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El aparente pacto de no agresión en Centroamérica

Ilustración por Gabo®
Rafael Párraga
20 de diciembre, 2023

La integración centroamericana parece enfocarse, cada vez más, en la cooperación comercial y menos en el fortalecimiento de la democracia a nivel regional.  

Panorama general. La poca contundencia de los gobiernos centroamericanos ante el debilitamiento democrático ha demostrado un cambio de enfoque en las prioridades del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA). Mientras que el objetivo principal del SICA es “construir una región de paz, libertad, democracia y desarrollo”, el sistema parece haber priorizado solamente en el último aspecto. 

  • El primer propósito del protocolo de Tegucigalpa es “consolidar la democracia y fortalecer sus instituciones sobre la base de la existencia de Gobiernos electos por sufragio universal, libre y secreto, y del irrestricto respeto a los Derechos Humanos”.

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  • A pesar de ello, la región ha dado señales de regresión democrática. Dan cuenta de ello: Guatemala, El Salvador, Honduras y, desde hace muchos años, Nicaragua, ante la vista de todos los miembros del SICA.  

En perspectiva. La más reciente y visible crisis ha sido la transición del poder en Guatemala, dónde solamente Costa Rica se pronunció contundentemente en contra de las acciones del Ministerio Público (MP) hacia el binomio Bernardo Arévalo-Karin Herrera y el partido Movimiento Semilla. El pasado 12 de diciembre, la Asamblea Legislativa de Costa Rica aprobó una moción en la que solicita abrir una investigación contra la Fiscal General del MP. 

  • El legislativo costarricense acusa a Consuelo Porras de entorpecer los resultados de las elecciones y fraguar un Golpe de Estado para evitar la toma de posesión de Bernardo Arévalo.  

 

  • Adicionalmente, la Asamblea reconoció la legitimidad de Bernardo Arévalo y Karin Herrera como “binomio presidencial electo de manera libre justa y competida”. 

Sí, pero. No obstante, el resto de los países ha guardado silencio con respecto al tema, evitando pronunciarse y condenar las acciones en contra del proceso democrático guatemalteco; las pocas señales de posturas diplomáticas han sido más a favor del gobierno actual que del electo.  

  • Cuando el Consejo Permanente de la OEA resolvió aplicar el artículo 18 de la Carta Democrática Interamericana, El Salvador se abstuvo de votar, mientras que Guatemala —evidentemente— votó en contra.  

 

  • Anteriormente, María del Carmen Roquebert, embajadora de Panamá ante la OEA, resaltó el compromiso del gobierno guatemalteco en el desarrollo del proceso de transición. 

 

  • Honduras y Nicaragua, por su parte, han optado por el silencio, una postura diplomática contraria a la de EE. UU. y la misma OEA. 

Panorama regional. Guatemala no ha sido el único país dónde la democracia ha sufrido ataques directos. En Honduras, Xiomara Castro y su partido Libertad y Refundación (Libre, izquierda) impusieron –inconstitucionalmente– a un Fiscal General afín a su proyecto político, acción similar a la de Nayib Bukele y su mayoría legislativa en 2021, cuando impusieron, también inconstitucionalmente, a un nuevo Fiscal General y magistrados de cortes.  

  • Sumado a lo anterior, Bukele será candidato presidencial para optar a una reelección expresamente prohibida por la Constitución salvadoreña.

 

  • El caso más grotesco es el nicaragüense; los repetidos atropellos de Daniel Ortega, el nepotismo de su régimen, la cooptación del Estado y la represión absoluta de la oposición. Una dictadura, sin lugar a duda. 

 

  • Todo esto ha sucedido ante los ojos de los distintos Jefes de Estado centroamericanos y del SICA, sin mayor acción o pronunciamiento de su parte.  

En conclusión. Los organismos del SICA parecen haber renunciado a la defensa de la democracia. El Parlamento Centroamericano —el brazo político del SICA— es un organismo inoperante. El SICA se enfoca, principalmente, en proyectos regionales de infraestructura, unión aduanera y movilidad, trabajando por el desarrollo a través del comercio, independientemente del tipo de régimen político.  

  • Mientras que la defensa de la democracia sigue siendo un principio fundacional del SICA, el sistema parece haber cambiado a un enfoque parecido al de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), donde conviven monarquías constitucionales, repúblicas socialistas, presidencialistas, con regímenes híbridos. 

 

  • La indiferencia de la ASEAN ante la política doméstica de cada país ha sido el factor de éxito para su cooperación comercial y la supervivencia de la asociación.

 

  • En el SICA parece haber un pacto de no agresión entre los Estados, que respetan la soberanía de cada miembro, indiferentes a los atropellos democráticos en ellos. 

