Hace unos días participé en un foro sobre temas de salud en la región y gestión presupuestaria en los sistemas sanitarios públicos de varios países centroamericanos.

Mucho podría escribir sobre los resultados presentados por WifOR Institute, un centro de investigación económica independiente de origen alemán (El estado de la Economía de la Salud en Costa Rica, Guatemala, Panamá y República Dominicana) y la empresa de servicios de investigación Sanigest (Estudio sobre la inversión y presupuestos en salud de Costa Rica, Guatemala, Panamá y República Dominicana). Ambos estudios deberían estar en manos de quienes aspiran a un cargo de elección popular en Guatemala.

De todo lo que se presentó y discutió, voy a destacar las estimaciones calculadas por WifOR sobre el estado de la economía de la salud en Guatemala.

La economía de la salud es una rama especializada de la economía que tomó auge a partir de la década de 1960 con los trabajos publicados por el economista inglés Alan Williams. El diagrama de Williams estructura como entender el ámbito de acción de la economía de la salud.

Si desean leer más sobre el trabajo de Williams sugiero leer el libro titulado “The Ideas and Influence of Alan Williams”, editado por Anne Mason y Adrian Towse (2008).

Patrick Gwinner de WifOR planteó un cambio de paradigma en el sector salud: de un factor de costo a un motor de crecimiento, riqueza, innovación y mejor salud.

Gwinner presentó un Informe de la Economía de la Salud en Guatemala que me sorprendieron, comparto los resultados más importantes.

1. Guatemala se encuentra en la media mundial en cuanto a porcentaje de la economía de la salud y el nivel de empleo; sin embargo, existe potencial de crecimiento.

       2.   Guatemala muestra una tasa de crecimiento anual de 6.2 % en la economía de la salud y es responsable del 8.0 % de la economía total.

      3.  La economía de la salud es un motor clave para el empleo formal en Guatemala con un porcentaje del 6.1 %.

     4.  La economía de la salud en Guatemala representa un sector clave en la economía con un aporte del 6.3 % al PIB, lo que corresponde al casi el doble del sector finanzas y seguros.

      5.  La huella económica de la economía de la salud comprende efectos directos e indirectos, ambos con respecto al valor agregado bruto (VAB) y al empleo.

        6.  La economía de la salud en Guatemala crea una huella económica de más de US$ 13.8 mil millones de valor añadido bruto.

        7.   La economía de la salud en Guatemala crea una huella económica de 800 mil empleos, más del 12 % de la población económicamente activa.

          8.  Cada dólar invertido en la economía de la salud genera valor adicional dentro de la economía en general.

           9.  Cada puesto de trabajo creado en la economía de la salud asegura puestos de trabajo adicionales dentro de la economía en general.

Es necesario fomentar inversiones en la salud para promocionar la innovación, la productividad, el empleo, la escolaridad y el crecimiento económico en general.

Existe un vínculo positivo entre la salud, la educación y los ingresos personales que podría ser un modelo para la inversión en salud.

A largo plazo, la población se beneficia de las inversiones en salud. Por lo tanto, estas no deben considerarse un gasto, sino una inversión.

En Guatemala, la economía de la salud genera una huella económica de 800 mil de puestos de trabajo, y más de US$ 13 mil millones de VAB

La inversión pública en Guatemala se encuentra por debajo del promedio en la región y sigue una tendencia a la baja. El gasto público en salud es de 2.5 % del PIB. En estimaciones de FUNDESA el gasto de bolsillo supera el 64 % del gasto total en salud,

La economía de la salud es un motor de crecimiento. Esta depende en gran medida de la inversión nacional.

Guatemala está rezagada con respecto a otros países de LAC en términos de infraestructura de telemedicina. El costo de Internet es hasta nueve veces más alto que en otros países de ingresos medios y altos.