La Superintendencia de Bancos (SIB) cumple este 2 de septiembre 75 años de su fundación, en momentos que enfrenta tres retos como supervisor del sistema financiero de Guatemala.
Su misión institucional es promover la estabilidad y confianza en el sistema financiero supervisado. Es un órgano de Banca Central, con funciones técnicas y actúa bajo la dirección general de la Junta Monetaria.
Además, ejerce la vigilancia e inspección del Banco de Guatemala, bancos, sociedades financieras, instituciones de crédito y entidades afianzadoras. Además de aseguradoras, almacenes generales de depósito, casas de cambio, grupos financieros y empresas controladoras de grupos financieros y las demás entidades que otras leyes dispongan.
En la actualidad la SIB supervisa a 17 bancos, al Banco de Guatemala, 11 sociedades financieras, 14 almacenadoras y 28 compañías de seguros. Asimismo a tres casas de cambio, cuatro entidades fuera de plaza, ocho casas de bolsa, cuatro empresas emisoras de tarjetas de crédito y otras; para un total de 94 entidades supervisadas.
Tres principales retos
Los principales retos que afronta la Superintendencia de Bancos en la actualidad se centran en tres pilares estratégicos:
El primero se refiere a la supervisión efectiva con un marco legal y regulatorio moderno; conforme a las mejores prácticas y estándares internacionales, con el objeto de promover que las entidades sujetas a su vigilancia e inspección implementen adecuadas prácticas de gobierno corporativo y de gestión de riesgos. En ese contexto, la Superintendencia de Bancos aplica un enfoque de Supervisión Basado en Riesgos (SBR).
El segundo está relacionado con la estabilidad, modernización e innovación del sistema financiero; la incorporación de nuevos actores no tradicionales en el sector financiero como la industria Fintech; que en términos generales se refiere a empresas emergentes que ofrecen servicios financieros específicos. También a las empresas BigTech; las cuales son firmas tecnológicas globales que agregan a su oferta de productos actuales, los servicios financieros; así como, la mayor relevancia que ocupan los riesgos cibernéticos y del cambio climático.
Y el último es la prevención del lavado de dinero u otros activos, financiamiento del terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva. En ese sentido y con el propósito de coadyuvar a este tema, además de impulsar un cambio legal, se incorporó la generación de información estratégica y de inteligencia. Lo anterior, en conjunto con una supervisión basada en riesgo de las Personas Obligadas coadyuva a prevenir y combatir este flagelo en el país.
75 años de historia
La SIB fue constituida el 2 de septiembre de 1946, dentro del sistema de Banca Central. En sus inicios, el personal de la institución estaba integrado por 17 miembros; y su estructura organizacional estaba conformada por la oficina del Superintendente y cuatro secciones principales: Auditoría, Estadística, Jurídica y Secretaría-Archivo General.
En ese entonces, su accionar se limitaba a la supervisión de cinco instituciones bancarias:
- Banco Central de Guatemala
- Banco de Occidente
- Crédito Hipotecario Nacional
- Banco de Londres
- Banco Lippmann y Co.
En el año 2000 se requirió que fuera este órgano supervisor el que asumiera el rol de Unidad de Inteligencia Financiera; logrando promulgar la Ley contra el Lavado de Dinero u Otros Activos en 2001.
Casi simultáneamente, resultado de la reforma de la legislación financiera nacional, en 2002 se aprobó la Ley Orgánica del Banco de Guatemala; la Ley de Bancos y Grupos Financieros; la Ley Monetaria y la Ley de Supervisión Financiera. Además, se requería la promulgación de otras leyes consideradas complementarias, tales como la Ley de la Actividad Aseguradora, aprobada en 2010.
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La Superintendencia de Bancos (SIB) cumple este 2 de septiembre 75 años de su fundación, en momentos que enfrenta tres retos como supervisor del sistema financiero de Guatemala.
Su misión institucional es promover la estabilidad y confianza en el sistema financiero supervisado. Es un órgano de Banca Central, con funciones técnicas y actúa bajo la dirección general de la Junta Monetaria.
Además, ejerce la vigilancia e inspección del Banco de Guatemala, bancos, sociedades financieras, instituciones de crédito y entidades afianzadoras. Además de aseguradoras, almacenes generales de depósito, casas de cambio, grupos financieros y empresas controladoras de grupos financieros y las demás entidades que otras leyes dispongan.
En la actualidad la SIB supervisa a 17 bancos, al Banco de Guatemala, 11 sociedades financieras, 14 almacenadoras y 28 compañías de seguros. Asimismo a tres casas de cambio, cuatro entidades fuera de plaza, ocho casas de bolsa, cuatro empresas emisoras de tarjetas de crédito y otras; para un total de 94 entidades supervisadas.
Tres principales retos
Los principales retos que afronta la Superintendencia de Bancos en la actualidad se centran en tres pilares estratégicos:
El primero se refiere a la supervisión efectiva con un marco legal y regulatorio moderno; conforme a las mejores prácticas y estándares internacionales, con el objeto de promover que las entidades sujetas a su vigilancia e inspección implementen adecuadas prácticas de gobierno corporativo y de gestión de riesgos. En ese contexto, la Superintendencia de Bancos aplica un enfoque de Supervisión Basado en Riesgos (SBR).
El segundo está relacionado con la estabilidad, modernización e innovación del sistema financiero; la incorporación de nuevos actores no tradicionales en el sector financiero como la industria Fintech; que en términos generales se refiere a empresas emergentes que ofrecen servicios financieros específicos. También a las empresas BigTech; las cuales son firmas tecnológicas globales que agregan a su oferta de productos actuales, los servicios financieros; así como, la mayor relevancia que ocupan los riesgos cibernéticos y del cambio climático.
Y el último es la prevención del lavado de dinero u otros activos, financiamiento del terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva. En ese sentido y con el propósito de coadyuvar a este tema, además de impulsar un cambio legal, se incorporó la generación de información estratégica y de inteligencia. Lo anterior, en conjunto con una supervisión basada en riesgo de las Personas Obligadas coadyuva a prevenir y combatir este flagelo en el país.
75 años de historia
La SIB fue constituida el 2 de septiembre de 1946, dentro del sistema de Banca Central. En sus inicios, el personal de la institución estaba integrado por 17 miembros; y su estructura organizacional estaba conformada por la oficina del Superintendente y cuatro secciones principales: Auditoría, Estadística, Jurídica y Secretaría-Archivo General.
En ese entonces, su accionar se limitaba a la supervisión de cinco instituciones bancarias:
- Banco Central de Guatemala
- Banco de Occidente
- Crédito Hipotecario Nacional
- Banco de Londres
- Banco Lippmann y Co.
En el año 2000 se requirió que fuera este órgano supervisor el que asumiera el rol de Unidad de Inteligencia Financiera; logrando promulgar la Ley contra el Lavado de Dinero u Otros Activos en 2001.
Casi simultáneamente, resultado de la reforma de la legislación financiera nacional, en 2002 se aprobó la Ley Orgánica del Banco de Guatemala; la Ley de Bancos y Grupos Financieros; la Ley Monetaria y la Ley de Supervisión Financiera. Además, se requería la promulgación de otras leyes consideradas complementarias, tales como la Ley de la Actividad Aseguradora, aprobada en 2010.
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