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¿Y si Trump regresa a la Casa Blanca?: Implicaciones para Guatemala

.
Nicholas Virzi |
12 de diciembre, 2023

El mundo entero está pendiente de las elecciones generales que se llevarán a cabo en EEUU en noviembre, 2024. El próximo noviembre se disputarán a nivel federal todos los curules en la cámara baja del Congreso, una tercera parte de los curules en el Senado, y la presidencia de EEUU. Nuevamente, la clase política en EEUU está atemorizada ante el escenario de que Donald Trump pudiera volver a la Casa Blanca.

Siendo EEUU el principal socio comercial de Guatemala, y Guatemala tradicionalmente el principal aliado de EEUU en la región (para con Israel, Taiwán), las próximas elecciones en EEUU tendrán grandes implicaciones para Guatemala. Esto tanto en el ámbito económico como en el político a nivel internacional como nacional. Si las elecciones de EEUU fueran hoy, Trump sería el próximo presidente de EEUU.

Un retorno de Trump a la presidencia de EEUU afectaría la política internacional y nacional de Guatemala. Sin duda, las relaciones entre los gobiernos de Arévalo-Biden serían distintas a las de Arévalo-Trump.

Ya lo vimos. Cuando Donald Trump ganó la presidencia en 2016, comentaristas en Guatemala declaraban que “nada va cambiar” con respecto al apoyo del gobierno de EEUU a CICIG, que había pasado de una administración Demócrata a una Republicana, liderada por un presidente muy atípico en la historia política de EEUU. Se equivocaron casi todos los expertos comúnmente citados.

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La relación bilateral entre los gobiernos de Guatemala y EEUU cambió significativamente bajo la presidencia de Trump. Bajo Trump, disminuyó el apoyo de EEUU a CICIG. De esa cuenta, cambió el balance de poder entre el gobierno de Guatemala bajo el presidente Jimmy Morales y la CICIG, a favor de Morales. En septiembre de 2019, Morales efectuó su anunciada decisión no renovar el mandato de la CICIG.

A pesar de los gritos y hashtags de “!#CICIGseQueda!” (Andrea Ixchíu, JusticiaYa, Alianza por las Reformas), CICIG se fue. La disminución del apoyo de EEUU a la CICIG bajo Trump se dio en gran parte por los abusos expuestos en la conferencia de Helsinki en 2018. En esa ocasión, CICIG fue denunciado por Bill Browder, un principal proponente de la Ley Magnitsky (Washington Post) que autoriza al gobierno Americano sancionar a funcionarios extranjeros acusados de violar los derechos humanos, congelar sus activos y prohibirles ingresar EEUU.

Otros factores incidieron. Bien asesorado por su equipo de inteligencia y diplomacia, Morales tomó la decisión acertada de trasladar la embajada de Guatemala de Tel Aviv a Jerusalén, acompañando al gobierno de Trump en su histórica decisión de cumplir con las promesas que habían hecho todos sus antecesores desde el presidente Bill Clinton.

Luego de que el presidente Morales efectuó esa decisión, políticos importantes del partido Republicano, empezaron a ponerle más atención a ciertas críticas en contra de CICIG, publicando al respecto, como fue el caso del Senador Marco Rubio. Estos sucesos no dejaron de tener sus críticas por organizaciones y medios acostumbrados a manejar su monopolio sobre la narrativa de lo que pasa en Guatemala. (WOLA, Nómada, El Faro) Sin embargo, las ONG, los medios y las organizaciones internacionales no mandan. Eso lo hacen los gobiernos, con todas las asimetrías de poder que podrían existir en una relación bilateral dada. El gobierno de Morales leyó muy bien los cambios en EEUU y sus implicaciones para la política exterior de ambos países. Se aprovechó del momento, con base a asesoría inteligente que abarcaba los diferentes niveles de análisis: internacional, regional, nacional, subnacional y personal.

