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Desafiar las convenciones establecidas

“De cero a uno: cómo inventar el futuro”, de Peter Thiel
Marcos Jacobo Suárez Sipmann
09 de abril, 2024

El libro “De cero a uno: cómo inventar el futuro”, de Peter Thiel, publicado en 2015, está de actualidad. Analiza de qué manera las empresas emergentes pueden predecir mejor el porvenir y tomar medidas para garantizar su éxito. En la exposición, Thiel incluye sus experiencias personales. 

Cofundador de PayPal, el autor es uno de los inversores de capital de riesgo más importantes del mundo. Administra activos de US$2,000M de Founders Fund.  

Transmite ideas originales. Entre ellas: por qué una empresa emergente necesita pasar de “cero a uno”, y no de “uno a dos” o por qué los monopolios son, en realidad, buenos para la innovación. 

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Un monopolio es una condición para administrar un negocio rentable. No necesariamente significa un trato injusto a la competencia. Más bien, están haciendo algo mucho mejor que el resto. Impulsan el progreso: alientan a otras compañías a encontrar mejores soluciones. Suelen combinar cuatro características beneficiosas: Ventaja tecnológica, efectos de red, economías de escala y marcas sólidas. 

Hablar del futuro es pensar en el progreso logrado. Este se puede dividir en horizontal y vertical. El primero amplía mediante la globalización ideas e innovaciones existentes a más personas. El segundo tiene lugar creando algo que no existía antes, como una nueva tecnología o método. 

El horizontal es pasar de uno a dos. El vertical, de cero a uno. Este último es difícilmente predecible al tener que pensar en algo aún inexistente. Solo podemos imaginar el futuro si vemos el presente con una mentalidad crítica. 

Durante las entrevistas de trabajo, Thiel pregunta a los candidatos: “¿en qué importante verdad muy pocas personas están de acuerdo contigo?”. Solo quien puede romper paradigmas establecidos será capaz de cambiar el futuro. 

Los fundadores suelen ser personas excéntricas, pero imprescindibles al encarnar una visión. Incluso una empresa sólida, si quiere desempeñarse al más alto nivel, necesita la originalidad y la visión de su fundador. 

En cuanto a los equipos, las emergentes deben tratar de inculcarles una cultura de empresa compacta porque ayuda a que todos trabajen juntos de manera eficaz. Más que en los beneficios, esta cultura consiste en las relaciones entre personas. 

La tecnología, bien entendida, es el único camino que tenemos de escapar a la competencia en un mundo globalizador. Cuando los ordenadores devengan más poderosos no serán los sustitutos de los humanos; serán complementarios. 

Thiel advierte que nos hemos dejado embelesar por el Big Data ignorando los grandes logros de la complementariedad. Subraya que las compañías valiosas se preguntarán: ¿cómo pueden los ordenadores ayudar a los humanos a resolver problemas complejos? 

¿Y la tecnología verde? Cuando comenzó la cruzada para limpiar el mundo no funcionó. Provocó una enorme burbuja (análoga a la tecnológica de los 90). Hubo falta de previsión y una serie de asunciones erróneas sobre el mercado energético en su conjunto. Mas no hay nada equivocado en las renovables; el mundo necesitará nuevas fuentes. 

Las ventas son una necesidad vital. Muchos entusiastas de la tecnología preferirían centrarse en la innovación. No obstante, vender y distribuir es tan importante como el producto mismo. 

La clave del libro es que el éxito de una empresa emergente es desafiar las convenciones establecidas. Se recomienda dominar un espacio a la vez. Encontrar el área inusual/original donde hacer algo mejor que cualquier competidor. Una vez establecido un monopolio en ese ámbito, expandirse a otros mercados a continuación. 

El autor es un gran aficionado al ajedrez. Cree que la “ventaja de ser el primero” es una táctica, no una meta. Es “mucho mejor hacer el último gran desarrollo en un mercado específico y disfrutar de los beneficios del monopolio”. Cita al maestro cubano José Raúl Capablanca: “debes estudiar la jugada final antes que cualquier otra cosa”.

