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Sostenibilidad Financiera en Latinoamérica: Un Llamado a la Acción para las Entidades Financieras

Sostenibilidad financiera
Daniel Rodríguez
06 de noviembre, 2023

Panorama General. Aún hay un largo camino por recorrer. Si bien algunas instituciones financieras de la región han comenzado a tomar medidas para integrar la sostenibilidad en sus operaciones, la mayoría aún no ha adoptado prácticas sostenibles de manera integral. Existe gran potencial en términos de lo que puede hacerse en la región, y algunas tendencias que están marcando un rumbo.

Los datos. Existen cuatro tendencias específicas que están acelerando el avance del sector financiero regional hacia la protección ambiental y el cambio climático:

  • Aumento de flujos de capital orientados a la sostenibilidad: A finales de 2022, alrededor del 80% de los países de América Latina actualizaron sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) bajo el Acuerdo Climático de París, estableciendo metas más ambiciosas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Estos compromisos han generado oportunidades para las instituciones financieras al abrir la puerta a flujos de capital y financiamiento para proyectos sostenibles.
  • La vulnerabilidad al cambio climático aumenta los riesgos físicos y de transición: América Latina se vuelve más vulnerable al cambio climático, lo que implica riesgos físicos y de transición para las instituciones financieras. Los reguladores financieros y de mercado en la región están actuando ante estos desafíos. Han iniciado la implementación de regulaciones enfocadas en la sostenibilidad y están participando en iniciativas globales para abordar el riesgo climático.

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  • Compromisos hacia la transición net zero y otras metas de finanzas sostenibles: Las instituciones financieras de América Latina se están comprometiendo con la transición hacia emisiones netas cero y metas de sostenibilidad. Alrededor del 50% de los activos bancarios en la región están vinculados a la Net-Zero Banking Alliance (NZBA), que ha fijado objetivos ambiciosos de descarbonización para 2030 y cero emisiones netas para 2050. Además, se observa un aumento en los flujos de financiamiento sostenible en la región, con un crecimiento constante de emisiones de bonos verdes y otras transacciones sustentables.

  • Reguladores financieros y de mercado que se enfocan en riesgos y oportunidades ambientales: Los reguladores financieros y de mercado en América Latina, incluyendo países como Brasil, Chile, Colombia y México, están promoviendo regulaciones enfocadas en la sostenibilidad. Estas regulaciones abarcan aspectos como la divulgación corporativa, normativas sobre finanzas sostenibles y la gestión del riesgo climático. Estos esfuerzos buscan abordar tanto los riesgos como las oportunidades relacionados con la sostenibilidad ambiental en el sector financiero de la región.

Estas tendencias indican una creciente atención y acción por parte de las instituciones financieras y los reguladores en América Latina hacia la sostenibilidad y el cambio climático. Estos desarrollos están transformando la forma en que las instituciones financieras operan y están creando nuevas oportunidades y desafíos en el sector.

A tomar en cuenta. Como toda gran transformación, los desafíos son varios y de distinta naturaleza. Comenzaría destacando la necesidad de mejorar la educación y conciencia sobre sostenibilidad entre los empleados y clientes, además de la falta de datos y métricas claras para medir el impacto ambiental y social de las operaciones financieras, y la necesidad de colaboración entre instituciones financieras, reguladores y otros actores clave para impulsar la sostenibilidad en la región. También se enfrentan a la necesidad de gestionar riesgos físicos y de transición relacionados con el cambio climático, particularmente en sectores como petróleo y gas, minería y agricultura.

A pesar de estos retos, se presentan oportunidades considerables, con flujos de capital sostenible en aumento. América Latina tiene vastos recursos naturales, incluyendo litio y energías renovables, ofreciendo oportunidades para exportaciones y producción de biocombustibles y e-fuels. También destaca el potencial de crecimiento en el mercado de bonos verdes, que se duplicó en menos de dos años, alcanzando los $30,200 millones en junio de 2021.

La experiencia internacional muestra que la integración de la sostenibilidad en los procesos comerciales y funcionales se asocia con la obtención de las mayores recompensas en términos de crecimiento comercial, mitigación del riesgo climático y posicionamiento estratégico.

Qué destacar. Las instituciones financieras desempeñan un papel clave en el impulso de la sostenibilidad, ya que tienen la capacidad de movilizar flujos de financiamiento e inversión a empresas y proyectos.

