Los problemas de robo energía eléctrica parecen el cuento de nunca acabar en Guatemala, especialmente en10 departamentos del país. En Huehuetenango, en el área de Huista, donde unos 34 mil usuarios pasaron más de 72 horas sin el fluido eléctrico, al final se les restituyó el servicio en la noche del lunes.
Grupos al margen de la ley se dedicaron a engañar a los pobladores con el argumento de los altos precios de la electricidad y decidieron enarbolar la bandera de la nacionalización. De esa forma, tomaron el fluido directamente de las líneas de distribución sin realizar sus pagos.
Estas acciones no
solo atentan contra los procesos productivos, sino atentan contra todos los guatemaltecos,
pues se oponen al desarrollo del país y a la seguridad jurídica y física de los
ciudadanos, expresa el director ejecutivo de la Cámara de Industria, Javier Zepeda.
Repercuten en
pérdidas significativas para todos los guatemaltecos, pues obstaculizan la
construcción y el mejoramiento de la infraestructura de generación, transporte
y distribución de electricidad, señala.
Está
demostrado que el acceso a la electricidad ha sido en países desarrollados
causa importante para mejorar el índice de desarrollo humano, de manera
que impedir el acceso a este servicio es contribuir al empobrecimiento de la
población, dice Zepeda.
Hasta el momento, según datos de Energuate, se han interpuesto 600 denuncias contra personas que promueven el robo de energía eléctrica por los delitos de atentado contra la seguridad de los servicios de utilidad pública, incitación a delinquir y hurto de fluidos, entre otros.
Los problemas de robo energía eléctrica parecen el cuento de nunca acabar en Guatemala, especialmente en10 departamentos del país. En Huehuetenango, en el área de Huista, donde unos 34 mil usuarios pasaron más de 72 horas sin el fluido eléctrico, al final se les restituyó el servicio en la noche del lunes.
Grupos al margen de la ley se dedicaron a engañar a los pobladores con el argumento de los altos precios de la electricidad y decidieron enarbolar la bandera de la nacionalización. De esa forma, tomaron el fluido directamente de las líneas de distribución sin realizar sus pagos.
Estas acciones no
solo atentan contra los procesos productivos, sino atentan contra todos los guatemaltecos,
pues se oponen al desarrollo del país y a la seguridad jurídica y física de los
ciudadanos, expresa el director ejecutivo de la Cámara de Industria, Javier Zepeda.
Repercuten en
pérdidas significativas para todos los guatemaltecos, pues obstaculizan la
construcción y el mejoramiento de la infraestructura de generación, transporte
y distribución de electricidad, señala.
Está
demostrado que el acceso a la electricidad ha sido en países desarrollados
causa importante para mejorar el índice de desarrollo humano, de manera
que impedir el acceso a este servicio es contribuir al empobrecimiento de la
población, dice Zepeda.
Hasta el momento, según datos de Energuate, se han interpuesto 600 denuncias contra personas que promueven el robo de energía eléctrica por los delitos de atentado contra la seguridad de los servicios de utilidad pública, incitación a delinquir y hurto de fluidos, entre otros.