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Desesperación por crisis en Salud

Redacción República
20 de enero, 2015

La crisis en el Ministerio de Salud Pública es catalogada por muchos analistas como la peor de los últimos tiempos. En un intento por visitar las instalaciones del Hospital General San Juan de Dios para comprobar que se hubiera reabastecido de medicinas y de comida, como ofreció el ministro de Salud Pública y Asistencia Social, Luis Enrique Monterroso, República.Gt corroboró que el acceso a la prensa no es permitido. En la oficina de comunicación social informaron que no se podía entrar al hospital, ya que el único que podría autorizarlo era el director del centro, César Reyes, “pero que los lunes era día complicado”.

Mientras que en las afueras del Hospital General se hacía evidente el olor a orina, mezclado con el olor a los puestos de comida que ofrecen servicio en el lugar. En la acera del centro asistencial se pudo notar la aglomeración de personas y mientras se hacía el recorrido se acercó una señora para decirnos: “¿Me podría ayudar a comprar esta medicina que me recetó el doctor?”

La señora tenía cara de desesperación y al indicarle que la forma para ayudarla era  denunciar públicamente la falta de medicinas en la farmacia del centro hospitalario, se asustó y preguntó que si eso no le causaría ningún problema. La gente por temor no manifiesta su inconformidad.  Sin mencionar su nombre dijo tímidamente: “No hay medicinas en las farmacias, ni en el hospital. Se supone que ellos deberían abastecernos con medicinas y no tienen”, mientras siguió su peregrinar para conseguir dinero para su medicamento.

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Ella llevaba una receta con Budesonida, un aerosol nasal, medicamento utilizado para tratar los síntomas de congestión y secreción nasal debido a las alegrías. Pertenece a una clase de medicamentos llamados corticosteroides que son, básicamente, medicinas parecidas a la cortisona. Algunas veces esta medicina se receta para otros usos, y la paciente nos especificó de qué padecía. En la farmacia Galeno la Budesonida aerosol nasal tiene un valor de Q264 el bote de 200 mg.

Luego, en la entrada de la emergencia del San Juan de Dios, estaba colocado un cartel que decía que no había atención en esa área. En la entrada de las visitas del hospital había una pancarta grande que indicaba la hora (de 14 a 15:30 horas) y los 3 días (martes, jueves y domingo) que se permitían visitas. Allí afuera está la farmacia privada de la Fundación San Juan de Dios.

En el área de la entrada nos topamos con una señora que tenía a su hijo interno. Ella había salido a comprar las medicinas que le recetaron al menor, ya que en el hospital no se las pudieron proveer. Nos comentó también que no le habían fallado con la comida. “ Un poquitío de dos o tres cositas nos dan, pero sí nos dan”, indicó conforme.

En las oficinas de comunicación social del Hospital General, el vocero Rony Véliz, nos dijo que el único que podría autorizar la visita es el director del centro, César Agusto Reyes. Sin embargo, puntualizó que “los lunes son días muy complicados aquí en el hospital”. Aunque nos aseguró la accesibilidad de Reyes, y que incluso la información la podía brindar vía telefónica, pero no contestó nuestras llamadas.

Véliz se limitó a decir que el centro asistencial ya estaba siendo abastecido, tanto en comida como un 80% de medicina en la farmacia. “La comida se compra semana a semana para que no se descomponga, y mientras dura esta crisis nos está ayudando la Fundación San Juan de Dios a abastecernos de ambas cosas”, puntualizó.

En declaraciones, el titular de la Cartera de Salud, Luis Enrique Monterroso dijo que verificará el presupuesto asignado para la compra de comida del Hospital San Juan de Dios (Q15 millones), ya que el Roosevelt recibe la mitad de dinero, tiene más pacientes y no sufre de este tipo de inconvenientes. Según Monterroso, este problema surge por los trabajadores que se roban la comida.

Mientras en las afueras de la consulta externa un médico que iba saliendo comentó rápidamente: “En medicinas tienen lo necesario, mas no lo ideal, pero la comida aún está escaseando, además, hay una deuda muy grande que pagar”, agregó el galeno. También dijo que a los nutricionistas del centro se les estaba complicando la realización de dietas especiales  a unas 200 personas, igual que la dieta general  programada para más de 700 pacientes. A ese grupo se suman los niños atendidos en pediatría, ya que no hay alimento especial para los menores.

En declaraciones, el director de hospitales del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, Jorge Pinot, indicó que la deuda del San Juan de Dios a proveedores es de Q8 millones, y que esto es culpa de César Agusto Reyes, director del centro, quien no contestó para desmentirlo. Además, a nivel nacional, de parte del Ministerio existe una deuda que suma los Q27 millones.