Los flujos de capital sostenible están en aumento y respaldan la transición energética, la lucha contra el cambio climático y la conservación del medio ambiente. Las instituciones financieras se unen a iniciativas globales y fortalecen la regulación, facilitando la inversión privada en proyectos sostenibles. Además, innovan con productos financieros como bonos verdes y préstamos vinculados a la sostenibilidad para financiar proyectos que promueven la biodiversidad y la economía verde.

Juan Aristi Baquero, Partner McKinsey & Company oficina Nueva York  

"Queda mucho por hacer, pero en Latinoamérica hemos dado pasos importantes. Las finanzas sostenibles en la región han experimentado un crecimiento significativo. A fines de 2022, alrededor del 50% de los activos bancarios de la región pertenecen a instituciones que se han unido a la Net-Zero Banking Alliance (NZBA), comprometiéndose a cero emisiones netas para 2050. Además, la emisión de bonos verdes se ha más que duplicado en menos de dos años, alcanzando los $30,200 millones de dólares en junio de 2021, frente a los $13,600 millones de dólares en septiembre de 2019", enfatizó Juan Aristi Baquero, Partner McKinsey & Company oficina Nueva York.  

Países como Chile y Uruguay han liderado emisiones significativas de bonos vinculados a la sostenibilidad, con Uruguay emitiendo un bono de $1,500 millones de dólares, marcando un hito en la promoción de un sector financiero capaz de proporcionar financiamiento sustentable a gran escala. Estos logros resaltan el progreso notable de las finanzas sostenibles en la región, indicando una tendencia positiva hacia una economía más verde y un futuro más sustentable.

Por otro lado, el sector financiero en América Latina ha adoptado marcos regulatorios y estándares internacionales de sostenibilidad. Países como Brasil, Chile, Colombia y México han fortalecido sus requisitos regulatorios en torno a la divulgación corporativa, la banca sustentable y la gestión del riesgo climático.

Por qué importa. Esta acción ha sido respaldada por la creciente demanda de productos financieros sostenibles por parte de los clientes. La población está cada vez más consciente del impacto ambiental y social de sus decisiones financieras, lo que ha llevado a una demanda creciente de productos y servicios financieros que se alineen con principios sostenibles. Esta tendencia ha motivado a las instituciones financieras a innovar y ofrecer una variedad de productos, desde bonos verdes hasta préstamos vinculados a la sostenibilidad, para satisfacer las necesidades y expectativas cambiantes de sus clientes, estableciendo así una base sólida para el crecimiento continuo de las finanzas sostenibles en la región.

A tomar en cuenta. Se están tomando varias medidas para integrar la sostenibilidad en las instituciones financieras en la región. Algunas de estas medidas incluyen la adopción de marcos regulatorios y de estándares internacionales de sostenibilidad, la mejora de la medición y reporte de impacto ambiental y social, y la oferta de productos financieros sostenibles a los clientes. En comparación con estándares internacionales, aún hay un largo camino por recorrer en la región. Sin embargo, los bancos y otras instituciones financieras de la región han establecido tres tipos de compromisos respecto a la sostenibilidad:

  • Compromisos relativos a las emisiones directas de sus operaciones: las emisiones directas son pequeñas para una entidad financiera (e.g. vehículos, consumo de energía de los edificios centrales y sucursales). Muchas instituciones en la región tienen objetivos de reducción de emisiones directas muy ambiciosos, a 2030 o incluso antes.
  • Compromisos relativos a las emisiones indirectas de las carteras de crédito e inversión: las emisiones indirectas son mucho mayores y más difíciles de medir y de reducir, ya que dependen de las contrapartes a las que la entidad presta dinero o en las que invierte. En línea con el Acuerdo de París, varias de las instituciones financieras en la región cuentan con objetivos de llegar a net zero a 2050, con reducciones significativas típicamente en los sectores más eminentes a 2030.
  • Compromisos de movilizar financiación e inversión en actividades sostenibles: estos compromisos incluyen inversiones en ámbitos como las energías renovables, los edificios verdes, la economía circular, la eficiencia energética y la transformación de procesos productivos para reducir emisiones, entre otros. Los objetivos se miden en cientos o miles de millones de dólares y suelen ser plazos de 3 a 5 años. Varias entidades en la región ya cuentan con este tipo de compromisos externos y vemos como muchas otras lo están considerando internamente.

