Elon Musk ha presentado una demanda contra OpenAI, la entidad detrás de ChatGPT, y sus principales figuras, incluyendo a Sam Altman, su CEO. La acusación central es una desviación de la misión fundacional de la compañía: desarrollar tecnología de IA para el beneficio común, no para la obtención de lucro. Esta demanda, interpuesta en un tribunal de San Francisco, se suma a las crecientes tensiones entre Musk y la dirección que él ayudó a establecer.

Lo que se debe saber. El origen del conflicto se remonta a la propuesta inicial de Musk, Altman y Greg Brockman de crear OpenAI como una organización sin ánimo de lucro, dedicada al desarrollo abierto de IA.

• Sin embargo, Musk alega que, con el respaldo de Microsoft, OpenAI se desvió hacia objetivos comerciales, incumpliendo así el acuerdo original. La situación se complicó aún más con la decisión de mantener el desarrollo de GPT-4, el modelo más avanzado de la compañía, en secreto, lo que contradice el compromiso de transparencia asumido ante Musk.
• La disputa también se extiende a la reestructuración administrativa de OpenAI, especialmente durante el año pasado, un periodo marcado por la breve destitución y posterior reinstauración de Altman como CEO. Según Musk, este cambio en la gestión diluyó la visión original de la compañía y alejó a OpenAI de su compromiso con la ética y la gobernanza de la IA, remplazando el consejo anterior por uno con menos experiencia en estos ámbitos críticos.
• Además, Musk no solo critica la actual orientación de la compañía, sino que también anunció su intención de fundar xAI, una nueva startup que promete volver a los ideales originales de desarrollo abierto y ético de la inteligencia artificial. Este nuevo proyecto sugiere una futura competencia directa con OpenAI, en un campo que Musk conoce profundamente tanto por su rol fundador como por su visión tecnológica ampliamente reconocida.