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De la Independencia a la República

Redacción República
12 de septiembre, 2014

A finales del siglo XVIII nuevas ideas estaban haciendo cambiar el mundo. El imperio español había caído en un atraso, tanto tecnológico como económico e ideológico. Mientas que a la vecindad, en Francia, la revolución de 1789 había terminado con la monarquía proclamando la República.

Esto hizo temblar a las otras coronas y se unieron para invadir Francia y restaurar la monarquía. Sin embargo, no pudieron con la joven República y fracasaron. España termina invadida en 1808 por el ejército de Napoleón Bonaparte, que corona como rey de España a su hermano mayor, José Bonaparte.

España, de quien todavía dependía Guatemala, se subleva e inicia 4 años de caos y guerras de guerrillas. Finalmente los franceses se retiran en 1812 pero España había perdido el poco poder e influencia que le quedaba. Las ideas de la revolución francesa influyen en las colonias españolas, y con la metrópoli del imperio debilitada suenan vientos de independencia en toda América Latina. Allí surgió el primer intento de Guatemala, que falló.

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Firma sin violencia

El Capitan General José de Bustamante gobierna el reino de Guatemala de 1811 a 1818 y reprime todos los movimientos independentistas. En 1814, el rey Fernando VII es restaurado al trono de España e intenta reasumir el poder real absoluto.
Sin embargo, en 1820, una revuelta restaura la constitución de 1812, motivando a su vez campañas de elecciones locales en Centro América. Ahí se inició una gran rivalidad política, la élite liberal y la conservadora.

En marzo de 1821 el Brigadier Gabino Gainza llega a Guatemala procedente de Chile y asume temporalmente el mando del país. Ese mismo año México se proclama como imperio independiente luego de una guerra de 11 años, implementando el Plan de Iguala de Independencia Septentrional.

Guatemala ganó su independencia de España sin sufrir las guerras que devastaron gran parte de América Latina. El 14 de septiembre de 1821 Gainza convoca precipitadamente a una reunión. La siguiente mañana, el 15 de septiembre de 1821, los representantes del gobierno, municipalidad, Iglesia Católica, Universidad de San Carlos, el Concejo de Comercio, la junta legal y otros se reunieron en el Palacio Nacional y aprobaron la Declaración de Independencia con 23 votos a favor y 7 en contra.

Siguen los cambios

La firma de ese documento dio pie a más cambios. En 1822 Guatemala se anexó al Imperio Mexicano, pero un año después ocurre otra “independencia”, formándose las Provincias Unidas de Centroamérica aunque con muchas discordias internas.

En 1827 estalla una guerra y en 1829 las fuerzas liberales comandadas por el hondureño Francisco Morazán tomaron la ciudad de Guatemala. De 1830 a 1840 la federación lanzó reformas liberales y trasladó la capital federal desde la ciudad de Guatemala hacia San Salvador, aumentando las discordias con los conservadores.

Cuando una epidemia de cólera propagó la miseria en Guatemala en 1837 empezaron a ocurrir revueltas espontáneas. El conservador Rafael Carrera lideró a los campesinos en una exitosa guerra de guerrillas y derrocó a Mariano Gálvez, gobernador de Guatemala, en 1838.

De esa forma la federación empezaba a desintegrarse hasta que Carrera también derrotó a Morazán en 1840, poniendo fin a las Provincias Unidas de Centroamérica. Finalmente, el 21 de marzo de 1847, Guatemala se declara una República libre, soberana e independiente.

Gracias a la nueva estabilidad y orden en el país empezó un crecimiento económico con la construcción de carreteras, puentes y demás infraestructura. El primer producto de exportación de Guatemala fue la cochinilla, un colorante extraído de insectos, y posteriormente el café, amarrando la economía guatemalteca a la de Gran Bretaña a través de su centro de comercio en Belice.

Los ideales que nos mueven

Aunque las ideas republicanas tuvieron que caminar un largo trecho para empezar a ser puestas en práctica, fueron prevaleciendo.

Según el Artículo 140 de la Constitución vigente, Guatemala tiene un sistema de Gobierno republicano, democrático y representativo. Pero ¿cuáles son, o deberían ser, sus características?

Los principios republicanos dan preeminencia a los derechos individuales o fundamentales; velan por la libertad individual. Se hace énfasis en el imperio de la ley, promoviendo la ciudadanía activa, valores cívicos y oposición a la corrupción para delimitar el ejercicio del poder público. También considera muy importante la dispersión del poder y la soberanía de los organismos del Estado.

La conquista de los ideales republicanos inició con la firma del Acta de Independencia el 15 de septiembre de 1821, pero todavía debemos esforzarnos para que se cumplan totalmente.

