleo, pero si nos creyéramos la propaganda gubernamental entonces la realidad es aún más tozuda: Toda Europa está en pleno empleo según Sánchez menos España y Grecia. Toma récord.

La recuperación de España está siendo muy débil y endeudada. La euforia gubernamental no tiene ningún sentido. Y cuanto más se perpetúe el dopaje vía deuda de unas cifras que no son especialmente buenas, peor será el aterrizaje.