  • TAGS RELACIONADOS:
  • SICA
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El aparente pacto de no agresión en Centroamérica

Ilustración por Gabo®
Rafael Párraga
20 de diciembre, 2023

La integración centroamericana parece enfocarse, cada vez más, en la cooperación comercial y menos en el fortalecimiento de la democracia a nivel regional.  

Panorama general. La poca contundencia de los gobiernos centroamericanos ante el debilitamiento democrático ha demostrado un cambio de enfoque en las prioridades del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA). Mientras que el objetivo principal del SICA es “construir una región de paz, libertad, democracia y desarrollo”, el sistema parece haber priorizado solamente en el último aspecto. 

  • El primer propósito del protocolo de Tegucigalpa es “consolidar la democracia y fortalecer sus instituciones sobre la base de la existencia de Gobiernos electos por sufragio universal, libre y secreto, y del irrestricto respeto a los Derechos Humanos”.

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  • A pesar de ello, la región ha dado señales de regresión democrática. Dan cuenta de ello: Guatemala, El Salvador, Honduras y, desde hace muchos años, Nicaragua, ante la vista de todos los miembros del SICA.  

En perspectiva. La más reciente y visible crisis ha sido la transición del poder en Guatemala, dónde solamente Costa Rica se pronunció contundentemente en contra de las acciones del Ministerio Público (MP) hacia el binomio Bernardo Arévalo-Karin Herrera y el partido Movimiento Semilla. El pasado 12 de diciembre, la Asamblea Legislativa de Costa Rica aprobó una moción en la que solicita abrir una investigación contra la Fiscal General del MP. 

  • El legislativo costarricense acusa a Consuelo Porras de entorpecer los resultados de las elecciones y fraguar un Golpe de Estado para evitar la toma de posesión de Bernardo Arévalo.  

 

  • Adicionalmente, la Asamblea reconoció la legitimidad de Bernardo Arévalo y Karin Herrera como “binomio presidencial electo de manera libre justa y competida”. 

Sí, pero. No obstante, el resto de los países ha guardado silencio con respecto al tema, evitando pronunciarse y condenar las acciones en contra del proceso democrático guatemalteco; las pocas señales de posturas diplomáticas han sido más a favor del gobierno actual que del electo.  

  • Cuando el Consejo Permanente de la OEA resolvió aplicar el artículo 18 de la Carta Democrática Interamericana, El Salvador se abstuvo de votar, mientras que Guatemala —evidentemente— votó en contra.  

 

  • Anteriormente, María del Carmen Roquebert, embajadora de Panamá ante la OEA, resaltó el compromiso del gobierno guatemalteco en el desarrollo del proceso de transición. 

 

  • Honduras y Nicaragua, por su parte, han optado por el silencio, una postura diplomática contraria a la de EE. UU. y la misma OEA. 

Panorama regional. Guatemala no ha sido el único país dónde la democracia ha sufrido ataques directos. En Honduras, Xiomara Castro y su partido Libertad y Refundación (Libre, izquierda) impusieron –inconstitucionalmente– a un Fiscal General afín a su proyecto político, acción similar a la de Nayib Bukele y su mayoría legislativa en 2021, cuando impusieron, también inconstitucionalmente, a un nuevo Fiscal General y magistrados de cortes.  

  • Sumado a lo anterior, Bukele será candidato presidencial para optar a una reelección expresamente prohibida por la Constitución salvadoreña.

 

  • El caso más grotesco es el nicaragüense; los repetidos atropellos de Daniel Ortega, el nepotismo de su régimen, la cooptación del Estado y la represión absoluta de la oposición. Una dictadura, sin lugar a duda. 

 

  • Todo esto ha sucedido ante los ojos de los distintos Jefes de Estado centroamericanos y del SICA, sin mayor acción o pronunciamiento de su parte.  

En conclusión. Los organismos del SICA parecen haber renunciado a la defensa de la democracia. El Parlamento Centroamericano —el brazo político del SICA— es un organismo inoperante. El SICA se enfoca, principalmente, en proyectos regionales de infraestructura, unión aduanera y movilidad, trabajando por el desarrollo a través del comercio, independientemente del tipo de régimen político.  

  • Mientras que la defensa de la democracia sigue siendo un principio fundacional del SICA, el sistema parece haber cambiado a un enfoque parecido al de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), donde conviven monarquías constitucionales, repúblicas socialistas, presidencialistas, con regímenes híbridos. 

 

  • La indiferencia de la ASEAN ante la política doméstica de cada país ha sido el factor de éxito para su cooperación comercial y la supervivencia de la asociación.

 

  • En el SICA parece haber un pacto de no agresión entre los Estados, que respetan la soberanía de cada miembro, indiferentes a los atropellos democráticos en ellos. 

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