Un almuerzo casual a mediados de 2015 llevó a que Rodrigo López y su socio Simán Layus desarrollarán un negocio de hummus, que no solo fuera un “negocio porque sí”, sino una marca que promoviera un consumo y producción responsable.

“Recuerdo que probé la receta en la mesa de la cocina y fue un sabor espectacular y completamente distinto a lo que estaba acostumbrado. Fue ahí cuando supimos que teníamos que soñar en grande”, contó en una entrevista con República Emprendimiento.

Los primeros pasos de Yummus, se basaron en entender la viabilidad y oportunidad de mercado. “Vimos que no había otra marca de hummus posicionada a nivel guatemalteco”, narró López.

De la mano, estaba la importancia de desarrollar una marca que impactará de manera ambiental y social por medio de su modelo de negocio. Fue así como se desarrolló el programa de Yummus, ‘Buy One Help One’.

¿Cuáles han sido los retos que has tenido para que tu emprendimiento se mantenga y cómo los resolviste?

— En los años iniciales fue tratar de posicionar una marca totalmente nueva, innovadora y desconocida dentro del mercado. Convencer a los aliados de distribución, supermercados, licencias sanitarias, operaciones administrativas, entre otros.

También tener productos perecederos de corto tiempo de vida antes de ‘atinarle’ a la demanda y poder acoplar mejor los tiempos de vida de ellos productos. Es un reto que hemos ido aprendiendo.  

Creo que uno de los retos más importantes fue desarrollar un cultivo nuevo en Guatemala, fomentar este tipo de cultivo en el país, y montar una cadena agrícola desde cero.

Ahora son cerca de 75 agricultores, sobre todo mujeres que están sembrando garbanzo para nosotros en Guatemala y ver que ahora tienen un centro de acopio, están organizados y ser parte de la transición que están teniendo las comunidades de agricultores nos llena de felicidad.

Conforme vas creciendo el reto se va moviendo a cómo ir creciendo con tus productos, la diversificación, encontrar capital de trabajo para poder hacerlo. También se hacen presentes los retos de financiamiento y encontrar inversionistas, eso es un reto constante en la vida de un emprendedor que quiere crecer bajo un marco estratégico internacional, oportuno y rápido.

Como CEO, el reto más grande es establecer la cultura de una manera apropiada y enraizada dentro de las venas de la organización. Encontrar talento, diseñar los mapas y marcos cognitivos de pensamiento hacia cómo debe comportarse el equipo.

¿Cómo esperas que ser parte de Entre Jaguares ayude y potencialice tu emprendimiento?

— Es una plataforma, puente estratégico y valioso para nuestro modelo de negocio, espero que la iniciativa nos ponga en el mapa. Si somos ganadores del premio, se nos permita educar e informar más sobre los beneficios de las legumbres, específicamente de garbanzo y nuestros productos.  

Queremos levantar la voz al mundo de que Guatemala puede ser un exportador de garbanzo.

Con la exposición de Entre Jaguares queremos dar a conocer los puntos de venta y las iniciativas socioambientales que estamos resolviendo con el modelo de negocio, como la desnutrición crónica, reforestación y agua limpia.

Con la participación en el programa, ¿cuál es la lección más importante que como emprendedor quieres dejar a otros?

— Poner un pie enfrente del otro y darse cuenta de que la acción y ejecución son todo. Si alguien tiene una idea en su cabeza, pero no toma acciones concretas, la idea nunca va a salir de allí.

Exhortó a todos que vayan poco a poco, avancen y no tengan miedo de empezar como una pelota de nieve y vean cómo evoluciona el proyecto.

Yo comencé con Yummus en 2016, viéndolo como un proyecto aparte de mi trabajo, y ahora ya es una empresa con huella, que busca impactar a muchas personas.

Ir avanzando es el camino de un emprendedor. Un consejo importante es no olvidarse de la importancia de cuidar el flujo de efectivo y ver cómo sistemáticamente avanza la empresa. Para ello les recomiendo los libros de ‘Profit first’ y ‘Start with why’.

Finalmente, ¿recomendarías la plataforma Entre Jaguares a otros emprendedores?

— Sí, porque te pone en el mapa. El simple hecho de ser finalistas es una validación y exposición en diferentes medios importantes del país y es un valor importante para darte a conocer.

Adicional a ello, el nivel de asesorías y acompañamiento que se recibe a lo largo del proceso es supervalioso, porque uno se junta con mentores y expertos en distintas áreas para mejorar procesos de la empresa.

Estoy agradecido de la oportunidad y estar al lado de otros finalistas talentosos en otras industrias.

Guatemala es un país repleto de oportunidades, y este tipo de proyectos, iniciativas y programas son lo que necesita el emprendedor y pequeñas empresas en potencia, porque honestamente hay poco apoyo financiero y estratégico para etapa tempranas de los emprendimientos.