La PDH ya anunció un rotundo colapso

Al igual que el año pasado, existe una crisis en el centro asistencial que parece “las de nunca acabar”. Incluso antes de ser nombrado el actual director del Hospital General San Juan de Dios, César Agusto Reyes Martínes, él mismo prometió sacar al hospital de esa crisis.  Falta de insumos, de medicamentos, desperfectos mecánicos en el equipo de lavandería son algunos de los problemas que afectan a miles de pacientes y lo que causa que no sean atendidos adecuadamente.

En el 2014 dos veces, en menos de dos meses, se cerró la consulta externa del centro asistencial. El 26 de septiembre permaneció a puertas cerradas por más de 10 días a causa de la falta de insumos médicos y el pasado 6 de noviembre cerraron las puertas de la emergencia, caso que no había sucedido. Así mismo, en esas fechas, las autoridades de la PDH realizaron un monitoreo y evidenciaron que la crisis en el San Juan de Dios, a causa del mal estado del equipo y la falta de insumos alimenticios y médicos, podría causar un colapso en ese hospital. Aunque las autoridades minimizan la crisis de la red hospitalaria a nivel nacional es evidente, y un ejemplo claro es el nosocomio más importante del país: El Hospital General.

Pacto colectivo de trabajadores de salud cuesta Q1,832 millones al Estado

A pesar de la profunda y preocupante crisis que está sufriendo la Cartera de Salud Pública en el país, que además pareciera no tener fin, siguen vigentes los privilegios que se otorgan a los trabajadores de esta área de la administración estatal. Esto sin ver ninguna mejora en la calidad del servicio prestado que, según analistas, harán colapsar las finanzas del Estado de no haber un cambio.

El costo para el Ministerio de Salud por los dos años en los que este pacto colectivo estará vigente hasta septiembre de 2015 prorrogable, es de más de Q342 millones en cuanto a implementación de bonos al salario base, más de Q1,308 millones por traslado presupuestario, casi Q82 millones por otros beneficios como bonos, y Q100 millones por viáticos. Según cifras otorgadas por el mismo Ministerio, esto da un total de más de Q1,832 millones.

El pacto colectivo permite a los trabajadores que en lugar de tener 12 asuetos de ley y 20 días de vacaciones, que suman 32 días en total, cuentan con tres asuetos adicionales y 10 días de vacaciones extra, por lo que en total descansan 45 días al año, un 41% más de lo que establece la Ley de Servicio Civil.

Desesperación por crisis en Salud

Redacción República
20 de enero, 2015

La crisis en el Ministerio de Salud Pública es catalogada por muchos analistas como la peor de los últimos tiempos. En un intento por visitar las instalaciones del Hospital General San Juan de Dios para comprobar que se hubiera reabastecido de medicinas y de comida, como ofreció el ministro de Salud Pública y Asistencia Social, Luis Enrique Monterroso, República.Gt corroboró que el acceso a la prensa no es permitido. En la oficina de comunicación social informaron que no se podía entrar al hospital, ya que el único que podría autorizarlo era el director del centro, César Reyes, “pero que los lunes era día complicado”.

Mientras que en las afueras del Hospital General se hacía evidente el olor a orina, mezclado con el olor a los puestos de comida que ofrecen servicio en el lugar. En la acera del centro asistencial se pudo notar la aglomeración de personas y mientras se hacía el recorrido se acercó una señora para decirnos: “¿Me podría ayudar a comprar esta medicina que me recetó el doctor?”

La señora tenía cara de desesperación y al indicarle que la forma para ayudarla era  denunciar públicamente la falta de medicinas en la farmacia del centro hospitalario, se asustó y preguntó que si eso no le causaría ningún problema. La gente por temor no manifiesta su inconformidad.  Sin mencionar su nombre dijo tímidamente: “No hay medicinas en las farmacias, ni en el hospital. Se supone que ellos deberían abastecernos con medicinas y no tienen”, mientras siguió su peregrinar para conseguir dinero para su medicamento.

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Ella llevaba una receta con Budesonida, un aerosol nasal, medicamento utilizado para tratar los síntomas de congestión y secreción nasal debido a las alegrías. Pertenece a una clase de medicamentos llamados corticosteroides que son, básicamente, medicinas parecidas a la cortisona. Algunas veces esta medicina se receta para otros usos, y la paciente nos especificó de qué padecía. En la farmacia Galeno la Budesonida aerosol nasal tiene un valor de Q264 el bote de 200 mg.

Luego, en la entrada de la emergencia del San Juan de Dios, estaba colocado un cartel que decía que no había atención en esa área. En la entrada de las visitas del hospital había una pancarta grande que indicaba la hora (de 14 a 15:30 horas) y los 3 días (martes, jueves y domingo) que se permitían visitas. Allí afuera está la farmacia privada de la Fundación San Juan de Dios.

