• A diferencia de sus contendientes, Milei es neófito en la política, teniendo como experiencia política solamente el actual período como diputado federal. 
   
• Quien gane, tomará posesión apenas el 10 de diciembre y enfrentará una grave crisis económica y social, aunque no única en la historia de ese país.

Datos. La Argentina tiene un siglo de tener una inflación anual media de 105%, que no es poca cosa. El salario mínimo a partir del 1 de septiembre es de $ 188,000.00 pesos, que al cambio oficial son UDS $323.28, pero a la cotización de mercado (dólar blue) son solamente US$ 163.20, el segundo más bajo en Latinoamérica después de Venezuela.

• El salario mínimo en Guatemala, para actividades no agrícolas es de Q. 3,166.38 equivalente a US $401.82 al tipo de cambio oficial.
   
• A ello hay que agregar que en el país sudamericano el Índice de Precios al Consumidor (IPC) interanual para agosto llegó a 113%; en Guatemala, a junio de 2023 fue de 4.93%.

Hemeroteca. El premio Nóbel de Economía en 1971, Simón Kuznets, dijo en aquellos años que “Hay cuatro tipos de países: países desarrollados, países subdesarrollados, Japón y Argentina. Nadie sabe por qué Japón crece y nadie sabe por qué Argentina no”. La frase es vieja, pero su validez no.

• Más allá de los números, lo que viven ahora los argentinos es la pérdida desmesurada del poder adquisitivo de su moneda (inflación) a niveles sólo vistos antes en el continente africano y, por supuesto, en Venezuela.
   
• La serie de gobiernos justicialistas –peronistas– desde hace casi un siglo, ha provocado una “adicción” a las ayudas gubernamentales que, más que eso, se convirtieron en el modo de vida de millones de argentinos. El gobierno federal tiene alrededor de 182 planes y programas, según el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales.
   
• Entre el 25 de mayo de 2003 y el 10 de diciembre de 2007, durante la presidencia de Néstor Kirchner, los planes asistenciales no dejaron de caer. Su inversión llegó a ser menor al 0,1% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. En la actualidad, los planes sociales trepan al 0,6% del PIB en manos de piqueteros oficialistas y de izquierda, según el medio Infobae.

En Guatemala, se acaba de elegir presidente a Bernardo Arévalo y, aunque no podrían ser más distantes en cuanto a ideología, tanto Milei –de resultar electo– como Arévalo llegarían a la presidencia como consecuencia del hartazgo de los electores con los políticos tradicionales. 

• Si bien la situación en Guatemala no es, ni por asomo, tan grave como  la argentina, la polarización imperante hace que la gobernabilidad sea complicada.
   
• Al igual que Milei, Arévalo solo tiene experiencia política enel actual período como legislador. Ambos vienen de bancadas pequeñas. La Libertad Avanza tiene 2 diputados y el partido Movimiento Semilla tiene actualmente solo 5 (en la próxima legislatura tendrá 23).
   
• Aunque todavía no se sabe cuántos diputados tendrá la alianza que postula a Milei, al igual que Arévalo, tendrá un legislativo dominado por la oposición. Lo mismo sucede a nivel local, donde Semilla solo consiguió una alcaldía; se espera que la mayoría de las gobernaciones y alcaldías en el país suramericano sean ganadas por partidos opositores.

En conclusión. El aparente fracaso de los políticos tradicionales ha hecho que, a lo largo y ancho del continente, los electores se decanten por candidatos en la periferia del establishment político, como lo son Arévalo y Milei. Por ahora, comparten esa característica con el popular presidente de El Salvador, Nayib Bukele.

• Los retos para vencer en ambos países son distintos, pero los elementos comunes pueden servir para sacar conclusiones similares: la corrupción y la aparente falla de la democracia hace que los pueblos apuesten por opciones aparentemente fuera del tablero político tradicional.
   
• En principio, nada malo en ello, pero las expectativas levantadas por Arévalo en Guatemala y por Milei en la Argentina son tan altas que, aunque alcancen algún éxito (asumiendo que no profundizarán los problemas), en el gran esquema de las cosas, defraudarán al electorado. El peligro, entonces, es qué viene después.