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Desafiar las convenciones establecidas

“De cero a uno: cómo inventar el futuro”, de Peter Thiel
Marcos Jacobo Suárez Sipmann
09 de abril, 2024

El libro “De cero a uno: cómo inventar el futuro”, de Peter Thiel, publicado en 2015, está de actualidad. Analiza de qué manera las empresas emergentes pueden predecir mejor el porvenir y tomar medidas para garantizar su éxito. En la exposición, Thiel incluye sus experiencias personales. 

Cofundador de PayPal, el autor es uno de los inversores de capital de riesgo más importantes del mundo. Administra activos de US$2,000M de Founders Fund.  

Transmite ideas originales. Entre ellas: por qué una empresa emergente necesita pasar de “cero a uno”, y no de “uno a dos” o por qué los monopolios son, en realidad, buenos para la innovación. 

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Un monopolio es una condición para administrar un negocio rentable. No necesariamente significa un trato injusto a la competencia. Más bien, están haciendo algo mucho mejor que el resto. Impulsan el progreso: alientan a otras compañías a encontrar mejores soluciones. Suelen combinar cuatro características beneficiosas: Ventaja tecnológica, efectos de red, economías de escala y marcas sólidas. 

Hablar del futuro es pensar en el progreso logrado. Este se puede dividir en horizontal y vertical. El primero amplía mediante la globalización ideas e innovaciones existentes a más personas. El segundo tiene lugar creando algo que no existía antes, como una nueva tecnología o método. 

El horizontal es pasar de uno a dos. El vertical, de cero a uno. Este último es difícilmente predecible al tener que pensar en algo aún inexistente. Solo podemos imaginar el futuro si vemos el presente con una mentalidad crítica. 

Durante las entrevistas de trabajo, Thiel pregunta a los candidatos: “¿en qué importante verdad muy pocas personas están de acuerdo contigo?”. Solo quien puede romper paradigmas establecidos será capaz de cambiar el futuro. 

Los fundadores suelen ser personas excéntricas, pero imprescindibles al encarnar una visión. Incluso una empresa sólida, si quiere desempeñarse al más alto nivel, necesita la originalidad y la visión de su fundador. 

En cuanto a los equipos, las emergentes deben tratar de inculcarles una cultura de empresa compacta porque ayuda a que todos trabajen juntos de manera eficaz. Más que en los beneficios, esta cultura consiste en las relaciones entre personas. 

La tecnología, bien entendida, es el único camino que tenemos de escapar a la competencia en un mundo globalizador. Cuando los ordenadores devengan más poderosos no serán los sustitutos de los humanos; serán complementarios. 

Thiel advierte que nos hemos dejado embelesar por el Big Data ignorando los grandes logros de la complementariedad. Subraya que las compañías valiosas se preguntarán: ¿cómo pueden los ordenadores ayudar a los humanos a resolver problemas complejos? 

¿Y la tecnología verde? Cuando comenzó la cruzada para limpiar el mundo no funcionó. Provocó una enorme burbuja (análoga a la tecnológica de los 90). Hubo falta de previsión y una serie de asunciones erróneas sobre el mercado energético en su conjunto. Mas no hay nada equivocado en las renovables; el mundo necesitará nuevas fuentes. 

Las ventas son una necesidad vital. Muchos entusiastas de la tecnología preferirían centrarse en la innovación. No obstante, vender y distribuir es tan importante como el producto mismo. 

La clave del libro es que el éxito de una empresa emergente es desafiar las convenciones establecidas. Se recomienda dominar un espacio a la vez. Encontrar el área inusual/original donde hacer algo mejor que cualquier competidor. Una vez establecido un monopolio en ese ámbito, expandirse a otros mercados a continuación. 

El autor es un gran aficionado al ajedrez. Cree que la “ventaja de ser el primero” es una táctica, no una meta. Es “mucho mejor hacer el último gran desarrollo en un mercado específico y disfrutar de los beneficios del monopolio”. Cita al maestro cubano José Raúl Capablanca: “debes estudiar la jugada final antes que cualquier otra cosa”.