Según las encuestas, Trump es el favorito para ser el próximo presidente de EEUU. Este escenario cambiaría las expectativas para un gobierno guatemalteco bajo el mando del presidente-electo oficial Bernardo Arévalo. Arévalo goza de fuerte respaldo del gobierno Demócrata en EEUU. Esto ha sido anunciado públicamente por el presidente Joe Biden, el Secretario de Estado Antony Blinken, y el Subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols y Todd Robinson, Samantha Power, la Administradora de USAID, entre otros.

Desde que fue declarado presidente-electo, el señor Arévalo ha viajado a EEUU para mostrar el respaldo que tiene en Washington, DC, prueba de ello siendo que lo invitaron a ser orador principal en la Gala del Diálogo Interamericano. Arévalo recibió en noviembre a una delegación de EEUU que incluía a Phil Gordon, el Asesor Nacional de Seguridad de la Vicepresidente Kamala Harris y Isobel Coleman, la administradora adjunta de USAID. En estos momentos está de visita en Guatemala una delegación de congresistas de EEUU. Esta visita es bicameral, pero no bipartidista. Todos los visitantes son Demócratas. Hubiera sido mayor señal de apoyo para el señor Arévalo que visitara una delegación bipartidista, como se enfatizaba en tiempos de CICIG.

Si Trump vuelve a la presidencia, las prioridades de EEUU en la región cambiarían.

Vendrían verdaderas exigencias de mitigar la migración ilegal y de seguir con los avances que se le han reconocido a los últimos dos gobiernos guatemaltecos con respecto el narcotráfico. Se pedirá mantener el apoyo internacional para con Israel y Taiwán, posiciones generalmente antitéticas para gobiernos asociados con el Internacional Progresista, a la cual pertenece el Movimiento Semilla. Con la asistencia internacional, el eje de trabajar más de cerca con el sector privado para generar prosperidad y empleo se vería fortalecido. Se potenciarían las estrategias de Nearshoring y Friendshoring que fueron iniciativas del primer gobierno de Trump.

Para los próximos gobiernos de EEUU y Guatemala, oportunidades de cooperación hay. La cosa es saber prospectar todos los escenarios y aprovechar de la coyuntura cambiante.

 

El autor es el doctor Nicholas Virzi.
 
 
El contenido en la sección de Opinión es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la postura o la línea editorial de República.

¿Y si Trump regresa a la Casa Blanca?: Implicaciones para Guatemala

Nicholas Virzi |
12 de diciembre, 2023
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El mundo entero está pendiente de las elecciones generales que se llevarán a cabo en EEUU en noviembre, 2024. El próximo noviembre se disputarán a nivel federal todos los curules en la cámara baja del Congreso, una tercera parte de los curules en el Senado, y la presidencia de EEUU. Nuevamente, la clase política en EEUU está atemorizada ante el escenario de que Donald Trump pudiera volver a la Casa Blanca.

Siendo EEUU el principal socio comercial de Guatemala, y Guatemala tradicionalmente el principal aliado de EEUU en la región (para con Israel, Taiwán), las próximas elecciones en EEUU tendrán grandes implicaciones para Guatemala. Esto tanto en el ámbito económico como en el político a nivel internacional como nacional. Si las elecciones de EEUU fueran hoy, Trump sería el próximo presidente de EEUU.

Un retorno de Trump a la presidencia de EEUU afectaría la política internacional y nacional de Guatemala. Sin duda, las relaciones entre los gobiernos de Arévalo-Biden serían distintas a las de Arévalo-Trump.

Ya lo vimos. Cuando Donald Trump ganó la presidencia en 2016, comentaristas en Guatemala declaraban que “nada va cambiar” con respecto al apoyo del gobierno de EEUU a CICIG, que había pasado de una administración Demócrata a una Republicana, liderada por un presidente muy atípico en la historia política de EEUU. Se equivocaron casi todos los expertos comúnmente citados.

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La relación bilateral entre los gobiernos de Guatemala y EEUU cambió significativamente bajo la presidencia de Trump. Bajo Trump, disminuyó el apoyo de EEUU a CICIG. De esa cuenta, cambió el balance de poder entre el gobierno de Guatemala bajo el presidente Jimmy Morales y la CICIG, a favor de Morales. En septiembre de 2019, Morales efectuó su anunciada decisión no renovar el mandato de la CICIG.

