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Rafaela Silva, el oro que salió de las favelas

Redacción República
10 de agosto, 2016

Video y texto tomado de Euronews

“Ciudad de Dios”, una de las favelas más conocidas de Río de Janeiro, inmortalizada en la literatura y en el cine, se ha convertido estos días en “Ciudad de Oro” donde nació y creció Rafaela Silva, la judoka brasileña que consiguió el lunes el primer oro para el país anfitrión de los Juegos Olímpicos.

En la calle Jesse Street, en la casa amarilla donde vivía Rafaela, su padre, que se gana la vida haciendo mudanzas, habla con emoción y serenidad de la victoria de su hija.

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[quote_center]Luiz Carlos Silva, padre de Rafaela Silva:
“La comunidad está feliz porque ella no esconde de donde viene, alguna gente lo oculta, pero ella no, ella no lo olvida nunca. A todos aquí les gusta que lleve el nombre de Ciudad de Dios con ella. No vive en Barra, vive aquí y siempre le he enseñado que no debe olvidar nunca de donde viene.”[/quote_center]

El mismo orgullo con el que hablan de la victoria de Rafaela sus vecinos y amigos. Su medalla, aseguran, vale más que mil palabras para dar ejemplo a los niños de ésta y otras favelas.

[quote_box_left]Alan Ramos, residente en Ciudad de Dios:
“Hace dos semanas le dije: ahora a por el oro, es la única meta posible, el oro, y lo ha traido a casa, hemos ganado.”[/quote_box_left]

Para Tatiane, exjudoka, el ejemplo de su amiga Rafaela será crucial en las zonas desfavorecidas, donde la droga y el crimen pintan de negro el futuro.
Tatiane Maiara, exjudoka y amiga de Rafaela Silva:
“Transformación es la palabra clave. Ayer hablaba con chicos que me decían que sus madres les pidieron que dejaran el judo, pero no lo hicieron porque querían una vida mejor”. Por eso en una comunidad en la que no tenemos muchas oportunidades y en la que en muchas ocasiones los niños no se sienten muy inclinados a estudiar, los deportes se convierten en vectores capaces de transformar vidas.”

Rafaela también pensó en dejar el judo tras los insultos racistas que sufrió en los Juegos de Londres en 2012, pero nunca llegó a tirar la toalla, como los habitantes de Ciudad de Dios, que siguen luchando cotidianamente para mejorar sus vidas.

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Rafaela Silva, el oro que salió de las favelas

Redacción República
10 de agosto, 2016

Video y texto tomado de Euronews

“Ciudad de Dios”, una de las favelas más conocidas de Río de Janeiro, inmortalizada en la literatura y en el cine, se ha convertido estos días en “Ciudad de Oro” donde nació y creció Rafaela Silva, la judoka brasileña que consiguió el lunes el primer oro para el país anfitrión de los Juegos Olímpicos.

En la calle Jesse Street, en la casa amarilla donde vivía Rafaela, su padre, que se gana la vida haciendo mudanzas, habla con emoción y serenidad de la victoria de su hija.

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[quote_center]Luiz Carlos Silva, padre de Rafaela Silva:
“La comunidad está feliz porque ella no esconde de donde viene, alguna gente lo oculta, pero ella no, ella no lo olvida nunca. A todos aquí les gusta que lleve el nombre de Ciudad de Dios con ella. No vive en Barra, vive aquí y siempre le he enseñado que no debe olvidar nunca de donde viene.”[/quote_center]

El mismo orgullo con el que hablan de la victoria de Rafaela sus vecinos y amigos. Su medalla, aseguran, vale más que mil palabras para dar ejemplo a los niños de ésta y otras favelas.

[quote_box_left]Alan Ramos, residente en Ciudad de Dios:
“Hace dos semanas le dije: ahora a por el oro, es la única meta posible, el oro, y lo ha traido a casa, hemos ganado.”[/quote_box_left]

Para Tatiane, exjudoka, el ejemplo de su amiga Rafaela será crucial en las zonas desfavorecidas, donde la droga y el crimen pintan de negro el futuro.
Tatiane Maiara, exjudoka y amiga de Rafaela Silva:
“Transformación es la palabra clave. Ayer hablaba con chicos que me decían que sus madres les pidieron que dejaran el judo, pero no lo hicieron porque querían una vida mejor”. Por eso en una comunidad en la que no tenemos muchas oportunidades y en la que en muchas ocasiones los niños no se sienten muy inclinados a estudiar, los deportes se convierten en vectores capaces de transformar vidas.”

Rafaela también pensó en dejar el judo tras los insultos racistas que sufrió en los Juegos de Londres en 2012, pero nunca llegó a tirar la toalla, como los habitantes de Ciudad de Dios, que siguen luchando cotidianamente para mejorar sus vidas.