Y una mañana vas caminando por un lugar tranquilo, con tu mente hundida en tus propios pensamientos. Todo va bien hasta que la calma se rompe gracias a un olor desagradable. Huele a orina, señal que delata a alguien que uso como baño público la pared junto a la que caminas.
Pocas cosas hay tan desagradables como el olor de orina humana calentada por los rayos del sol. A todos nos ha pasado esta hermosa experiencia de vida, sobre todo cuando caminamos por determinadas zonas de la Ciudad. Dicho problema es constante en muchos lugares del mundo así como también de nuestro país.
Cansados de batallar con este tipo de olores fétidos, en el distrito de St. Pauli, en la ciudad alemana de Hamburgo, idearon un método para evitar que la gente ande bendiciendo las paredes, o al menos que se lleven una buena lección por hacerlo. Y es que éste es uno de los barrios con mayor vida nocturna en Europa, así que ya se podrán imaginar la cantidad de parranderos que andan regando la calle cada madrugada.
Por eso un grupo de
Y una mañana vas caminando por un lugar tranquilo, con tu mente hundida en tus propios pensamientos. Todo va bien hasta que la calma se rompe gracias a un olor desagradable. Huele a orina, señal que delata a alguien que uso como baño público la pared junto a la que caminas.
Pocas cosas hay tan desagradables como el olor de orina humana calentada por los rayos del sol. A todos nos ha pasado esta hermosa experiencia de vida, sobre todo cuando caminamos por determinadas zonas de la Ciudad. Dicho problema es constante en muchos lugares del mundo así como también de nuestro país.
Cansados de batallar con este tipo de olores fétidos, en el distrito de St. Pauli, en la ciudad alemana de Hamburgo, idearon un método para evitar que la gente ande bendiciendo las paredes, o al menos que se lleven una buena lección por hacerlo. Y es que éste es uno de los barrios con mayor vida nocturna en Europa, así que ya se podrán imaginar la cantidad de parranderos que andan regando la calle cada madrugada.
Por eso un grupo de