En el área de la entrada nos topamos con una señora que tenía a su hijo interno. Ella había salido a comprar las medicinas que le recetaron al menor, ya que en el hospital no se las pudieron proveer. Nos comentó también que no le habían fallado con la comida. “ Un poquitío de dos o tres cositas nos dan, pero sí nos dan”, indicó conforme.

En las oficinas de comunicación social del Hospital General, el vocero Rony Véliz, nos dijo que el único que podría autorizar la visita es el director del centro, César Agusto Reyes. Sin embargo, puntualizó que “los lunes son días muy complicados aquí en el hospital”. Aunque nos aseguró la accesibilidad de Reyes, y que incluso la información la podía brindar vía telefónica, pero no contestó nuestras llamadas.

Véliz se limitó a decir que el centro asistencial ya estaba siendo abastecido, tanto en comida como un 80% de medicina en la farmacia. “La comida se compra semana a semana para que no se descomponga, y mientras dura esta crisis nos está ayudando la Fundación San Juan de Dios a abastecernos de ambas cosas”, puntualizó.

En declaraciones, el titular de la Cartera de Salud, Luis Enrique Monterroso dijo que verificará el presupuesto asignado para la compra de comida del Hospital San Juan de Dios (Q15 millones), ya que el Roosevelt recibe la mitad de dinero, tiene más pacientes y no sufre de este tipo de inconvenientes. Según Monterroso, este problema surge por los trabajadores que se roban la comida.

Mientras en las afueras de la consulta externa un médico que iba saliendo comentó rápidamente: “En medicinas tienen lo necesario, mas no lo ideal, pero la comida aún está escaseando, además, hay una deuda muy grande que pagar”, agregó el galeno. También dijo que a los nutricionistas del centro se les estaba complicando la realización de dietas especiales  a unas 200 personas, igual que la dieta general  programada para más de 700 pacientes. A ese grupo se suman los niños atendidos en pediatría, ya que no hay alimento especial para los menores.

En declaraciones, el director de hospitales del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, Jorge Pinot, indicó que la deuda del San Juan de Dios a proveedores es de Q8 millones, y que esto es culpa de César Agusto Reyes, director del centro, quien no contestó para desmentirlo. Además, a nivel nacional, de parte del Ministerio existe una deuda que suma los Q27 millones.

La PDH ya anunció un rotundo colapso

Al igual que el año pasado, existe una crisis en el centro asistencial que parece “las de nunca acabar”. Incluso antes de ser nombrado el actual director del Hospital General San Juan de Dios, César Agusto Reyes Martínes, él mismo prometió sacar al hospital de esa crisis.  Falta de insumos, de medicamentos, desperfectos mecánicos en el equipo de lavandería son algunos de los problemas que afectan a miles de pacientes y lo que causa que no sean atendidos adecuadamente.

En el 2014 dos veces, en menos de dos meses, se cerró la consulta externa del centro asistencial. El 26 de septiembre permaneció a puertas cerradas por más de 10 días a causa de la falta de insumos médicos y el pasado 6 de noviembre cerraron las puertas de la emergencia, caso que no había sucedido. Así mismo, en esas fechas, las autoridades de la PDH realizaron un monitoreo y evidenciaron que la crisis en el San Juan de Dios, a causa del mal estado del equipo y la falta de insumos alimenticios y médicos, podría causar un colapso en ese hospital. Aunque las autoridades minimizan la crisis de la red hospitalaria a nivel nacional es evidente, y un ejemplo claro es el nosocomio más importante del país: El Hospital General.

Pacto colectivo de trabajadores de salud cuesta Q1,832 millones al Estado

A pesar de la profunda y preocupante crisis que está sufriendo la Cartera de Salud Pública en el país, que además pareciera no tener fin, siguen vigentes los privilegios que se otorgan a los trabajadores de esta área de la administración estatal. Esto sin ver ninguna mejora en la calidad del servicio prestado que, según analistas, harán colapsar las finanzas del Estado de no haber un cambio.

El costo para el Ministerio de Salud por los dos años en los que este pacto colectivo estará vigente hasta septiembre de 2015 prorrogable, es de más de Q342 millones en cuanto a implementación de bonos al salario base, más de Q1,308 millones por traslado presupuestario, casi Q82 millones por otros beneficios como bonos, y Q100 millones por viáticos. Según cifras otorgadas por el mismo Ministerio, esto da un total de más de Q1,832 millones.

El pacto colectivo permite a los trabajadores que en lugar de tener 12 asuetos de ley y 20 días de vacaciones, que suman 32 días en total, cuentan con tres asuetos adicionales y 10 días de vacaciones extra, por lo que en total descansan 45 días al año, un 41% más de lo que establece la Ley de Servicio Civil.