A pesar de los gritos y hashtags de “!#CICIGseQueda!” (Andrea Ixchíu, JusticiaYa, Alianza por las Reformas), CICIG se fue. La disminución del apoyo de EEUU a la CICIG bajo Trump se dio en gran parte por los abusos expuestos en la conferencia de Helsinki en 2018. En esa ocasión, CICIG fue denunciado por Bill Browder, un principal proponente de la Ley Magnitsky (Washington Post) que autoriza al gobierno Americano sancionar a funcionarios extranjeros acusados de violar los derechos humanos, congelar sus activos y prohibirles ingresar EEUU.

Otros factores incidieron. Bien asesorado por su equipo de inteligencia y diplomacia, Morales tomó la decisión acertada de trasladar la embajada de Guatemala de Tel Aviv a Jerusalén, acompañando al gobierno de Trump en su histórica decisión de cumplir con las promesas que habían hecho todos sus antecesores desde el presidente Bill Clinton.

Luego de que el presidente Morales efectuó esa decisión, políticos importantes del partido Republicano, empezaron a ponerle más atención a ciertas críticas en contra de CICIG, publicando al respecto, como fue el caso del Senador Marco Rubio. Estos sucesos no dejaron de tener sus críticas por organizaciones y medios acostumbrados a manejar su monopolio sobre la narrativa de lo que pasa en Guatemala. (WOLA, Nómada, El Faro) Sin embargo, las ONG, los medios y las organizaciones internacionales no mandan. Eso lo hacen los gobiernos, con todas las asimetrías de poder que podrían existir en una relación bilateral dada. El gobierno de Morales leyó muy bien los cambios en EEUU y sus implicaciones para la política exterior de ambos países. Se aprovechó del momento, con base a asesoría inteligente que abarcaba los diferentes niveles de análisis: internacional, regional, nacional, subnacional y personal.

Según las encuestas, Trump es el favorito para ser el próximo presidente de EEUU. Este escenario cambiaría las expectativas para un gobierno guatemalteco bajo el mando del presidente-electo oficial Bernardo Arévalo. Arévalo goza de fuerte respaldo del gobierno Demócrata en EEUU. Esto ha sido anunciado públicamente por el presidente Joe Biden, el Secretario de Estado Antony Blinken, y el Subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols y Todd Robinson, Samantha Power, la Administradora de USAID, entre otros.

Desde que fue declarado presidente-electo, el señor Arévalo ha viajado a EEUU para mostrar el respaldo que tiene en Washington, DC, prueba de ello siendo que lo invitaron a ser orador principal en la Gala del Diálogo Interamericano. Arévalo recibió en noviembre a una delegación de EEUU que incluía a Phil Gordon, el Asesor Nacional de Seguridad de la Vicepresidente Kamala Harris y Isobel Coleman, la administradora adjunta de USAID. En estos momentos está de visita en Guatemala una delegación de congresistas de EEUU. Esta visita es bicameral, pero no bipartidista. Todos los visitantes son Demócratas. Hubiera sido mayor señal de apoyo para el señor Arévalo que visitara una delegación bipartidista, como se enfatizaba en tiempos de CICIG.

Si Trump vuelve a la presidencia, las prioridades de EEUU en la región cambiarían.

Vendrían verdaderas exigencias de mitigar la migración ilegal y de seguir con los avances que se le han reconocido a los últimos dos gobiernos guatemaltecos con respecto el narcotráfico. Se pedirá mantener el apoyo internacional para con Israel y Taiwán, posiciones generalmente antitéticas para gobiernos asociados con el Internacional Progresista, a la cual pertenece el Movimiento Semilla. Con la asistencia internacional, el eje de trabajar más de cerca con el sector privado para generar prosperidad y empleo se vería fortalecido. Se potenciarían las estrategias de Nearshoring y Friendshoring que fueron iniciativas del primer gobierno de Trump.

Para los próximos gobiernos de EEUU y Guatemala, oportunidades de cooperación hay. La cosa es saber prospectar todos los escenarios y aprovechar de la coyuntura cambiante.

 

El autor es el doctor Nicholas Virzi.
 
 
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