El lago de Izabal es fuente de vida para el departamento pues muchos municipios dependen de este recurso natural como fuente de alimentos, de atracción turística y como medio para trasladarse. Por ello cualquier acontecimiento que pueda alterar las aguas del lago causa preocupación dentro y fuera del país.

En 2017, hace cinco años, ocurrieron dos acontecimientos que terminaron en disturbios en el municipio de El Estor, uno de los sitios de más alta ingobernabilidad y conflictividad en Guatemala. En los primeros meses del año apareció una mancha roja sobre el lago y de inmediato empezaron las especulaciones acerca de su origen.

Un grupo identificado como pescadores artesanales, responsabilizó de la mancha a la minera Fénix, que opera en el área. Asimismo, se registró otro foco de contaminación en uno de los afluentes del lago y también se atribuyó a la empresa.

Pero un estudio de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac), concluyó que la mancha roja era producto de contaminación, pero por desechos orgánicos y químicos en el río del Polochic, uno de los más grandes de Guatemala. El hallazgo fue respaldado por el Ministerio de Ambiente, pero los inconformes rechazaron el resultado de la investigación de expertos de la universidad estatal.

El ministro de Ambiente de ese entonces, Sidney Samuels, originario de Izabal, subrayó que la contaminación en el lago, en más del 90%, era por la descarga de aguas negras en el río Polochic.

Sedimentos por causa de la lluvia

David Orellana, portavoz de la minera Fénix, indica también se hizo un análisis por la existencia de sedimentos en un canal cercano a la empresa, el cual desemboca en el lago desde hace más de 50 años.

"El informe establece medidas de control a implementar de forma voluntaria posterior a una fuerte lluvia que se dio el mismo día, algo inusual por la época, pero recurrente en El Estor, las cuales no tienen un enfoque ambiental directo y son propuestas para mejorar la protección y seguridad de las instalaciones de la Compañía sin ningún impacto negativo en el medio ambiente", detalló Orellana, al recordar parte de las recomendaciones del análisis.

El representante de la empresa subraya que, como lo señala el informe, una "eventual corriente podría causar daños en la infraestructura del muro perimetral, así como del complejo habitacional de la compañía".

Acerca del agua que utiliza la minera, enfatizó que son de dos usos. Una la residual que sale luego de pasar por un proceso de tratamiento, y la otra, usada en la operación industrial, que se reutiliza.

“En el caso del agua que se precipita sobre las áreas intervenidas por la compañía, cuentan con medidas de control operacional para su correcto manejo y su cauce es ajeno al canal en mención. Toda el agua de lluvia de las áreas intervenidas en mina, se dirigen a una presa propiedad de la Compañía denominada Sechoc. Esta presa retiene sedimentos y desemboca agua libre de sedimentos, que continúa fluyendo a lo largo de su trayectoria natural y no fluye hacia el canal de salida”, subrayó el entrevistado.

¿Qué causa la contaminación?

Erick Coc, agrónomo egresado de la Universidad EARTH de Costa Rica y con especialización en gestión de recursos naturales de la Usac, dio su punto de vista acerca de la situación del lago de Izabal.

Comentó que las concentraciones de fósforo y nitrógeno son las que más afectan el lago, en especial frente a las poblaciones y salidas de los ríos. En esas áreas de manera eventual surgen algas que causan los fenómenos como la mancha roja de 2017.

De forma más detallada, el experto indicó tres factores que contribuyen a los altos niveles de fósfor y nitrógeno.

1. Crecimiento de las actividades de ganadería y agricultura en las partes altas, media y baja de la cuenca del lago de Izabal;
2. Uso incontrolado de agroquímicos y fertilizantes que termina drenando altas cantidades de fósforo y nitrógeno en los ríos, y por consecuencia, en el Lago de Izabal;
3. Falta de saneamiento a las aguas residuales de los poblados que se encuentran dentro de la cuenca del lago de Izabal.