En el radar. Las instituciones financieras están promoviendo varias iniciativas específicas para avanzar en la sostenibilidad en la región. Algunas de estas iniciativas incluyen la adopción de prácticas sostenibles en sus propias operaciones, la oferta de productos financieros sostenibles a sus clientes, y la colaboración con otros actores clave para impulsar la sostenibilidad en la región. Específicamente, podemos detectar las siguientes iniciativas:

  • Emisión de bonos verdes: Las instituciones financieras están emitiendo bonos verdes para financiar proyectos ambientalmente sostenibles, como energías renovables, eficiencia energética y transporte limpio.
  • Desarrollo de productos financieros sostenibles: Se están creando productos financieros innovadores que incentivan la adopción de prácticas sostenibles, como préstamos con tasas de interés preferenciales para proyectos ecológicos.
  • Inversiones en energías renovables: Las instituciones financieras están invirtiendo significativamente en energías renovables, como la energía solar y eólica, para reducir la dependencia de combustibles fósiles y mitigar el cambio climático.
  • Financiamiento para proyectos de conservación: Se están financiando proyectos de conservación de la biodiversidad, incluyendo áreas protegidas y programas de reforestación, para preservar los ecosistemas clave y proteger la fauna y flora nativa.
  • Apoyo a iniciativas de eficiencia energética: Las instituciones financieras están respaldando proyectos y empresas que promueven la eficiencia energética en sectores como la industria, transporte y construcción, reduciendo así las emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Educación financiera para la sostenibilidad: Están implementando programas de educación financiera que concientizan a los clientes sobre la importancia de la sostenibilidad y cómo sus decisiones financieras pueden tener un impacto positivo en el medio ambiente.
  • Apoyo a emprendimientos sociales y ambientales: Las instituciones financieras están proporcionando financiamiento y recursos a emprendimientos que abordan desafíos sociales y ambientales, fomentando así la innovación en soluciones sostenibles.
  • Colaboraciones multisectoriales: Están estableciendo alianzas estratégicas con gobiernos y organizaciones no gubernamentales para desarrollar proyectos conjuntos que impulsen la sostenibilidad a nivel local y regional.

Sostenibilidad Financiera en Latinoamérica: Un Llamado a la Acción para las Entidades Financieras

Sostenibilidad financiera
Daniel Rodríguez
06 de noviembre, 2023

Panorama General. Aún hay un largo camino por recorrer. Si bien algunas instituciones financieras de la región han comenzado a tomar medidas para integrar la sostenibilidad en sus operaciones, la mayoría aún no ha adoptado prácticas sostenibles de manera integral. Existe gran potencial en términos de lo que puede hacerse en la región, y algunas tendencias que están marcando un rumbo.

Los datos. Existen cuatro tendencias específicas que están acelerando el avance del sector financiero regional hacia la protección ambiental y el cambio climático:

  • Aumento de flujos de capital orientados a la sostenibilidad: A finales de 2022, alrededor del 80% de los países de América Latina actualizaron sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) bajo el Acuerdo Climático de París, estableciendo metas más ambiciosas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Estos compromisos han generado oportunidades para las instituciones financieras al abrir la puerta a flujos de capital y financiamiento para proyectos sostenibles.
  • La vulnerabilidad al cambio climático aumenta los riesgos físicos y de transición: América Latina se vuelve más vulnerable al cambio climático, lo que implica riesgos físicos y de transición para las instituciones financieras. Los reguladores financieros y de mercado en la región están actuando ante estos desafíos. Han iniciado la implementación de regulaciones enfocadas en la sostenibilidad y están participando en iniciativas globales para abordar el riesgo climático.

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  • Compromisos hacia la transición net zero y otras metas de finanzas sostenibles: Las instituciones financieras de América Latina se están comprometiendo con la transición hacia emisiones netas cero y metas de sostenibilidad. Alrededor del 50% de los activos bancarios en la región están vinculados a la Net-Zero Banking Alliance (NZBA), que ha fijado objetivos ambiciosos de descarbonización para 2030 y cero emisiones netas para 2050. Además, se observa un aumento en los flujos de financiamiento sostenible en la región, con un crecimiento constante de emisiones de bonos verdes y otras transacciones sustentables.

