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Petrobras fue espiada por Estados Unidos, según documentos revelados por Snowden

Redacción República
09 de septiembre, 2013

Estados Unidos espió a la mayor empresa de Brasil, el gigante petrolero Petrobras, según los documentos de los servicios secretos de ese país revelados este domingo por la cadena brasileña Globo.

El canal presentó informes brindados por el analista estadounidense Edward Snowden que datan de junio de 2012.

Una semana atrás TV Globo ya había sacado a luz, a partir de documentos entregados por Snowden, que las comunicaciones de la presidenta brasileña Dilma Rousseff habían sido espiadas por los servicios de Washington.

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La red privada de Petrobras, al igual que las comunicaciones de la mandataria, fueron interceptadas por la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA).

‘Esto contradice lo que afirma la NSA, que niega realizar espionaje económico’, subrayó Globo.

El volumen de negocios anual de Petrobras es de unos 200.000 millones de reales (alrededor de 90.000 millones de dólares). La firma brasileña es la primera del mundo en explotación petrolera en aguas muy profundas, señaló la cadena, que dijo desconocer el alcance del espionaje y negó disponer de pistas sobre los objetivos de los estadounidenses.

Las informaciones provienen de documentos secretos de la NSA en poder del exanalista de inteligencia Edward Snowden, acusado de espionaje en Estados Unidos por haber revelado informaciones sobre las redes de vigilancia de comunicaciones telefónicas y electrónicas montadas por Washington en todo el mundo.

Snowden, actualmente refugiado en Rusia, entregó los documentos al periodista estadounidense Glenn Greenwald, residente en Rio de Janeiro.

Greenwald afirmó que la NSA estaba utilizando un programa para acceder contenido de internet que Rousseff visitaba para entender mejor sus métodos de comunicación y a sus interlocutores.

Este programa supuestamente habría permitido a los agentes tener acceso a toda la red de comunicaciones de la presidenta y su personal, incluido teléfono, Internet e intercambios en redes sociales.

El presidente de Estados Unidos Barack Obama se comprometió a responder antes del miércoles al gobierno brasileño acerca de las acusaciones que pesan sobre su país.

Rousseff, que había previsto realizar una visita de Estado a Washington el 23 de octubre, anunció la postergación del viaje que debía efectuar el equipo encargado de preparar esa visita hasta no recibir explicaciones convincentes de parte del gobierno de Obama.

El martes último, el ministro de Comunicaciones de Brasil, Paulo Bernardo, declaró que ‘todas las explicaciones dadas desde el comienzo de este caso se han revelado falsas’.

‘Esto parece más grave que a primera vista’, subrayó Bernardo. ‘Se trata de espionaje comercial, industrial, y hay interés de parte de Estados Unidos de conocer informaciones sobre temas como el pre-sal (los abundantes yacimientos de petróleo en aguas profundas de Brasil, NDLR) y otros asuntos de importancia en los terrenos económico y comercial’, remarcó.

El director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, James Clapper, respondió a las acusaciones en un comunicado publicado este domingo.

‘Estados Unidos recoge inteligencia extranjera -de la misma forma que hacen otros gobiernos- para mejorar la seguridad de nuestros ciudadanos y proteger nuestros intereses y los de nuestros aliados en el mundo’, afirmó.

No era ‘un secreto’ que los agentes de inteligencia recogen datos económicos y financieros, incluida información sobre financiamiento del terrorismo, apuntó.

Esta práctica, afirma, ayuda a Estados Unidos y sus aliados a tener un ‘aviso temprano’ de potenciales crisis internacionales financieras, así como sobre la política económica o el comportamiento de otros países que pueden afectar a los mercados globales.

‘Nuestra recolección de información relativa a la financiación del terrorismo salva vidas’, añadió.

‘Lo que no hacemos, y lo hemos dicho muchas veces, es utilizar nuestra capacidad de inteligencia extranjera para robar secretos comerciales de compañías exteriores en nombre de -o dar la información que recogemos a- compañías estadounidenses para mejorar su capacidad competitiva internacional’, señaló.

