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Los escenarios y retos del 2022

Por el momento, dejo a usted este breve preámbulo de lo que nos podría esperar el 2022, no me queda más que desearles un nuevo año en el que la prosperidad, el éxito, la salud y la felicidad llegue a cada uno de ustedes y que las metas que se propongan sean cumplidas.

Jose Goubaud |
28 de diciembre, 2021

Después de festejar la navidad y teniendo en cuenta que se avecina la celebración del recibimiento de un nuevo año en el que todos nos veremos contagiados por el ambiente de alegría que invariablemente sucede cada 31 de diciembre y en el que regularmente a las 12 de la noche, entre copas y comidas, se hacen promesas y compromisos de retos personales a realizar en el año venidero. Si se me permite, me gustaría sugerir a todo el que pueda, que dentro de esos compromisos incluya el de realizarse una prueba de COVID antes de regresar a las actividades laborales, reunirse con familiares con los que no tuvo contacto o sencillamente por salud propia, no tenga ninguna duda que no faltarán las noticias sobre aumentos en los contagios bajo la narrativa que son producto de las reuniones sostenidas durante las fechas de diciembre.

El 2021 deja acontecimientos que no son de grata remembranza, los Estados de Calamidad Pública recurrentes, los infames toques de queda, la tercera ola de contagios que provocó una crisis hospitalaria sin precedentes y los más de 16 mil fallecidos por la pandemia. Por otro lado, la muerte de los connacionales en el accidente de Tuxtla Gutiérrez, la masacre de Sololá por un conflicto territorial sin sentido, las constantes denuncias de corrupción de funcionarios púbicos, la inflación desdichada que afecta el bolsillo de todos y la creciente violencia que se vive en las calles. Estos son algunos de estos ejemplos y para ponerle el pomo al tarron        -como se dice coloquialmente- en el ámbito internacional se habla de nuevas olas de contagios en países con altas tazas de vacunación, de inflaciones sin precedentes en países considerados económicamente sólidos y que al ser socios comerciales afectarán de alguna forma a nuestro país. De igual forma, los escenarios políticos en los que la izquierda ha tomado el control de gobiernos latinoamericanos constituyen futuros análisis que se deben considerar para el 2022.

Pero no todo lo acontecido este año ha sido malo, como mencioné en mi columna anterior, el crecimiento económico que tuvo Guatemala este año, que alcanzó un 7.5%, es un dato alentador. El aumento del salario mínimo en un 4.75%, que aunque no sea la panacea, si viene a ayudar al ingreso de los hogares guatemaltecos. La reducción significativa en la tasa de contagios de este vil virus por varios meses, la fortaleza de las remesas y otros datos más, pintan un panorama macroeconómico estable para nuestro país.

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Guatemala llegará al 2022 con un panorama particular, estará a un año de iniciar la contienda política, tendrá un gobierno que se verá más debilitado como suele suceder cada tercer año de una administración presidencial. Los funcionarios públicos se empezarán a mover y cambiar de bandos para optar a nuevas posibilidades políticas, la designación y reemplazo de figuras como el Procurador de Derechos Humanos, la elección de Fiscal General y la presión para iniciar la retardada elección de magistrados, serán los futuros ataques y contrataques de los diferentes grupos ideológicos; de igual forma,  el proceso de vacunación que se avizora con altibajos importantes. Las medidas de prevención por el COVID que se piensan implementar en el próximo año, que son sin discusión alguna violatorias de derechos particulares, serán temas de discusión incuestionables del año venidero.

Así mismo, ameritará estudio y análisis la geopolítica en Latinoamérica, el triunfo de Pedro Castillo en Perú; de Ximoara Castro en Honduras; Gabriel Boric en Chile, merecen una atención especial para la región, los movimientos como los de Gustavo Petro en Colombia o Lula en Brasil, merecen un seguimiento minucioso, esto porque estaríamos viendo el reflejo de lo que podría ocurrir en Guatemala si los grupos conservadores pretenden quedarse observando desde la lejanía lo que ocurre en el ámbito político; no querer enterarse que la izquierda apoyada por Venezuela, Cuba e inclusive China han estado trabajando para levantar la imagen de un candidato que represente su agenda progresista es irrisorio.

De igual forma, la participación de candidatos a elección popular “que son figuras quemadas”, por denominarlas de alguna forma, como lo es Sandra Torres, Zury Ríos o Edmund Mulet, tienen en común que la población pierda el interés en involucrarse en la política, las personas ansían ver figuras nuevas, sin tachas y contiendas de altura, al no encontrarlas, se inclinan por el populismo barato que vende una mejor vida, pero que no dice como lo hará, logran que los votantes se inclinen por propuestas de programas sociales insostenibles y que venden a Estado como el papá proveedor, el cual, no existe, y me atrevo a afirmar que por el contrario a lo que ofrecen, lo único que logran es hacer crecer los niveles de pobreza. Esta afirmación se puede comprobar al observar los países en los que han llegado a gobernar, todo esto y más será material para futuras columnas de opinión.

Por el momento, dejo a usted este breve preámbulo de lo que nos podría esperar el 2022, no me queda más que desearles un nuevo año en el que la prosperidad, el éxito, la salud y la felicidad llegue a cada uno de ustedes y que las metas que se propongan sean cumplidas.

Feliz año Nuevo.