  • Reguladores financieros y de mercado que se enfocan en riesgos y oportunidades ambientales: Los reguladores financieros y de mercado en América Latina, incluyendo países como Brasil, Chile, Colombia y México, están promoviendo regulaciones enfocadas en la sostenibilidad. Estas regulaciones abarcan aspectos como la divulgación corporativa, normativas sobre finanzas sostenibles y la gestión del riesgo climático. Estos esfuerzos buscan abordar tanto los riesgos como las oportunidades relacionados con la sostenibilidad ambiental en el sector financiero de la región.

Estas tendencias indican una creciente atención y acción por parte de las instituciones financieras y los reguladores en América Latina hacia la sostenibilidad y el cambio climático. Estos desarrollos están transformando la forma en que las instituciones financieras operan y están creando nuevas oportunidades y desafíos en el sector.

A tomar en cuenta. Como toda gran transformación, los desafíos son varios y de distinta naturaleza. Comenzaría destacando la necesidad de mejorar la educación y conciencia sobre sostenibilidad entre los empleados y clientes, además de la falta de datos y métricas claras para medir el impacto ambiental y social de las operaciones financieras, y la necesidad de colaboración entre instituciones financieras, reguladores y otros actores clave para impulsar la sostenibilidad en la región. También se enfrentan a la necesidad de gestionar riesgos físicos y de transición relacionados con el cambio climático, particularmente en sectores como petróleo y gas, minería y agricultura.

A pesar de estos retos, se presentan oportunidades considerables, con flujos de capital sostenible en aumento. América Latina tiene vastos recursos naturales, incluyendo litio y energías renovables, ofreciendo oportunidades para exportaciones y producción de biocombustibles y e-fuels. También destaca el potencial de crecimiento en el mercado de bonos verdes, que se duplicó en menos de dos años, alcanzando los $30,200 millones en junio de 2021.

La experiencia internacional muestra que la integración de la sostenibilidad en los procesos comerciales y funcionales se asocia con la obtención de las mayores recompensas en términos de crecimiento comercial, mitigación del riesgo climático y posicionamiento estratégico.

Qué destacar. Las instituciones financieras desempeñan un papel clave en el impulso de la sostenibilidad, ya que tienen la capacidad de movilizar flujos de financiamiento e inversión a empresas y proyectos.

Los flujos de capital sostenible están en aumento y respaldan la transición energética, la lucha contra el cambio climático y la conservación del medio ambiente. Las instituciones financieras se unen a iniciativas globales y fortalecen la regulación, facilitando la inversión privada en proyectos sostenibles. Además, innovan con productos financieros como bonos verdes y préstamos vinculados a la sostenibilidad para financiar proyectos que promueven la biodiversidad y la economía verde.

Juan Aristi Baquero, Partner McKinsey & Company oficina Nueva York  

"Queda mucho por hacer, pero en Latinoamérica hemos dado pasos importantes. Las finanzas sostenibles en la región han experimentado un crecimiento significativo. A fines de 2022, alrededor del 50% de los activos bancarios de la región pertenecen a instituciones que se han unido a la Net-Zero Banking Alliance (NZBA), comprometiéndose a cero emisiones netas para 2050. Además, la emisión de bonos verdes se ha más que duplicado en menos de dos años, alcanzando los $30,200 millones de dólares en junio de 2021, frente a los $13,600 millones de dólares en septiembre de 2019", enfatizó Juan Aristi Baquero, Partner McKinsey & Company oficina Nueva York.  

Países como Chile y Uruguay han liderado emisiones significativas de bonos vinculados a la sostenibilidad, con Uruguay emitiendo un bono de $1,500 millones de dólares, marcando un hito en la promoción de un sector financiero capaz de proporcionar financiamiento sustentable a gran escala. Estos logros resaltan el progreso notable de las finanzas sostenibles en la región, indicando una tendencia positiva hacia una economía más verde y un futuro más sustentable.

Por otro lado, el sector financiero en América Latina ha adoptado marcos regulatorios y estándares internacionales de sostenibilidad. Países como Brasil, Chile, Colombia y México han fortalecido sus requisitos regulatorios en torno a la divulgación corporativa, la banca sustentable y la gestión del riesgo climático.