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Petrobras fue espiada por Estados Unidos, según documentos revelados por Snowden

Redacción República
09 de septiembre, 2013

Estados Unidos espió a la mayor empresa de Brasil, el gigante petrolero Petrobras, según los documentos de los servicios secretos de ese país revelados este domingo por la cadena brasileña Globo.

El canal presentó informes brindados por el analista estadounidense Edward Snowden que datan de junio de 2012.

Una semana atrás TV Globo ya había sacado a luz, a partir de documentos entregados por Snowden, que las comunicaciones de la presidenta brasileña Dilma Rousseff habían sido espiadas por los servicios de Washington.

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La red privada de Petrobras, al igual que las comunicaciones de la mandataria, fueron interceptadas por la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA).

‘Esto contradice lo que afirma la NSA, que niega realizar espionaje económico’, subrayó Globo.

El volumen de negocios anual de Petrobras es de unos 200.000 millones de reales (alrededor de 90.000 millones de dólares). La firma brasileña es la primera del mundo en explotación petrolera en aguas muy profundas, señaló la cadena, que dijo desconocer el alcance del espionaje y negó disponer de pistas sobre los objetivos de los estadounidenses.

Las informaciones provienen de documentos secretos de la NSA en poder del exanalista de inteligencia Edward Snowden, acusado de espionaje en Estados Unidos por haber revelado informaciones sobre las redes de vigilancia de comunicaciones telefónicas y electrónicas montadas por Washington en todo el mundo.

Snowden, actualmente refugiado en Rusia, entregó los documentos al periodista estadounidense Glenn Greenwald, residente en Rio de Janeiro.

Greenwald afirmó que la NSA estaba utilizando un programa para acceder contenido de internet que Rousseff visitaba para entender mejor sus métodos de comunicación y a sus interlocutores.

Este programa supuestamente habría permitido a los agentes tener acceso a toda la red de comunicaciones de la presidenta y su personal, incluido teléfono, Internet e intercambios en redes sociales.

El presidente de Estados Unidos Barack Obama se comprometió a responder antes del miércoles al gobierno brasileño acerca de las acusaciones que pesan sobre su país.

Rousseff, que había previsto realizar una visita de Estado a Washington el 23 de octubre, anunció la postergación del viaje que debía efectuar el equipo encargado de preparar esa visita hasta no recibir explicaciones convincentes de parte del gobierno de Obama.

El martes último, el ministro de Comunicaciones de Brasil, Paulo Bernardo, declaró que ‘todas las explicaciones dadas desde el comienzo de este caso se han revelado falsas’.

‘Esto parece más grave que a primera vista’, subrayó Bernardo. ‘Se trata de espionaje comercial, industrial, y hay interés de parte de Estados Unidos de conocer informaciones sobre temas como el pre-sal (los abundantes yacimientos de petróleo en aguas profundas de Brasil, NDLR) y otros asuntos de importancia en los terrenos económico y comercial’, remarcó.

El director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, James Clapper, respondió a las acusaciones en un comunicado publicado este domingo.

‘Estados Unidos recoge inteligencia extranjera -de la misma forma que hacen otros gobiernos- para mejorar la seguridad de nuestros ciudadanos y proteger nuestros intereses y los de nuestros aliados en el mundo’, afirmó.

No era ‘un secreto’ que los agentes de inteligencia recogen datos económicos y financieros, incluida información sobre financiamiento del terrorismo, apuntó.

Esta práctica, afirma, ayuda a Estados Unidos y sus aliados a tener un ‘aviso temprano’ de potenciales crisis internacionales financieras, así como sobre la política económica o el comportamiento de otros países que pueden afectar a los mercados globales.

‘Nuestra recolección de información relativa a la financiación del terrorismo salva vidas’, añadió.

‘Lo que no hacemos, y lo hemos dicho muchas veces, es utilizar nuestra capacidad de inteligencia extranjera para robar secretos comerciales de compañías exteriores en nombre de -o dar la información que recogemos a- compañías estadounidenses para mejorar su capacidad competitiva internacional’, señaló.