Los escenarios y retos del 2022

Por el momento, dejo a usted este breve preámbulo de lo que nos podría esperar el 2022, no me queda más que desearles un nuevo año en el que la prosperidad, el éxito, la salud y la felicidad llegue a cada uno de ustedes y que las metas que se propongan sean cumplidas.

Jose Goubaud |
28 de diciembre, 2021

Después de festejar la navidad y teniendo en cuenta que se avecina la celebración del recibimiento de un nuevo año en el que todos nos veremos contagiados por el ambiente de alegría que invariablemente sucede cada 31 de diciembre y en el que regularmente a las 12 de la noche, entre copas y comidas, se hacen promesas y compromisos de retos personales a realizar en el año venidero. Si se me permite, me gustaría sugerir a todo el que pueda, que dentro de esos compromisos incluya el de realizarse una prueba de COVID antes de regresar a las actividades laborales, reunirse con familiares con los que no tuvo contacto o sencillamente por salud propia, no tenga ninguna duda que no faltarán las noticias sobre aumentos en los contagios bajo la narrativa que son producto de las reuniones sostenidas durante las fechas de diciembre.

El 2021 deja acontecimientos que no son de grata remembranza, los Estados de Calamidad Pública recurrentes, los infames toques de queda, la tercera ola de contagios que provocó una crisis hospitalaria sin precedentes y los más de 16 mil fallecidos por la pandemia. Por otro lado, la muerte de los connacionales en el accidente de Tuxtla Gutiérrez, la masacre de Sololá por un conflicto territorial sin sentido, las constantes denuncias de corrupción de funcionarios púbicos, la inflación desdichada que afecta el bolsillo de todos y la creciente violencia que se vive en las calles. Estos son algunos de estos ejemplos y para ponerle el pomo al tarron        -como se dice coloquialmente- en el ámbito internacional se habla de nuevas olas de contagios en países con altas tazas de vacunación, de inflaciones sin precedentes en países considerados económicamente sólidos y que al ser socios comerciales afectarán de alguna forma a nuestro país. De igual forma, los escenarios políticos en los que la izquierda ha tomado el control de gobiernos latinoamericanos constituyen futuros análisis que se deben considerar para el 2022.

Pero no todo lo acontecido este año ha sido malo, como mencioné en mi columna anterior, el crecimiento económico que tuvo Guatemala este año, que alcanzó un 7.5%, es un dato alentador. El aumento del salario mínimo en un 4.75%, que aunque no sea la panacea, si viene a ayudar al ingreso de los hogares guatemaltecos. La reducción significativa en la tasa de contagios de este vil virus por varios meses, la fortaleza de las remesas y otros datos más, pintan un panorama macroeconómico estable para nuestro país.

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Guatemala llegará al 2022 con un panorama particular, estará a un año de iniciar la contienda política, tendrá un gobierno que se verá más debilitado como suele suceder cada tercer año de una administración presidencial. Los funcionarios públicos se empezarán a mover y cambiar de bandos para optar a nuevas posibilidades políticas, la designación y reemplazo de figuras como el Procurador de Derechos Humanos, la elección de Fiscal General y la presión para iniciar la retardada elección de magistrados, serán los futuros ataques y contrataques de los diferentes grupos ideológicos; de igual forma,  el proceso de vacunación que se avizora con altibajos importantes. Las medidas de prevención por el COVID que se piensan implementar en el próximo año, que son sin discusión alguna violatorias de derechos particulares, serán temas de discusión incuestionables del año venidero.

Así mismo, ameritará estudio y análisis la geopolítica en Latinoamérica, el triunfo de Pedro Castillo en Perú; de Ximoara Castro en Honduras; Gabriel Boric en Chile, merecen una atención especial para la región, los movimientos como los de Gustavo Petro en Colombia o Lula en Brasil, merecen un seguimiento minucioso, esto porque estaríamos viendo el reflejo de lo que podría ocurrir en Guatemala si los grupos conservadores pretenden quedarse observando desde la lejanía lo que ocurre en el ámbito político; no querer enterarse que la izquierda apoyada por Venezuela, Cuba e inclusive China han estado trabajando para levantar la imagen de un candidato que represente su agenda progresista es irrisorio.

De igual forma, la participación de candidatos a elección popular “que son figuras quemadas”, por denominarlas de alguna forma, como lo es Sandra Torres, Zury Ríos o Edmund Mulet, tienen en común que la población pierda el interés en involucrarse en la política, las personas ansían ver figuras nuevas, sin tachas y contiendas de altura, al no encontrarlas, se inclinan por el populismo barato que vende una mejor vida, pero que no dice como lo hará, logran que los votantes se inclinen por propuestas de programas sociales insostenibles y que venden a Estado como el papá proveedor, el cual, no existe, y me atrevo a afirmar que por el contrario a lo que ofrecen, lo único que logran es hacer crecer los niveles de pobreza. Esta afirmación se puede comprobar al observar los países en los que han llegado a gobernar, todo esto y más será material para futuras columnas de opinión.

Por el momento, dejo a usted este breve preámbulo de lo que nos podría esperar el 2022, no me queda más que desearles un nuevo año en el que la prosperidad, el éxito, la salud y la felicidad llegue a cada uno de ustedes y que las metas que se propongan sean cumplidas.

Feliz año Nuevo.