Donald Trump, candidato a la presidencia de Estados Unidos, ha delineado su estrategia enfocada en fortalecer la economía y el mercado laboral estadounidense, con especial atención en la industria automotriz.

Lo que se debe saber. A diferencia de la actual administración de Joe Biden, Trump apuesta por un regreso a la producción intensiva de automóviles tradicionales y la reactivación del sector energético basado en gas y petróleo, argumentando que estas medidas son esenciales para proteger y crear empleos bien remunerados para los trabajadores estadounidenses.

• Trump prometió deshacerse de las iniciativas que promueven los vehículos eléctricos, favoreciendo, en cambio, la producción de automóviles con motor de combustión interna, una medida que, según él, salvaguardará los empleos en las fábricas de automóviles, un sector que históricamente ha sido un pilar de la economía de Estados Unidos.
• Esta promesa resuena con su compromiso anterior de imponer tarifas a los productos extranjeros y reducir los impuestos para fomentar la industria nacional y la creación de empleos.
• Durante su presidencia, Trump implementó varias políticas para incentivar el regreso de la manufactura automotriz a suelo estadounidense, como la imposición de tarifas a las automotrices que producían vehículos fuera del país, la cancelación de acuerdos comerciales como el TPP y el NAFTA, y la apertura de nuevas fábricas. Estas medidas culminaron en la apertura de 200 plantas de automóviles y autopartes, la creación de más de 500,000 empleos manufactureros y el establecimiento de 17,000 nuevas fábricas antes de la pandemia, destacando su enfoque en fortalecer el sector manufacturero y mejorar las condiciones laborales.