En los primeros meses del nuevo gobierno ha quedado clara una cosa y es que la Ley Orgánica del Congreso (LOOL) ha atado de manos a los diputados del bloque independiente, Semilla. Particularmente, al diputado con más aspiraciones y el que en su momento fue la mano derecha del actual presidente, Samuel Pérez.

Es evidente que desde el primer momento su máximo deseo era convertirse en la cabeza del Congreso, presidiendo la Junta Directiva (JD). No obstante, la normativa máxima del organismo legislativo reestableció el orden y confirmó que un diputado independiente no podía presidir JD, ni comisiones de trabajo.

Posteriormente, a pesar de que la LOOL claramente indica que los independientes no pueden participar en las reuniones de Jefes de Bloque, los diputados de Semilla volvieron a estirar la normativa argumentando que era necesario contar con representación del oficialismo, así que participarían con voz pero sin voto. Como era de esperarse, la Corte de Constitucionalidad reafirmó su autoridad y la del Congreso, señalando que un acto como este era contrario a la LOOL.

Para mis amigos todos y para mis enemigos la ley

A pesar de que durante la legislatura pasada los diputados de Semilla eran los máximos defensores de que se cumplieran las formas establecidas en la normativa del legislativo, parece que una vez llegaron al poder, han decidido hacer la vista gorda con algunos de los estatutos clave de la LOOL.  

El primer premio de consolación para la bancada independiente lo deja en evidencia. La conformación de la Comisión Presidencial de Ley de Competencia, “presidida” por el diputado Pérez, es contraria a la normativa del legislativo, dado que, pese a ser una comisión extraordinaria, sigue siendo una comisión de trabajo, como lo indica su acuerdo constitutivo. Sin embargo, como esta movida era a favor de los independientes, no hemos visto mucha oposición de su parte. No obstante, nuevamente las Altas Cortes reaccionaron y ordenaron la disolución de la misma.

Lo que estamos viendo es un caso de una moral líquida, la cual es una que se modifica y adapta dependiendo del contexto y su relación con los intereses individuales. Es decir, si fueran otros los que están siendo afectados por la normativa, los independientes abogarían por el cumplimiento de la ley, sin excepciones.

La última oportunidad

Evidentemente, en las últimas jugadas, el marcador no ha estado a favor de los independientes de Semilla.

Como vimos esta semana, Samuel Pérez empujó por ocupar un nuevo puesto de poder, esta vez en la Junta Monetaria.

Para ello, era necesario contar con el apoyo de sus compañeros legisladores y dado que la alianza oficialista está muy débil, fue imposible conseguirlos. Entonces, optaron por la vía procedimental y cancelaron la reunión de Jefes de Bloque, argumentando que la “falta de consensos” le quitaba el sentido a dicho encuentro. 

Aunque sean premios de consolación estos se deben ceñir a la ley y cada vez es más evidente que los diputados independientes no están dispuestos a jugar bajo esas reglas.