De la Independencia a la República

Redacción República
12 de septiembre, 2014

A finales del siglo XVIII nuevas ideas estaban haciendo cambiar el mundo. El imperio español había caído en un atraso, tanto tecnológico como económico e ideológico. Mientas que a la vecindad, en Francia, la revolución de 1789 había terminado con la monarquía proclamando la República.

Esto hizo temblar a las otras coronas y se unieron para invadir Francia y restaurar la monarquía. Sin embargo, no pudieron con la joven República y fracasaron. España termina invadida en 1808 por el ejército de Napoleón Bonaparte, que corona como rey de España a su hermano mayor, José Bonaparte.

España, de quien todavía dependía Guatemala, se subleva e inicia 4 años de caos y guerras de guerrillas. Finalmente los franceses se retiran en 1812 pero España había perdido el poco poder e influencia que le quedaba. Las ideas de la revolución francesa influyen en las colonias españolas, y con la metrópoli del imperio debilitada suenan vientos de independencia en toda América Latina. Allí surgió el primer intento de Guatemala, que falló.

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El Capitan General José de Bustamante gobierna el reino de Guatemala de 1811 a 1818 y reprime todos los movimientos independentistas. En 1814, el rey Fernando VII es restaurado al trono de España e intenta reasumir el poder real absoluto.
Sin embargo, en 1820, una revuelta restaura la constitución de 1812, motivando a su vez campañas de elecciones locales en Centro América. Ahí se inició una gran rivalidad política, la élite liberal y la conservadora.

En marzo de 1821 el Brigadier Gabino Gainza llega a Guatemala procedente de Chile y asume temporalmente el mando del país. Ese mismo año México se proclama como imperio independiente luego de una guerra de 11 años, implementando el Plan de Iguala de Independencia Septentrional.

Guatemala ganó su independencia de España sin sufrir las guerras que devastaron gran parte de América Latina. El 14 de septiembre de 1821 Gainza convoca precipitadamente a una reunión. La siguiente mañana, el 15 de septiembre de 1821, los representantes del gobierno, municipalidad, Iglesia Católica, Universidad de San Carlos, el Concejo de Comercio, la junta legal y otros se reunieron en el Palacio Nacional y aprobaron la Declaración de Independencia con 23 votos a favor y 7 en contra.

Siguen los cambios

La firma de ese documento dio pie a más cambios. En 1822 Guatemala se anexó al Imperio Mexicano, pero un año después ocurre otra “independencia”, formándose las Provincias Unidas de Centroamérica aunque con muchas discordias internas.

En 1827 estalla una guerra y en 1829 las fuerzas liberales comandadas por el hondureño Francisco Morazán tomaron la ciudad de Guatemala. De 1830 a 1840 la federación lanzó reformas liberales y trasladó la capital federal desde la ciudad de Guatemala hacia San Salvador, aumentando las discordias con los conservadores.

Cuando una epidemia de cólera propagó la miseria en Guatemala en 1837 empezaron a ocurrir revueltas espontáneas. El conservador Rafael Carrera lideró a los campesinos en una exitosa guerra de guerrillas y derrocó a Mariano Gálvez, gobernador de Guatemala, en 1838.

De esa forma la federación empezaba a desintegrarse hasta que Carrera también derrotó a Morazán en 1840, poniendo fin a las Provincias Unidas de Centroamérica. Finalmente, el 21 de marzo de 1847, Guatemala se declara una República libre, soberana e independiente.

Gracias a la nueva estabilidad y orden en el país empezó un crecimiento económico con la construcción de carreteras, puentes y demás infraestructura. El primer producto de exportación de Guatemala fue la cochinilla, un colorante extraído de insectos, y posteriormente el café, amarrando la economía guatemalteca a la de Gran Bretaña a través de su centro de comercio en Belice.

Los ideales que nos mueven

Aunque las ideas republicanas tuvieron que caminar un largo trecho para empezar a ser puestas en práctica, fueron prevaleciendo.

Según el Artículo 140 de la Constitución vigente, Guatemala tiene un sistema de Gobierno republicano, democrático y representativo. Pero ¿cuáles son, o deberían ser, sus características?

Los principios republicanos dan preeminencia a los derechos individuales o fundamentales; velan por la libertad individual. Se hace énfasis en el imperio de la ley, promoviendo la ciudadanía activa, valores cívicos y oposición a la corrupción para delimitar el ejercicio del poder público. También considera muy importante la dispersión del poder y la soberanía de los organismos del Estado.

La conquista de los ideales republicanos inició con la firma del Acta de Independencia el 15 de septiembre de 1821, pero todavía debemos esforzarnos para que se cumplan totalmente.