En la madrugada del lunes 18 de marzo, Puerto Príncipe, la capital de Haití, fue escenario de una escalada de violencia que impactó a dos de sus barrios de clase alta, Laboule y Thomassin, pertenecientes a Petion Ville. Este brote de violencia, caracterizado por ataques de pandillas armadas, ha roto la relativa tranquilidad de estas áreas, ocasionando la muerte de al menos una docena de personas y dejando tras de sí una ola de destrucción y saqueos.

Lo que se debe saber. Residentes aterrorizados reportaron ataques contra infraestructuras clave, incluyendo un banco y una gasolinera, además del saqueo de numerosas viviendas.

• Las llamadas de auxilio de los afectados, rogando por intervención policial, resonaron en las emisoras de radio locales, evidenciando el pánico y la desesperación que se apoderaron de estas comunidades normalmente pacíficas.
• El horror se materializó con el hallazgo de al menos 14 cadáveres esparcidos por las calles de Petion Ville. Las escenas de luto y desolación fueron palpables, con ciudadanos conmocionados alrededor de los cuerpos y el impacto emocional devastador para aquellos que reconocieron a sus seres queridos entre las víctimas.
• Este reciente episodio de violencia surge en un momento crítico para Haití, justo cuando el primer ministro Ariel Henry anunciaba su intención de renunciar, en un esfuerzo por apaciguar las tensiones y cumplir con algunas de las demandas de las pandillas. Además, se ha visto agravado por la destrucción de infraestructura esencial, como las subestaciones eléctricas, dejando amplias zonas de la capital sin electricidad y sumando más caos al ya turbulento contexto social y político del país.