Por qué importa. Esta acción ha sido respaldada por la creciente demanda de productos financieros sostenibles por parte de los clientes. La población está cada vez más consciente del impacto ambiental y social de sus decisiones financieras, lo que ha llevado a una demanda creciente de productos y servicios financieros que se alineen con principios sostenibles. Esta tendencia ha motivado a las instituciones financieras a innovar y ofrecer una variedad de productos, desde bonos verdes hasta préstamos vinculados a la sostenibilidad, para satisfacer las necesidades y expectativas cambiantes de sus clientes, estableciendo así una base sólida para el crecimiento continuo de las finanzas sostenibles en la región.

A tomar en cuenta. Se están tomando varias medidas para integrar la sostenibilidad en las instituciones financieras en la región. Algunas de estas medidas incluyen la adopción de marcos regulatorios y de estándares internacionales de sostenibilidad, la mejora de la medición y reporte de impacto ambiental y social, y la oferta de productos financieros sostenibles a los clientes. En comparación con estándares internacionales, aún hay un largo camino por recorrer en la región. Sin embargo, los bancos y otras instituciones financieras de la región han establecido tres tipos de compromisos respecto a la sostenibilidad:

  • Compromisos relativos a las emisiones directas de sus operaciones: las emisiones directas son pequeñas para una entidad financiera (e.g. vehículos, consumo de energía de los edificios centrales y sucursales). Muchas instituciones en la región tienen objetivos de reducción de emisiones directas muy ambiciosos, a 2030 o incluso antes.
  • Compromisos relativos a las emisiones indirectas de las carteras de crédito e inversión: las emisiones indirectas son mucho mayores y más difíciles de medir y de reducir, ya que dependen de las contrapartes a las que la entidad presta dinero o en las que invierte. En línea con el Acuerdo de París, varias de las instituciones financieras en la región cuentan con objetivos de llegar a net zero a 2050, con reducciones significativas típicamente en los sectores más eminentes a 2030.
  • Compromisos de movilizar financiación e inversión en actividades sostenibles: estos compromisos incluyen inversiones en ámbitos como las energías renovables, los edificios verdes, la economía circular, la eficiencia energética y la transformación de procesos productivos para reducir emisiones, entre otros. Los objetivos se miden en cientos o miles de millones de dólares y suelen ser plazos de 3 a 5 años. Varias entidades en la región ya cuentan con este tipo de compromisos externos y vemos como muchas otras lo están considerando internamente.

En el radar. Las instituciones financieras están promoviendo varias iniciativas específicas para avanzar en la sostenibilidad en la región. Algunas de estas iniciativas incluyen la adopción de prácticas sostenibles en sus propias operaciones, la oferta de productos financieros sostenibles a sus clientes, y la colaboración con otros actores clave para impulsar la sostenibilidad en la región. Específicamente, podemos detectar las siguientes iniciativas:

  • Emisión de bonos verdes: Las instituciones financieras están emitiendo bonos verdes para financiar proyectos ambientalmente sostenibles, como energías renovables, eficiencia energética y transporte limpio.
  • Desarrollo de productos financieros sostenibles: Se están creando productos financieros innovadores que incentivan la adopción de prácticas sostenibles, como préstamos con tasas de interés preferenciales para proyectos ecológicos.
  • Inversiones en energías renovables: Las instituciones financieras están invirtiendo significativamente en energías renovables, como la energía solar y eólica, para reducir la dependencia de combustibles fósiles y mitigar el cambio climático.
  • Financiamiento para proyectos de conservación: Se están financiando proyectos de conservación de la biodiversidad, incluyendo áreas protegidas y programas de reforestación, para preservar los ecosistemas clave y proteger la fauna y flora nativa.
  • Apoyo a iniciativas de eficiencia energética: Las instituciones financieras están respaldando proyectos y empresas que promueven la eficiencia energética en sectores como la industria, transporte y construcción, reduciendo así las emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Educación financiera para la sostenibilidad: Están implementando programas de educación financiera que concientizan a los clientes sobre la importancia de la sostenibilidad y cómo sus decisiones financieras pueden tener un impacto positivo en el medio ambiente.
  • Apoyo a emprendimientos sociales y ambientales: Las instituciones financieras están proporcionando financiamiento y recursos a emprendimientos que abordan desafíos sociales y ambientales, fomentando así la innovación en soluciones sostenibles.
  • Colaboraciones multisectoriales: Están estableciendo alianzas estratégicas con gobiernos y organizaciones no gubernamentales para desarrollar proyectos conjuntos que impulsen la sostenibilidad a nivel local y regional.